Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 04 dic 2022 / 04:00 h.
  • Carreteras malditas y apariciones de carretera en Sevilla

La «chica de la curva» es la típica historia que se cuenta de apariciones dentro de lo que es la leyenda urbana, son relatos creados para generar terror que tiene mil y una variantes -tantas como personas que las cuentan-.

Pero la historia que les quiero narrar es uno de esos hechos imposibles que se muestran ante el investigador, ante el periodista, y que describen una realidad con la que muchos no querrían encontrarse. Es lo que le sucedió a Emilio López y Carmen Arias cuando regresaban a Sevilla.

«No era muy tarde, veníamos de ver a unos amigos en Las Cabezas. En el camino la típica conversación sobre la visita y eso. Bueno, íbamos llegando al cruce de El Torbiscal y Carmen comenzó a decirme que «un día tenemos que venir al Torbiscal y entrar dentro que dicen que pasan cosas extrañas, por ver si es verdad», yo le decía que conmigo no contara para entrar ahí y menos ella y yo solos, que si venía más gente sí que si no mejor estábamos en casa», todo eso así en tono de broma y echándonos una risas» decía Emilio.

«Seguimos avanzando y llegando a la curva nos cruzamos con una mujer, venía andando en sentido hacia nosotros, la vimos perfectamente, una mujer que llevaba una cazadora verde con unas vaqueros, me atrevería a decirte que tenía el pelo castaño y parecía algo pálida aunque no sé si fue por la luz del coche. Nos dejó sorprendidos porque desde que la iluminamos, que juraría que apareció allí de la nada, se quedó a pie quieto en la carretera y girando el cuerpo a medida que pasábamos, yo no sé si por temor o algo, a que se pudiera echar sobre el coche, como una suicida, pero aminoré y eso nos dejó verla bien, vamos, para decirte todos esos detalles. Entonces Carmen dijo: «¡Para!» y frené, ella miró hacia atrás y ya no estaba, entonces comenzó a decir: «¡Qué ya no está! ¡Qué ya no está!» y eso es imposible, había desaparecido» explicaba Emilio sobre su experiencia.

«¿Qué hicisteis?» fue mi pregunta. En esta ocasión respondió Carmen: «Yo le pedí que diera, con cuidado, marcha atrás, a ver si la veía, pero nada, no había nadie, ni un alma, solos en la carretera. Además tenemos una linterna supe potente en el coche y bajamos la ventanilla y alumbramos todo lo que podíamos ver y allí no había nadie, había desaparecido. Al bajar la ventanilla lo que sentimos fue mucho frío, un frío raro que atribuimos a la noche y al relente de la zona» por lo que decidieron irse.

«Luego ya, buscando en internet miramos apariciones de «chicas de la curva» y llegamos a la conclusión que era lo que debimos ver por qué otra explicación no hay para lo que vivimos, además fue todo muy raro» finalizaban.

Otras carreteras «encantadas»

Otras carreteras que también tienen su particular aparición en la A-360 que llega a Morón de la Frontera y donde se ha podido ver a un grupo de niños, cogido de la mano y que resultan ser espectros, fantasmas -siempre a decir de los testigos-. Hechos paranormales de los que ya informara hace casi diez años en las páginas de este periódico. También se ha podido ver a una especie de ensotanado que sólo deja ver su pálida cara para inquietud del conductor.

Otro tramo de carretera maldita es el que une Lora del Río y Carmina, no por las «piernas» que se aparecen en este punto y que -demostrado- eran lechuzas de caza -tiene su explicación- si no por una figura que se aparece y se cruza en la carretera, una persona que se distinguen sus rasgos claramente y en un punto dónde hubo varios accidentes con trágico final.

Igualmente encontramos otros puntos malditos o encantados en Constantina y en la famosa Cuesta de las Doblas en las que se han narrado muchos encuentros imposibles son esta particular «chica de la curva».

Puede que crea que todo es parte de la leyenda urbana pero piense en lo que haría si fuera usted el que viera a una de ellas.