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Actualizado: 23 jun 2018 / 21:59 h.
  • Antonio Sánchez, consejero delegado de Cubyko, que ha trasladado sus oficinas al Centro de Sevilla. / Manuel Gómez
    Antonio Sánchez, consejero delegado de Cubyko, que ha trasladado sus oficinas al Centro de Sevilla. / Manuel Gómez

¿Por qué deciden poner en marcha este proyecto llamado Cubyko?

—La empresa está compuesta por promotores inmobiliarios, arquitectos e industriales de la construcción industrializada. Vemos la necesidad de un nuevo modelo de construcción más rápido, más eficiente, más controlado en los procesos y con un ahorro en costes. Apostamos inicialmente por llegar a colaboraciones público-privadas con entidades públicas que aportaran suelos a precios razonables que, sumado a los ahorros de este tipo de construcción y a unos márgenes de beneficios más justos de la promotora, den al final viviendas económicas y que ese ahorro vaya al bolsillo del comprador final.

—Era la idea inicial pero...

—La deriva y los tiempos nos han llevado a ver que las administraciones son muy lentas en tomar las decisiones, sobre todo, en adjudicaciones; la normativa municipal no está muy clara en cómo pueden bajar los precios de los suelos, así que arrancamos con promociones privadas con una primera promoción de 16 chalés pareados en Umbrete con 110 metros construidos a un precio de 129.000 euros más IVA.

—¿Con qué ayuntamientos han contactado?

—Estamos viendo un proyecto muy avanzado para doce viviendas en Casariche, otro para catorce en Gelves, para quince en Umbrete y diez pisos y locales comerciales en Bormujos.

—¿Qué receptividad muestran ante su proyecto?

—La respuesta es siempre positiva. Todo el que tiene suelo quiere aportarlo para que lo desarrollemos en su municipio porque son viviendas que tienen un precio razonable para los demandantes de vivienda social. Pero también tenemos otras líneas, como un proyecto de catorce chalés de lujo en Dos Hermanas en parcelas de 650 metros cuadrados y con 200 construidos. Es una gama de producto alta en el entorno de los 500.000 euros.

—¿Cuál es la particularidad de los productos que ofrecen? ¿Y el ahorro?

—Primero, el precio porque somos promotores desde hace mucho tiempo y estamos comprando suelo a muy buen precio. El ahorro respecto a una construcción tradicional se sitúa en torno al 20 por ciento.

—¿Cómo se realiza el proceso de producción?

—Es construcción industrializada a través del modelo steel frame, de modo que la única variación que nuestra obra tiene respecto a una tradicional es que la estructura –pilares y vigas– es metálica, de acero en vez de hormigón. Toda la construcción interior de la vivienda es igual, aunque sí nos destacamos por dar unos acabados muy modernos y tenemos una ventaja en los tiempos de construcción porque entregamos una promoción en un plazo de seis meses cuando una obra tradicional puede tardar de 18 a 24 meses.

—¿Se nota la diferencia respecto a la obra tradicional?

—Te puedo garantizar al cien por cien que una persona que ve una vivienda nuestra terminada no sabe si está hecha con obra industrializada o tradicional.

—¿Dónde se realizan esas estructuras?

—Cubyko es socio de la fábrica Cimpra –que está en Utrera–, y a la inversa, aunque seamos dos sociedades independientes. Cimpra ha sido líder europeo durante muchos años en el sector.

—¿Cómo se hace el traslado de la fábrica al sitio?

—Modulamos la vivienda conforme al transporte futuro. Hacemos en fábrica la vivienda entera unida y cuando la tenemos terminada al 80 por ciento volvemos a separar los módulos y los transportamos. El 20 por ciento lo ejecutamos en el destino.

—¿Qué objetivos se marcan?

—Hace unos diez días estuvo visitando nuestra fábrica el vicepresidente de Honduras porque quieren hacer 2.000 viviendas en los tres años de legislatura que les quedan. Se ha ido invitándonos a que nos implantemos allí para desarrollar viviendas públicas. Ahora estamos viendo socios locales para implantarnos. El objetivo es afianzarnos en el mercado nacional con la entrega de las primeras promociones este año y que la gente vea que el producto es de una calidad máxima y que empiece a tomar conciencia de que la vivienda industrializada lo único que tiene son ventajas respecto a la obra tradicional.

—¿Tienen presencia en Latinoamérica?

—Con la fábrica sí. Estamos haciendo toda la estructura espacial del Metro de Panamá. Hemos hecho lo mismo en México. Hemos terminado la cubierta del estadio de Riazor y estamos haciendo la de Anoeta. Hemos construido cien urinarios portátiles para la mayor empresa europea de alquiler de aseos para grandes eventos.

—¿Cómo ven el movimiento actual del mercado?

—Se está reactivando. Tenemos una capacidad productiva de 400 viviendas al año pero con una inversión de unos 2,5 millones de euros, podemos pasar a mil viviendas anuales.

—¿Perspectivas para 2018?

—En el grupo este año calculamos una facturación en torno a los ocho millones.