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Actualizado: 19 nov 2021 / 14:24 h.
  • «La implantación de energías renovables es clave para la lucha contra la despoblación»

La electrificación es una de las principales vías de solución para el reto de la sostenibilidad ambiental y la lucha contra el cambio climático. Al mismo tiempo, si se priman criterios sociales en el desarrollo de los proyectos, este proceso puede convertirse en clave para garantizar el desarrollo de los territorios rurales.

Así lo ha dejado patente César Álvarez, director del área de Hidrógeno de EnerHi, durante su intervención en la feria Genera, que se ha celebrado estos días en Madrid. Durante el evento, que ha congregado a empresas y profesionales especializados en los sectores de la energía y el medio ambiente, el experto en energías renovables participó en la Jornada sobre Medio Ambiente, organizada por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Allí presentó las principales conclusiones del informe elaborado por EnerHi sobre ‘La electricidad: palanca de desarrollo de la España Vaciada’, que sienta las bases sobre cómo se debería llevar a cabo una implicación correcta de los proyectos energéticos en los pueblos.

¿El crecimiento económico va siempre de la mano del aumento de emisiones?

El informe señala que el crecimiento de fuentes de energía limpias, preferentemente de la electricidad, será una necesidad para reducir la relación existente en la actualidad entre el crecimiento económico y el aumento de emisiones de CO2. Además, para llegar a una verdadera sostenibilidad, en esta ecuación es necesario añadir dos elementos más: las personas y el territorio.

Tal y como explica César Álvarez, “la relación con las personas pasa por la preservación del medio que les rodea, en este caso el medio natural, pero también por compatibilizar la preservación del medio con el desarrollo socioeconómico de los pueblos y las comarcas. Y ahí está presente EnerHi de manera especial”. Así, si se aplican criterios sociales, las energías limpias pueden romper la tendencia indeseada que relaciona la generación de riqueza con el deterioro medioambiental, logrando al mismo tiempo una mejora del bienestar de las personas y del territorio, también desde el punto de vista económico.

EnerHi defiende que las energías renovables son la garantía de futuro económico y demográfico para la llamada España Vaciada y, en general, para todas las comarcas rurales o interiores en las que se enclaven instalaciones energéticas que se ajusten a criterios sociales.

De este modo, las energías renovables deben entenderse “no solo como instrumentos vitales en la transición hacia un nuevo modelo productivo descarbonizado, sino también como una oportunidad histórica inexcusable para el desarrollo de las comarcas rurales, abandonadas y en proceso de despoblación”, apunta César Álvarez. “La implantación de energías renovables es clave para la lucha contra la despoblación”, añade.

Cómo conseguir un enfoque social

En esta línea, el informe sostiene que es preciso priorizar proyectos que vinculen el domicilio fiscal de la planta con su localización física, a fin de que los retornos fiscales redunden en los propios territorios en los que se produce la generación eléctrica. Respecto al desarrollo rural y el empleo, el texto aboga por dar prioridad a los proyectos que acrediten la generación de empleo a nivel local e incluyan compromisos de formación para capacitar a trabajadores locales en acciones de mantenimiento y limpieza de las instalaciones. Además, recomienda valorar que los proyectos apuesten por incorporar socios locales para su desarrollo y gestión.

El informe señala además que, para lograr una verdadera vertebración del territorio, se requiere una estrategia de instalaciones más distribuidas, con plantas de mediana capacidad y discriminando positivamente el acceso a la red de proyectos que se desarrollen en la España Vaciada y tengan un compromiso social con su desarrollo.

Finalmente, para maximizar el impacto económico y social de las plantas, el trabajo apunta que hay que potenciar proyectos que prioricen la propiedad pública del suelo, o bien contratar el suelo con propietarios locales, para que los beneficios del alquiler reviertan en el mismo territorio.