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Actualizado: 06 ago 2022 / 14:31 h.
  • Presión y salida de balón

A la hora de ejercer la presión, dice Adrián Blanco que sigue habiendo marcajes al hombre, por ejemplo, como hace la Atalanta BC. Los define como marcajes muy agresivos y arriesgados, ya que, en su opinión, es “mal negocio” ponerle una marca al hombre a un equipo repleto de estrellas. “Te puede salir bien un día, como aquel Girona con Maffeo sobre Messi, pero lo normal es que Leo te reviente esa marca y te genere un descontrol a nivel brutal, porque ese jugador ya está libre y alguien va a tener que salir a por él”, evidencia Adrián, al que se le puede escuchar en el programa La Pizarra de Quintana, todas las tardes en Radio Marca.

En referencia a los marcajes individuales, también habla Irati Prat, que los sigue muy de cerca en la liga italiana. Él también pone el ejemplo de la Atalanta de Gian Piero Gasperini, que dice ser un equipo que presionaba de forma “casi suicida”, pero es una fórmula que no suele ser tan habitual. (Véase en el ejemplo de arriba).

También hay presiones algo más corales, en las que, en cuanto el equipo pierde la pelota, no se disponen a saltar al hombre, sino a proteger el espacio. Sin necesidad de ir muy arriba, se puede presionar a mitad de campo y obligar al rival a jugar por la zona que uno quiere.

Por ejemplo, hacia banda, y, una vez ahí, “morder” para que el contrario no avance. Un caso claro, según Adrián Blanco, fue el Villarreal CF en la eliminatoria de Champions contra el Bayern de Múnich de este mismo año.

Hay también un tipo de presión, que he ido descubriendo recientemente, que la ponía mucho en práctica José Bordalás en el Getafe CF. Es una presión en zonas intermedias, tiene la mezcla del marcaje al hombre y de la presión en zona, y consiste en, con un solo jugador, poder marcar a dos del rival”. Un futbolista se sitúa entre el lateral y el central del equipo contrario (“Cucurella, en el Getafe, era el que mejor lo hacía”) y tiene la posibilidad de saltar tanto a uno como a otro. “Es ocupar un espacio entre dos jugadores que permite llegar a ambos. Requiere que los futbolistas estén muy bien física y tácticamente”. (Arriba, un ejemplo de la presión que realizaba el Getafe de Bordalás).

Leonel Arregui hace un apunte en este aspecto. Señala que, de la estrategia, lo que sale no es tanto la salida de balón y la presión de un equipo, sino los momentos en los que uno tiene el balón y los momentos en los que no, y cómo se actúa en ambos casos, ya que se puede optar por no presionar, pero no se puede optar por no sacar el balón, porque jugar en largo también es sacar el balón. Y “de alguna forma hay que hacerlo”. Arregui es analista táctico, y actualmente lidera el departamento de análisis del Northland FC, de Nueva Zelanda.

Partiendo de ahí, si uno es proactivo, va a intentar realizar lo que él quiere que pase cuando pierde el balón, ya sea replegar o presionar. Y si uno es reactivo, verá qué es lo que va a proponer el rival. Pero la partida, según Arregui, cuando se pierde el balón, es: “¿Presionar o replegar?”

A mí, personalmente, me gusta que, cuando perdemos el balón, lo recuperemos en la menor cantidad de tiempo posible y lo más cerca de la zona de pérdida. Ahora, si no tengo los jugadores capaces para poder realizar esa presión prefiero estar ordenado y no tener ese desgaste físico”, comenta Leonel, que también luce su faceta de entrenador de fútbol.

Además, subraya un aspecto curioso de la presión. “El jugador que está más alejado es el que mejor tiene que interpretar el juego, porque tiene que percibir si está ante una posible pérdida o si puede ser que se mantenga el balón. Si cree lo primero, tiene que empezar, antes de tiempo, a achicar el campo de juego. Pero tampoco tiene que situarse tan cerrado porque si la posesión continúa, tiene que estar lo más cerca de su posición, aprovechando todo el campo para que al rival le cueste defender ese espacio tan amplio”.

Cuando su equipo tiene la pelota, le gusta aprovechar todo el campo que se pueda, para que haya mucha distancia y que al rival le cueste defender, argumenta el Arregui entrenador. Afirma que es mucho más sencillo defender en espacios pequeños, porque solo basta con la acumulación de jugadores en un sector. Ahora, “cuando el espacio que uno tiene es más grande, el esfuerzo que tiene que hacer el que no posee la pelota es mucho mayor y es más fácil aprovecharlo”.

“Una salida de balón efectiva, al igual que la presión, es cualquiera que cumpla tu objetivo”, curioso el apunte que hace Paco Mariscal. “La gente puede pensar que es aquella mediante la cual sales tocando desde abajo, y no tiene por qué ser así”. Por eso, piensa que se han idealizado. “Una eficaz puede ser también montar una contra”.

Para explicar una buena salida de balón, habla sobre Antonio Conte. “Es uno de los técnicos que mejor la trabaja y lo lleva haciendo desde su época del ACN Siena, donde no lo conocía a nadie. Ya en el Inter la ha explotado sobremanera”. Consistía en que, o bien De Vrij, como líbero de la línea de 3, o bien Brozovic, metido entre centrales, conectaba un pase vertical hacia Lukaku. “Este, rápidamente, se giraba a campo rival, y a correr”. “Eso también es una salida de balón efectiva”, afirma, “aunque la gente desde casa lo vea por televisión y piense que eso es una contra porque parece juego directo”, reconoce Mariscal, al que se le puede oír en PlayFootball, programa deportivo de la Cadena SER.

“Hay equipos que han llevado esto muy bien a la práctica por el nivel técnico de sus jugadores, como la Holanda del 74’ o el Barça de Guardiola. Pero, al final, hay jugadas en las que no se puede salir jugando porque pones en un lío tremendo a tu equipo”. López Frau, que colabora en Radio Marca y en Radio Estadio, de Onda Cero, señala el perfil de los jugadores, un aspecto esencial. “Dependiendo del perfil de futbolistas que tengan pueden jugar de una forma u otra. Puedes adaptarles, hay jugadores a los que les haces mejorar, pero a otros no. Es muy difícil”.

También menciona a Diego Simeone en este sentido. “El ‘Cholo’, que a mí me parece un pedazo de entrenador, esa parte del fútbol no la quiere. Quiere llevar la pelota lo más rápido posible al campo contrario, y a partir de ahí, intentar robarla y generar fútbol mucho más adelante. Y, ¿Quién te dice que eso no vale igual que lo otro?”, se cuestiona.

“En cuanto a salidas de balón, el abanico es muy amplio”, afirma Adrián Blanco. “Todas tienen como objetivo encontrar al jugador libre bien posicionado”. Esta vez, pone el ejemplo del Real Madrid de los últimos años, que ha tenido una salida de balón muy representativa: “Toni Kroos ocupaba el espacio del lateral izquierdo, Marcelo subía y cogía un poco más de altura, Benzema bajaba en el apoyo, Sergio Ramos muy dominante en los primeros pases desde la izquierda...”. Así, comenta que el Madrid conseguía que ese costado fuera el sector más fuerte del campo, tanto para salir como para atacar. “Luego, era importante que Kroos o Modric cambiasen la orientación del juego para encontrar liberado en el lado derecho a Carvajal o al extremo y, a partir de ahí, generar”.

También está la llamada “salida lavolpiana”, que busca la superioridad de jugadores frente al rival. “Lo vemos en la Real Sociedad de Imanol Alguacil o en la Selección Sub21 de De la Fuente”. La idea dice ser involucrar a otro jugador además de los dos centrales. “Por norma general, los equipos que presionan lo hacen con dos puntas, entonces, ya se tendría el 3 vs 2. Esto se puede hacer colocando al pivote entre centrales, con un lateral que se quede abajo, con un interior...Hay muchas formas”, subraya Adrián.

Luego, señala un aspecto bastante común en equipos que intentan llevar a cabo el juego de posesión: tener a los laterales bien abajo. “Esto me parece llamativo, porque hay equipos que juegan con cuatro atrás y los cuatro están en paralelo para atraer la presión rival y, a partir de ahí, generar espacios por dentro que le permitan progresar”, sin duda, un posicionamiento que parecía obsoleto.

Con estos dos aspectos del juego como pilares fundamentales, se han sucedido, durante la historia, varias

formas de jugar y tendencias que han ido cambiando. Estos estilos han sido organizados mediante disposiciones en el campo que cada técnico veía conveniente para su equipo. Las formaciones predominantes han ido variando de manera dispar según la zona y han estado muy determinadas por la idea de fútbol que se tenía en cada época. Las ha habido con mayor número de atacantes que defensores, otras en las que los centrocampistas eran los protagonistas, unas más equilibradas, otras más asociadas al espectáculo, conservadoras, equipos que las tomaban como referencia exacta u otros que, a pesar de ellas, otorgaban plena libertad a sus jugadores.