Según Amnistía Internacional, el término “bebés robados” incluye a los miles de niños y niñas, se cifra en más de 30000, según calcula el auto del Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional, hoy personas adultas, que podrían haber sido víctimas de apropiación, desaparición forzada y/o sustitución de su identidad en España desde el final de la guerra civil hasta mediados de la década de los noventa del siglo XX.
Merece especial atención el hecho de que la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, por fin, incluya entre las víctimas a las niñas y niños sustraídos y adoptados sin el legítimo y libre consentimiento de sus progenitores como consecuencia de la Guerra y la Dictadura, así como a sus progenitores, progenitoras, hermanos y hermanas. Esta práctica constituyó una especial forma de represión contra las mujeres. Si inicialmente se trató de una motivación política que tuvo como víctimas a los hijos e hijas de las presas políticas, auspiciada por el régimen franquista siguiendo la ideología de pureza racial, posteriormente se manifestaría en una forma de represión ideológica, moral, religiosa y de género que se cebó con las mujeres más vulnerables de la sociedad, como eran las madres de familia numerosa, mujeres sin recursos o solteras. Y, finalmente, este fenómeno se prolongaría a lo largo de décadas con propósitos económicos o de distinta naturaleza. Es un asunto extenso y complejo.
Nada hizo Suárez, ni González, ni la tan modélica transición de la que tanto se habla y encumbra. Este tema, del que la opinión pública se ha desentendido hasta bien entrado el siglo XXI, de hecho, el Juez Garzón fue el primer magistrado que inició la investigación de los niños y niñas robados en este país en el año 2008. Ya va siendo hora de que el gobierno de progreso de este país recupere la proposición de ley sobre bebés robados, iniciativa que permanece congelada en el Congreso de los Diputados desde julio de 2020.
Para acercarse a tan delicado tema se puede acceder de muchas maneras. Y la que elige el realizador Víctor Iriarte con esta Sobre todo de noche, adolece de una virtud y una exigencia. La exigencia viene determinada por el planteamiento formal, una mezcla a veces virtuosa y otra que desentona al intercambiar formatos, texturas y formas narrativas. La virtud se presenta en un sincero relato formado por un tríptico en el que la emoción y el sentimiento bañan y perfuman a sus protagonistas. Realizada sin estridencias y con alta dosis de afecto y controlada mesura. Con una fluidez casi melódica, la película se diferencia de otras de semejante temática, porque arriesga y apuesta por la comprensión y la empatía. No hay ruido, sólo música, su técnica y sus ecos. También una elaborada y justa venganza, para tanto granuja y malnacido amnistiado, además de un encuentro feliz de dos madres con su hijo.
Sobre todo de noche ***
España 2023 103 min.
Dirección Víctor Iriarte Intérpretes Lola Dueñas, Ana Torrent, Manuel Egozkue, María Vázquez.
Drama