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Actualizado: 10 jun 2020 / 16:11 h.
  • Jaime Roldán, CEO de Medios en Red y Bugaloo Studio. / Foto: Fundación Cajasol
    Jaime Roldán, CEO de Medios en Red y Bugaloo Studio. / Foto: Fundación Cajasol

A diferencia de otros muchos festivales nacionales e internacionales de publicidad, que han sido cancelados a causa de la crisis provocada por el COVID-19, los Premios Agripina 2020 continúan adelante gracias a su transformación en un formato completamente virtual y novedoso. Lo hacen, además, con un nuevo director: Jaime Roldán. “Si premiamos el ingenio, el riesgo, la creatividad o la efectividad en el mundo de la comunicación ¿por qué no nos comportamos como aquello que admiramos?”, cuestiona el creativo de un festival que tendrá lugar el 26 de noviembre.

Creador y responsable de la agencia de comunicación y marketing Medios en Red y de la productora Bugaloo Studio, Roldán apuesta por convertir el festival en una referencia a nivel nacional e internacional: “Durante 9 años, los Premios Agripina han hecho lo más difícil: nacer y sobre todo crecer en las condiciones más adversas. Ahora imprimiremos una visión más amplia y ambiciosa de lo que podemos aportar al mundo del marketing y la comunicación desde Andalucía, una tierra con un talento infinito, escenario de grandes rodajes y campañas, con una tradición y unas condiciones cinematográficas excepcionales”.

¿Qué crees que puedes aportar a este evento como nuevo director?

Creo firmemente en el talento infinito que existe en esta tierra llamada Andalucía y sobre todo que ésta merece un festival que se convierta en una referencia a nivel nacional e internacional. El talento siempre llama al talento, es cuestión de conectarlo y en mi caso lo he hecho desde que empecé a dar mis primeros pasos en el mundo profesional. Un certamen es mucho más que un evento aislado y un after party entre colegas de profesión. Es un punto de unión de profesionales y creadores donde deben producirse contactos, relaciones y, sobre todo, negocios que refuercen el tejido empresarial del lugar que lo acoge. Hablamos de una tierra que ha sido escenario de grandes rodajes y campañas, con una tradición y unas condiciones cinematográficas excepcionales. No somos nuevos en esto. Durante 9 años, los Premios Agripina han hecho lo más difícil: nacer y sobre todo crecer en las condiciones más adversas. Eso demuestra su talante, su ADN luchador y la necesidad que tienen de ser escuchados los anunciantes, las agencias de publicidad, los estudios de diseño, las productoras, los estudiantes, y todos aquellos profesionales que participan activamente del sector de la publicidad, el marketing y la comunicación.

Quizás lo primero que necesitamos tras este ciclo, es renovar la propuesta de valor e imprimir una visión mucho más amplia y ambiciosa de lo que podemos aportar al mundo del marketing y la comunicación desde Andalucía. Ampliaremos las fronteras y lo haremos desde el propio evento en sí hasta la presencia de la marca a nivel digital durante todo el año. Que las grandes agencias no acudan al festival me preocupa y que las agencias locales se puedan sentir amenazadas por estas firmas cuando logremos que acudan, también. Por lo que veo imprescindible rediseñar la naturaleza misma del certamen y hallar un equilibrio. Es donde aparece ese punto de encuentro que sólo puede estar diseñado bajo una misma premisa: aportar más valor y más personalidad a todo lo que lleve el sello de Agripina. Aún no hemos conseguido fortalecer suficientemente las relaciones entre los participantes y por supuesto no vamos a parar hasta saber qué lugar realmente queremos ocupar en el mundo de los festivales.

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¿Qué novedades se van a percibir en esta edición?

Con respecto a las novedades, este año por las condiciones excepcionales del COVID, vamos a presentar un festival totalmente diferente, en un formato completamente virtual, lo cual nos situará a la cabeza de los festivales, que en su mayoría han sido cancelados. Muy pronto revelaremos la naturaleza y la peculiaridad de este evento tan innovador. Si algo ha traído la pandemia además de una crisis sanitaria y económica sin precedentes, es la imposición de la máxima darwiniana “adaptarse o morir”.

Todo el mundo insiste en repetir que el mundo va a cambiar y que nada volverá a ser como antes. Siempre he creído que más importante que la verdad es lo que la gente quiere creer. No tengo claro que muchas cosas vayan a cambiar si no tomamos el control y provocamos que éstas ocurran. Agripina renace en esta época convulsa y se reinventa. No importa hacia dónde mientras esto nos permita desarrollar un discurso y un lenguaje propio en el tiempo, donde ciudad, público, agencias, patrocinadores y profesionales puedan sentirse plenamente identificados. Si premiamos el ingenio, el riesgo, la creatividad o la efectividad en el mundo de la comunicación ¿por qué no nos comportamos como aquello que admiramos? ¿Por qué nos conformamos con simplemente existir y no planteamos verdaderos nuevos retos?

¿Crees que va a haber un antes y un después en el festival?

Sin duda, aunque no va a ser fácil, va a haber un antes y un después en el festival. Para conseguir llevar a cabo cualquier reto necesitamos primero imaginarlo, luego proyectarlo y por último ejecutarlo. Estamos formando un equipo increíble junto a su creador y fundador José Luis Zafra y creo sinceramente que tenemos la receta para lograrlo.

Este año es atípico y nuestra apuesta es muy arriesgada y diferente a todo lo anterior. Desde luego quien acuda al certamen va a vivir una auténtica experiencia novedosa. Pero será en 2021 cuando podremos diseñar un proyecto más aproximado a lo que por ahora reside sólo en nuestra imaginación. Mi sensación este año, es más de cerrar un ciclo e ir anunciando poco a poco lo que está por venir, pues como decía Dylan en su famosa canción, “los tiempos están cambiando”. Podemos acertar o podemos equivocarnos. Lo único que sé es que vamos a intentarlo con todas nuestras fuerzas. Si algo nos ha enseñado esta crisis humanitaria es la enorme fragilidad de nuestros trabajos, nuestras vidas y más aún de nuestros sueños. Somos conscientes de que atravesamos una de las etapas con mayor incertidumbre para todos los protagonistas de nuestro proyecto, pero si es tiempo para reinventarnos también lo es de ser valientes, creativos y para premiar el trabajo de tantas personas que, con su ingeniosa capacidad para comunicar, han sido un pilar básico en la gestión y soledad del confinamiento.