Si el ser humano no tiene en sus manos la solución a los problemas del mundo, ¿dispone de sus manos frente a las adversidades de éste? ¿Puede una persona sanar a otra por medio de las manos? Si alguien tiene alguna duda, puede preguntar a un fisioterapeuta. Más concretamente a Cristina Carmona, profesional de un gremio que lucha cada día por un reconocimiento sanitario lejos del actualmente otorgado.
Graduada por la Universidad de Sevilla, y con un Máster en Fisioterapia Pediátrica en la Universidad Internacional de Cataluña, dicha joven de 24 años cuenta a este periódico el importante papel que juega la fisioterapia actualmente no sólo en la recuperación física de las personas sino en su desarrollo vital y hábitos diarios.
Especializada en fisioterapia respiratoria infantil (casos de fibrosis quistica, bronquiolitis y bronquitis de repetición), Cristina actúa como referente de su colectivo para hacer hincapié del crecimiento y consideración social de esta profesión, amén de poner en evidencia su pasión y amor por esta rama sanitaria. Una corriente que ejerce desde el centro de salud integral Menfisalud y en la que trata día a día de perpetuar la idea de que la fisioterapia focaliza su acción en la realización y el abordaje de terapias y no en la idea preconcebida del mero masaje.
Su vocación reside en el desarrollo de la fisioterapia pediátrica (instalada recientemente en Menfisalud), cuya misión no es otra que velar por cualquier circunstancia que pueda poner en compromiso el desarrollo normal de un infante, desde los cero a los 18 años, haciendo protagonistas de su trabajo tanto a ellos como sus familias.
La fisioterapia se concibe como...
La fisioterapia actualmente es una profesión en pleno crecimiento. Cada vez se reconoce más la labor del gremio ya que se ha comprobado que tiene una gran repercusión en el ámbito sanitario y del bienestar. La fisioterapia está orientada a la intervención sobre cualquier tipo de patología no sólo músculo-esquelética (la más frecuente) sino a todo tipo de proceso rehabilitador, ya sea respiratorio, neurológico, cardiovascular, drenaje linfático... La fisioterapia es muy amplia. Tan amplia como fisioterapeutas la conforman.
Actualmente, con el tema del COVID-19 está teniendo un papel más que importante a la hora de tratar secuelas que se están produciendo en algunas personas a las que el virus les afecta en su movilización o en su sistema respiratorio. Nuestra labor es siempre procurar que la persona logre recuperar su rutina y mejore en calidad de vida.
¿Profesión menospreciada?
Lamentablemente, es muy común que simplifiquen nuestra profesión, la cual va más allá del típico “me duele el hombro; dame un masaje en la espalda; etc...”. Nuestro ámbito de trabajo es muy amplio y, afortunadamente, poco a poco está ganando más peso y presencia, sobre todo, en el sistema público a nivel hospitalario, y en la sanidad privada. Cada vez tenemos más especialidades, a pesar de que no estén reconocidas oficialmente en el sistema público de salud, lo que no implica que éstas no sean importantes dentro de nuestro campo de actuación.
A día de hoy, estamos luchando para que haya un fisioterapeuta en cada ambulatorio, en cada centro de salud de atención primaria, así como en las UCIS de los hospitales para ayudar a los pacientes que se encuentran encamados a mejorar en lo que a movilidad se refiere. Todavía nos queda bastante campo para pelear pero poquito a poquito estamos abriendo ese camino hacia el reconocimiento. No hay que olvidar tampoco que el ratio de fisioterapeutas que hay en España por población es bastante inferior al resto de Europa. En los últimos 20 años hemos avanzado mucho pero todavía tenemos más por recorrer.
¿Por qué Europa va por delante que España en dar valor al fisioterapeuta?
Tanto a nivel de remuneración económica como de consideración del estatus profesional, vamos más atrasados en nuestro país. En España, por lo general, la remuneración es muy inferior con respecto a Francia, por ejemplo. De hecho, hay parte del sector médico que todavía no conoce al cien por cien el proceso de intervención de la fisioterapia o el proceso a través del cual rehabilitamos físicamente a un paciente. Esto provoca, en muchas ocasiones, una serie de trabas entre ambos colectivos, ya que es el médico el que decide o no derivar un paciente al fisio, el que decide darle de alta o no cuando es en realidad nuestro gremio el que está con él día a día.
Hay casos en los que los médicos recomiendan antes un ibuprofeno o algún relajante muscular para tratar una dolencia que ir al fisioterapeuta. Desestimar nuestro papel de primeras es un grave error. Evidentemente, nosotros como profesionales de la salud tenemos una formación y sabemos en qué situaciones debemos actuar y en cuáles no. Nuestra labor supone generar un ahorro del sistema, menor número de bajas laborales, menor dependencia de los medicamentos, aceleración en las recuperaciones de los pacientes, así como mayor calidad de vida para ellos.