«Solo queremos enseñar la historia que más nos conviene»

Una visita a Minas de Riotinto le dio el germen a Verónica Ventura para su primera novela. La vida y la sociedad de los últimos tiempos de estancia de los ingleses en la localidad en los años 50 del siglo XX le cautivaron de tal manera que basó en ellas el relato que contienen las páginas de ‘Manuela’. Una obra de personajes ficticios que arman una historia con fundamentos de realidad, de una época que, a pesar de las apariencias, poco ha avanzado hasta la actualidad.

Porque si algo hay en la primera novela de esta sevillana son apariencias. Las que imponen los roles sociales y hay que mantener por propia exigencia de los que integran esa sociedad. Una yuxtaposición entre los de arriba y los de abajo, los que tienen el dinero y los que se someten a ellos. Entre los que imponen la moral, y los que tienen que asumir lo impuesto, ocultando o incluso renunciando a su propia felicidad. Es igualmente el choque de culturas, entre la inglesa y la andaluza, el desprecio de una sobre otra y la realidad nacida de esa fricción.

Y en ese conflicto de estratos, clases y visiones, brota el amor. ‘Manuela’ es, ante todo, un relato de “historias de amor”. Una novela romántica con pinceladas eróticas, pues “hay escenas de sexo fuerte, pero sobre todo cuenta relaciones amorosas”. Relaciones no siempre fáciles ni entendidas en la época en la que se desarrolla. Como el amor imposible de la protagonista, Manuela, en una “relación prohibida”; la de dos ingleses homosexuales que se esconden por miedo a perder su posición y su profesión; la de la mujer maltratada con la persona con la que es obligada a vivir...

En sus páginas la novela contrapone un mundo de buenas formas, costumbres y lustre traído por la sociedad inglesa que trabaja las minas; un submundo ocultado por las normas sociales, la religión “que señalaba mucho con el dedo”, en los que un embarazo sin haber pasado por el matrimonio se escondía porque “era una mancha”; y una realidad obrera en muchas ocasiones dura, cruel y penosa. ‘Manuela’ habla de violencia de género, de rechazo y estigmatización de las personas homosexuales, de conveniencias sociales de cara a la galería antes que de acuerdo al corazón; de prostitución, de explotación laboral. Cuestiones en las que “se ha evolucionado poco”, y que a través de su narración Verónica Ventura “quería transmitir que antes pasaban muchas cosas que quedaban ocultas a pesar de que estaban ahí, que ahora están y que también se quieren tapar”.

La autora ha querido así dar una visión completa de esa historia “que se está perdiendo”. “Parece que solo queremos enseñar la historia que más nos conviene. Deberíamos saberla toda, todo lo bueno y lo malo que ha formado la sociedad que hoy somos, no solo las cosas buenas”. Los conflictos, las muertes en la mina, “en la que se enterraban a un lado y se seguía excavando por otro”, los trabajadores del campo “que eran mirados peor que los animales”. Una parte de nuestro pasado en el que “a la persona no se le respetaba”, y que asegura que “se sigue viviendo en parte así, aunque lo tenemos como tabú”. Es por ello que en esta primera novela “quería reflejar parte de la historia que no se cuenta en un aula porque se piensa que quizás no es fructífera, pero es real, ha pasado y está ahí”.

Esta novela ha formado parte del elenco de autores a través de los que La Estación de las Letras de La Rinconada pone la atención a la creación local y andaluza. Con Verónica Ventura son 10 los escritores y escritoras del ámbito más cercano sobre los que esta edición ha puesto el foco, siendo así un altavoz y un trampolín para todos aquellos que empiezan en la literatura.

Pero, al mismo tiempo, esta estación literaria trasciende las fronteras de La Rinconada con la vocación de internacionalización de un programa que es pionero en Andalucía y con la literatura como vehículo. Es por ello que este año esta feria del libro acoge el estreno del premio Factoría Creativa de las Letras Iberoamericanas. Un galardón de nuevo cuño que esboza los derroteros por los que avanzará esta Estación y que recibirá el próximo 18 de junio el escritor colombiano Héctor Abad. Un reconocimiento que, en palabras de la delegada municipal de Cultura, Raquel Vega, “levanta puentes con libros y teje lazos con la creación en habla hispana para el empoderamiento de la literatura en español”.

No será este el único premio que se entregará en esta edición. Tras Antonio Muñoz Molina en 2020 e Irene Vallejo en 2021 (ambos entregados el año pasado por las restricciones sanitarias), toma el relevo del ya veterano premio Factoría Creativa de las Letras en su edición de 2022 Juan Eslava Galán, “una distinción a toda una institución nacional dentro de la narrativa, la historia y divulgación”.

Volviendo de nuevo al Centro Cívico Los Silos, el espacio consagrado en esta primavera literaria a la creación local, Verónica Ventura avanzó que, entre sus muchos proyectos en mente y en marcha – un canal de YouTube donde narra relatos breves, un podcast para recopilar impresiones y sensaciones de lectores tras leer determinados libros, un poemario, cuentos infantiles – ‘Manuela’, de la que le han pedido una segunda parte, quedará aparcada para sacar después del verano la que será su segunda novela, ‘La herencia’, y con la que quedó emplazada a una próxima edición de esta primavera literaria rinconera.