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Actualizado: 26 mar 2021 / 04:00 h.
  • Un naranjo a los pies de la Giralda. / A.A.
    Un naranjo a los pies de la Giralda. / A.A.

Llegó la primavera y con esta estación el típico olor a azahar por todos los rincones de Sevilla, una ciudad con el mayor naranjal urbano a nivel mundial. Ya en el período arabigoandaluz se plantaron estos árboles por las virtudes curativas que se atribuían al agua de azahar y, ahora, también generarán energía limpia. Por segundo año consecutivo, el Ayuntamiento de Sevilla ha derivado el zumo de las naranjas amargas a la producción de biogás mediante un proyecto de Emasesa, que impulsa en la EDAR Copero.

Este proyecto utiliza la producción de naranjas amargas para generar energía eléctrica a través de biogás. Según el Ayuntamiento, «con 1.000 kilos de ese producto se produce el equivalente al consumo de cinco viviendas en un día».

De la naranja se extrae un 50 por ciento de zumo y un 50 por ciento de cáscara aproximadamente, generando por cada tonelada unos 500 litros de zumo y 500 kilos de cáscara. No obstante, solo se utiliza el zumo para generar esta energía limpia. La cáscara y las partes que no se pueden aprovechar se llevan a máquinas de compostaje para su transformación en abono, que será reutilizado en los campos de la provincia.

«La valorización de las naranjas procedentes del viario público supone un ejemplo de economía circular y una apuesta por la mitigación del cambio climático del proceso de abastecimiento y saneamiento de aguas», explican en un comunicado.

Actualmente, las calles de la ciudad albergan unos 50.000 naranjos y, según el Ayuntamiento de Sevilla, la previsión de la campaña de recogida de naranjos este año es de 5,7 millones de kilos.

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