El impacto de la reforma laboral sobre la afiliación indefinida se ha frenado en los últimos meses, especialmente en la modalidad defijo discontinuo, debido al progresivo aumento de las tasas de baja en la afiliación de los trabajadores con contratos indefinidos.
Así se desprende del Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo, elaborado y publicado este jueves por el Instituto EY-Sagardoy de Talento e Innovación, BBVA Research y Fedea, en el que se señala que la evolución de la contratación laboral y su desglose por tipos de contrato mantiene la tendencia iniciada con la reciente reforma laboral 2022, aunque el peso de los contratos temporales en el total de contratos registrados ha vuelto a repuntar en unos 10 puntos porcentuales.
En general, el estudio señala que la creación de empleo perdió impulso en el segundo trimestre del año y advierte de que tanto las horas de trabajo efectivas como el producto por trabajador siguen en niveles prepandemia.
Y es que tanto el crecimiento de ocupados como el del horas trabajadas se moderaron entre abril y junio. Además, los datos de afiliación a la Seguridad Social de julio y agosto anticipan un estancamiento del número de cotizantes en el tercer trimestre una vez descontado el efecto de la estacionalidad.
Eso sí, el aumento del número de asalariados del sector privado y de ocupados por cuenta propia compensó la destrucción de empleo en el sector público. Sin embargo, la evolución de las horas trabajadas siguió condicionada por el impacto de las bajas por enfermedad debidas al Covid-19. En promedio, más de 800.000 ocupados no trabajaron por enfermedad durante el trimestre, un 54% más que en el segundo trimestre de 2019.
Por otra parte, el PIB por ocupado creció un 2,2% intertrimestral entre abril y junio. Tanto el producto por hora trabajada como la intensidad en el empleo (horas por trabajador) contribuyeron al repunte del PIB por ocupado, lo que no sucedía desde el cuarto trimestre de 2015. Sin embargo, el estudio apunta que al cierre del primer semestre, este avance del producto por trabajador fue insuficiente para recuperar el nivel precrisis.
En cuanto a la tasa de desempleo, el informe refleja que descendió hasta el 12,5% en el segundo trimestre y se situó en mínimos desde 2008, en línea con otras medidas de la infrautilización de la mano de obra. Sin embargo, la incidencia del paro de larga duración volvió a aumentar.