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Actualizado: 27 nov 2022 / 04:00 h.
  • Aterradora experiencia en un hotel encantado de Sevilla

Conocí a Marta y Carlos a través de un mensaje de un número no etiquetado que entró por mensajería en mi móvil, aquel mensaje+ decía: «¿Eres José Manuel García Bautista?» a lo que respondí afirmativamente. «Entonces tengo algo que contarte» me respondió.

Carlos y su pareja, Marta, son naturales de Cádiz y quisieron pasar un fin de semana en Sevilla, habían estado en una ruta misteriosa por la ciudad y se fueron a comer algo, luego se retiraron a su habitación en un céntrico hotel sevillano.

«En un principio estábamos cansados por estar todo el día viendo cosas y por la ruta, pero después de comer nos animamos un poco más y aunque estábamos en la habitación, sería las doce de la noche, dijimos de ver sitios para tomar algo, bicheamos por internet la plaza de la Encarnación y dijimos de ir”.

“La cosa es que Carlos tenía un poco de frío y busqué en la maleta una chaleco. En ese momento es cuando sucedió todo. Carlos estaba echado en la cama y se puso la televisión, entonces le dije, mientras que buscaba cogía el chaleco: «¿No íbamos a salir? ¿Para qué pones la tele?» y él me dijo: «Yo no he puesto nada, se ha puesto sola». Entonces se apagó sola y me volví y le dije: «Estás de broma, ¿no?» y él me señaló en mando que estaba sobre una mesita» contaba la chica sobre como comenzó todo.

Más sucesos extraños

Carlos tomó la palabra y siguió contando su experiencia: «Marta se acercó a la cama, yo estaba sentado y ella me dijo: «no, a ver si con tanto misterio nos hemos traído algo» y la luz comenzó a parpadear, ella gritó y la televisión se encendió de nuevo. Entonces sentimos, perfectamente, como alguien andaba por la habitación... Marta dijo «mira, será casualidad, vámonos y ya pasará« y salimos de la habitación. Estuvimos tomando una cerveza en La Encarnación y volvimos» contaba.

Todo parecía en calma «le dije que habría sido un mal contacto o que estaría domotizada y habría pasado algo. Nos acostamos y entonces sentimos como esos pasos estaban de nuevo en la habitación y la luz se volvió a encender. Marta me dijo que ella se iba de allí y fue cuando sentimos un «ssssssssssss» como mandándonos a callar”.

“Durante ese momento además nos vino un olor a quemado muy fuerte, muy penetrante, no de carne o comida quemada o pegada sino a algo que había ardido, como un incendio, agradable no era...”

Proseguía diciendo: “La impresión fue tremenda y la noche que pasamos fue de dormir poco y de escuchar mucho. Le hemos dado muchas vueltas a lo que pasó, que sin un mal contacto, que si un tabique muy fino y que se escuchara al de la habitación de al lado, de todo, pero la verdad es que no sé como explicar lo que pasó« finalizaba Carlos.

Realmente nuestra pareja de visitantes fue a coger una habitación en un hotel encantado conocido de Sevilla -que no cito por no perjudicar al negocio- y vivieron, en primera persona, la evidencia de esos mismos fenómenos que tantas veces se han descrito en su interior. Oficialmente no pasa nada, oficiosamente las cosas son muy diferentes... Seguramente sea ese hotel que tiene en mente...