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Actualizado: 12 mar 2021 / 13:28 h.
  • Alfonso Vargas. / Fotografía cortesía del señor Vargas
    Alfonso Vargas. / Fotografía cortesía del señor Vargas

Se acerca la primavera; el sol comienza a salir con más insistencia. Y el viento sopla desordenado como suele ocurrir en esta época del año. Esto, que hace unos años podría servir para echar mano de la lírica o de unos acordes con los que construir una balada, actualmente significa, además, energía, cuidado del medio ambiente o el muro necesario para que el cambio climático vaya cediendo ante el ingenio de los seres humanos.

Alfonso Vargas es presidente de CLANER (Asociación de Energías Renovables de Andalucía); es ingeniero industrial por la Universidad de Sevilla y lleva trabajando en el sector de las energías renovables desde 1998, siempre vinculado a Endesa/Enel.

Alfonso Vargas es un hombre cercano y de verbo fácil, cosa que se agradece puesto que hablar de energía no es sencillo y suele espantar a otros que no entienden demasiado del asunto. Le pido que me explique qué son las energías renovables de forma sencilla.

‘Las energías renovables, como su propio nombre indica, son aquellas que no se agotan. Y eso es una ventaja, de partida, muy importante. Llevamos escuchando que, por ejemplo, el petróleo se nos acabará en un tiempo determinado; pues eso no pasará con las renovables. Pero lo más importante es que son energías limpias, no producen emisiones contaminantes. Por eso el petróleo tiene muy complicado poder competir con la eólica o la foltovoltaica’.

Comprenderá usted que, escuchando esto y estando en España, surja una duda de inmediato: ¿cómo es posible que un país como España no esté a la cabeza de la energía renovable?

‘Probablemente, nos hemos incorporado tarde al tren de las renovables ya que arrastramos unas carencias muy importantes en cuanto a cultura de sostenibilidad, medio ambiente, etc. Eso es algo que podemos comprobar echando un vistazo a cómo usamos el transporte sostenible o las bicicletas. Pero eso se está corrigiendo con rapidez. Tal vez, a corto plazo no tengamos más potencia fotovoltaica que Alemania, pero a medio seguro que sí. En cualquier caso, a pesar de los parones que hemos sufrido estos últimos años con moratorias y la imposibilidad de instalar estaciones de renovables, los objetivos se van cumpliendo. Estamos por encima del 54 por ciento en penetración de las renovables en la red eléctrica’.

Efectivamente, Alfonso Vargas tiene razón al afirmar que las renovables cubren el 50 por ciento del consumo eléctrico en España (eso supone el 20 por ciento del consumo total). Pero necesitaríamos multiplicar por 10 la generación de energías renovables actual para cubrir el gasto energético en su totalidad y ese es un reto descomunal para el sector energético español.

‘La mayor aportación de las renovables al consumo energético total se hace desde el sector eléctrico, es decir, aparte de los usos térmicos (en Andalucía usamos renovables también en este campo; la biomasa y el propio sol, son los ejemplos más claros). Pero tenemos un enorme lastre en el transporte que es una de las mayores fuentes de emisiones de gases contaminantes y que presenta enormes dificultades para cubrir las necesidades. Están ligadas al petróleo y el uso de gas o hidrógeno no termina de implantarse por lo que la vía más rápida es la electrificación de ese sector y, como es lógico, es necesario instalar estaciones de renovables para poder acometer ese proceso. Efectivamente, si miramos el problema en su conjunto, nos queda mucho camino por recorrer, pero me atrevería a decir que este que hemos elegido es, al menos, el camino más corto y el más rápido hacia la reducción de emisiones y consecución de objetivos’.

«La transición energética es inevitable porque forma parte de la lucha contra el cambio climático»

¿Es necesario un cambio social para que las energías renovables terminen de implantarse?

‘Es necesario un cambio absoluto de mentalidad. Tengo en la cabeza, como paradigma de lo que quiero decir, el uso de la bicicleta en el ámbito urbano. Fíjate en Sevilla lo que se ha tardado en hacer un uso intensivo de la bicicleta disfrutando de una climatología tan favorable. La transición energética es inevitable porque forma parte de la lucha contra el cambio climático, pero tenemos que explicar a la gente por qué hay que hacer todo esto. Es inevitable que tengamos que hacer un trabajo extensivo e intensivo desde abajo, desde las escuelas. Los niños y los jóvenes son mucho más permeables y lo hemos comprobado con el reciclado de residuos y con los movimientos en favor de la lucha contra el cambio climático. Habrá sectores sociales en los que encontremos una menor sensibilidad respecto a las energías renovables y su importancia, pero no creo que nadie se oponga por definición. Esto es algo que incluso supera las ideologías políticas. Sea como sea, este es un cambio inevitable para el que tenemos que dotar de los medios adecuados a todos los actores que intervengan; por ejemplo, un vehículo eléctrico solo puede triunfar en el mercado si puede competir en precio y prestaciones con los motores diesel’.

¿Existe o ha existido oposición por parte de las compañías eléctricas al desarrollo del sector de renovables o eso es un mito?

‘Llevo trabajando en el sector más de 25 años y he de decir que en absoluto he conocido nada parecido; al contrario, creo que han sido actores muy importantes a nivel de grandes instalaciones. Es verdad que esa percepción se ha dejado notar si hablamos de pequeñas instalaciones para el autoconsumo, para consumir y entregar a la red. Pero creo yo que eso se debía más a dificultades en el manejo de las redes con la aparición de esas instalaciones, a dificultades técnicas. Las grandes empresas, hoy, dan enormes facilidades para que estas pequeñas plantas se multipliquen y sean beneficiosas para todos; el autoconsumo va a ser algo tan generalizado que las propias compañías ofrecen en su catálogo productos en esa línea. Es posible que la falta de regulación que hubo en su momento generase algún problema. Lo primero que se hizo fue el famoso ‘impuesto al sol’ y antes no había nada de nada; y eso fue un enorme problema que ya está solucionado’.

«La transición energética es inevitable porque forma parte de la lucha contra el cambio climático»

¿Se pondrá Andalucía a la cabeza de la generación de energía renovable en España y en el mundo entero?

‘Capacidad sin duda que existe. Tenemos recursos y territorios suficientes. Ya somos líderes a nivel nacional en fotovoltaica. ¿Cuánto podremos crecer en los próximos años? Ser líderes mundiales será difícil, pero en Europa, el conjunto de España, debe aspirar al liderazgo. Es un reto enorme el que tenemos por delante’.

¿La administración autonómica está preparada para asumir el aluvión que parece que se puede producir en los próximos años?

‘Los promotores están dispuestos a invertir en energía renovable, pero necesitan que la administración agilice y facilite los procesos para poner en marcha las instalaciones. Hay mucha voluntad en la Administración, pero faltan recursos. Se ha visto desbordada por la cantidad de proyectos. Sin embargo, crear una serie de puestos de trabajo público para gestionar estos proyectos a medio plazo será una excelente inversión. Nos preocupa la poca agilidad actual. Hay que tener en cuenta que estos proyectos dependen de plazos, de avales, de garantías diversas y eso complica el proceso si se tarda más de la cuenta en la gestión administrativa’.

¿Cómo puede ayudar a la Comunidad Autónoma andaluza la energía renovable? ¿Más empleo, mayor riqueza, menos lugares vacíos de la geografía?

‘Las grandes instalaciones de renovables son muy intensivas en capital y en empleo. Además, una vez instalada una planta comenzaremos con otra, algo que sería impensable si hablamos, por ejemplo, de la energía nuclear. Si se construye una planta no se replica en la misma zona comarca. En el caso de las fotovoltaicas sí es posible hacer eso. Por tanto, generas empleo y muy pegado al territorio, de forma muy local, con lo que se contribuye a paliar los daños de lo que se conoce como España vaciada. Si se fija a la población no se abandona ni la tierra ni los pueblos. Por otra parte, he de decir que las energías renovables no van en contra de otras actividades. ¿Imaginas desbrozar el terreno que ocupa una planta fotovoltaica con ganado del lugar? Pues esa es una de las ideas que ya están en marcha. Otra consiste en plantar y fomentar la apicultura. En fin, es compatible con la actividad agraria y ganadera sin duda alguna. Más empleo y de enorme calidad, formación para las personas que realicen esos trabajos, impedir que la España vaciada vaya a más, emisiones contaminantes cero, consumo cero de agua y residuos reducidos a la mínima expresión. Es necesario destacar que los promotores están obligados a llevar a efecto medidas compensatorias respecto al medio ambiente; se instalan bebederos para animales allí donde no había antes o si un tipo de ave puede perder parte de su hábitat se crea otro cercano de iguales características. La generación de estudios medioambientales por parte de los promotores de energía renovable es enorme. Antes de la instalar una estación eólica, por ejemplo, se necesita un año de estudio previo. Respecto a la arqueología o la geología del entorno se pueden decir cosas similares’.

¿Me regala una alegría? ¿Pagaremos menos en el futuro por el consumo de electricidad o eso es ciencia ficción?

‘El mercado eléctrico ha tenido muchísimos picos de sierra respecto a las tarifas. Sin embargo, en los últimos años se aprecia una clara tendencia a la baja. Puntualmente, el precio se dispara por una serie de circunstancias muy, muy, puntuales. Hay que recordar el paso de Filomena por la península. La altísima demanda por el frío fue descomunal, pero después los precios en España bajaron considerablemente. En la actualidad, la energía renovable está marcando máximos de consumo y esto abarata el precio del recibo de la luz. Pagaremos menos, sin duda. De aquí a diez años la diferencia será sustancial’.