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Actualizado: 02 feb 2020 / 05:45 h.
  • Casas encantadas y fantasmas en España

El fenómeno de las casas encantadas es, sin dudas, uno de los que más atrae la atención de los aficionados y expertos a los temas paranormales. Casos impactantes hay en todo el mundo pero en España se encuentran algunos que son ya parte de la Historia por la espectacularidad de los incidentes vividos en su interior, por estar implicadas las fuerzas de seguridad del Estado o por ser edificios oficiales de gran importancia.

De Norte a Sur y de Este a Oeste encontramos las huellas del misterio, casos que hicieron vivir experiencias aterradoras a sus protagonistas y que hoy son de obligada referencia cuando se estudia la fenomenología de las llamadas casas encantadas o “casas del miedo”.

El terrible “Caso Vallecas”

De los casos de fenómenos paranormales y experiencias terroríficas más impactantes que se han podido vivir en las últimas décadas, en España, siempre destacara por su espectacularidad el llamado “Caso Vallecas”.

Es una historia de fantasmas famosa donde la realidad supera a la ficción y donde una familia vivió un infierno que tuvo una especial y fatal relación con su hija.

Se llamaba Estefanía Gutiérrez Lázaro y vivía en la popular barriada madrileña de Vallecas, era el año 1991, su familia era de origen humilde, muy trabajadora y jamás imaginarían lo que estaban a punto de vivir.

Todo fue a raíz de practicar una sesión de ouija en el instituto donde estudiaba, una mañana se fue junto a una amiga a un lugar apartado armadas con una tabla ouija y ahí comenzó el principio del fin. Trataban contactar con el espíritu del novio de la chica que había fallecido en un accidente de tráfico, durante la misma fueron sorprendidas por una profesora que, enfurecida les interrumpió, en ese momento del vaso que utilizaban como master comenzó a surgir una especie de humo, espeso, negro, denso, que entró por las fosas nasales y garganta de Estefanía.

En ese momento convulsionó y todos se preocuparon por la salud de la joven que fue de mal en peor, comenzó a tener un cuadro preocupante de visitas al médico sin que se supiera bien lo que le ocurría. Las amigas tenían miedo pues sabían a lo que habían jugado pero, además, en la casa comenzaron a vivirse situaciones especialmente duras.

La chica decía que en su casa había seres oscuros que la visitaban en la noche, había extrañas sombras, extrañas presencias, todo iba muy al límite, el terror se apoderaba de la joven que cada vez tenía menos fuerza y la vida se le escapaba.

En su hogar de la calle Luis Marín número 8 se vivían jornadas increíbles, fenómenos que no se podrían describir que, unido a la reciente muerte del abuelo, hacía que todo se viera con pesimismo. Un hecho vino a oscurecer aún más sus vidas: la defunción de la joven.

Estefanía fue ingresada en el hospital Gregorio Marañón en estado de coma falleciendo de “asfixia pulmonar”; en 1992 se desencadenaron los sucesos inexplicables: objetos que se movían solos, cajones que se abrían y cerraban, puertas que hacían lo propio, hasta un retrato de Estefanía entró en una misteriosa combustión espontánea.

Y el fenómeno paranormal tomó la casa hasta el punto que, una noche, se precisó la asistencia de la Policía en el domicilio pues los sucesos eran aterradores y muy superiores al límite de la resistencia humana.

Fue un inspector de Policía quién iba a dejar constancia de todo aquello en un histórico informe el cual causaría conmoción. Su nombre es Pedro Negri y fue testigo directo, junto con otros agentes, de cómo los cuchillos salían volando, un crucifijo fue separado de la pared de forma antinatural, un retrato de la chica fallecida que entró en combustión espontánea, la aparición de ectoplasma o la materia de la que dicen que está formada la materialización de un espectro.

El 27 de noviembre de 1992, tras la intervención en el domicilio de los Gutiérrez-Lázaro se redactó un informe, quizás el más famoso, en cuanto a todo lo tocante a estos temas que van más allá de la realidad, decía así:

“Pudieron oír y observar como una puerta de un armario perfectamente cerrada, cosa que comprobaron después, se abrió de forma súbita y totalmente antinatural”, “No habían salido de la sorpresa y comentando la misma, se produjo un fuerte ruido en la terraza donde pudieron comprobar que no había nadie” o “momentos después pudieron percatarse y observar como en la mesita que sostenía el teléfono y, concretamente, en un mantelito, apareció una mancha de color marrón consistente identificada como babas”.

Y fue cuando trascendió a los medios de comunicación que hicieron del caso un paradigma de la investigación paranormal que tuvo mucha presencia en programas radiofónicos míticos como el dirigido por Juan Antonio Cebrián (“La Rosa de los Vientos”), Miguel Blanco (“Espacio en Blanco”) o Iker Jiménez (“Milenio 3” o “Cuarto Milenio” en televisión).

En las jornadas posteriores siguieron viviéndose hechos insólitos en la casa y pocas respuestas se pudieron dar a algo que aún no se logra entender y que, de alguna forma, era una realidad incontestable por el numeroso grupo de testigos que se han tenido del mismo.

La familia terminó por abandonar el inmueble, por buscar otro más tranquilo en el que vivir en paz pero siempre teniendo presente lo que sucedido y la muerte de su hija.

Ocupó una humilde familia aquel piso y también tuvieron experiencias extrañas si bien es cierto que en menor medida y no permitiendo, salvo en contados casos, que se entrara allí para hacer pruebas o investigaciones.

De su espectacularidad hizo el cineasta Paco Plaza una película llamada “Verónica” que tenía como hilo conductor la historia narrada si bien deformaba muchos hechos que se alejaban de la realidad.

Fenómenos paranormales en el refugio-cuartel militar de Cerler

La noticia conmovió a toda la nación, fue uno de los hechos más trágicos y desgraciados que pudieron ocurrir aquella aciaga noche del 11 de Marzo de 1991. Durante unas prácticas militares los 130 militares de la Compañía de Esquiadores del Batallón de Cazadores III/65 de Barbastro salen a realizar unos ejercicios de alta montaña.

El martes 12 de Marzo de 1991 la prensa informaba: “Cinco militares muertos y otros cuatro desaparecidos por una avalancha de nieve”. Cinco militares perdieron la vida en el Pirineo aragonés y otros cuatro permanecieron desaparecidos al quedar sepultados por un alud de nieve. Fallecieron el teniente Álvaro Fernández González; el cabo primero Dorado Díaz; el cabo Pozuelo González; y los soldados Rodríguez González y Pérez Mendiguren, los cuatro primeros de armas de Artillería y el último, a Infantería, pertenecían a la compañía de escaladores y esquiadores del Regimiento Valladolid 65, con guarnición en Barbastro (Huesca).

Al mando se encontraba el capitán Luis Silvera, llegados a un lugar llamado Blanca de Paderna un alud se precipita sobre ellos, muchos logran salvar la vida excepto nueve infortunados que concluyen sus días bajo la blanca nieve de tan apartado lugar.

Desde ese momento en el refugio-cuartel de comenzaron a vivir todo tipo de hechos extraños...

Pasaron los meses y el Diario del Alto Aragón informaba un 28 de Septiembre de 1992 de una investigación paranormal que se estaba llevando a cabo en un cuartel en Cerler. El Ejército negó tal circunstancia pero los lectores recordaron que en ese mismo lugar ocurrió la tragedia del Batallón de Barbastro el año anterior.

El Gobierno Militar de Huesca, el 29 de septiembre de 1992, envió un comunicado al Heraldo de Aragón, que decía lo siguiente: “El Ejército niega hechos paranormales en Cerler”. El comandante Espinosa en el “Diario del Altoaragón” firmaba que “no hay ninguna historia de sucesos paranormales en este cuartel, ni mucho menos que el general haya solicitado la ayuda de ningún parapsicólogo, ni nadie que estudie estos fenómenos, por la sencilla razón de que allí no pasa nada, la vida es normal y corriente, como siempre. Me gustaría saber de dónde ha salido toda esta historia”. Pero la realidad era bien diferente de aquellos trágicos hechos.

Y es que desde el trágico accidente el cuartel parecía “encantado”, según los soldados las luces funcionaban solas, se encendían y apagaban solas, se sentían fuertes golpes y las taquillas eran golpeadas con gran violencia. Los objetos se movían solos y una vez las treinta y seis ventanas del cuartel se abrieron a la vez.

Aquello se escapaba de la comprensión de los aterrados militares que incluso veían extrañas formas luminosas paseando por el cuartel: “Aquello era horrible. Mientras estábamos acostados, oíamos claramente cómo las puertas de las taquillas se abrían y cerraban solas, con mucha fuerza y como por arte de magia. En otra ocasión oímos pasos, pasos que sonaban cada vez más cerca, pero por más que mirábamos, no conseguíamos ver a nadie”.

Oscar Blasco Calvo manifestó al portal “Mundo Misterioso” años más tarde: “Aquella noche me tocaba guardia. Serían las dos o las tres de la madrugada. Estaba enfrente de la garita y tenía frío. Había un puerta con un candado que sonaba mucho, supongo que por el viento, ¿no?, me imagino. Bueno, y desde la garita yo veía “peña” ahí, en la montaña. Y tenía el cetme montado y con el cargador puesto, del miedo que tenía. O sea, allí no tenía que haber nadie, y arriba en el monte una luz, cuando allí no hay ninguna luz. Aquella luz se movía, bajaba, y de repente otra vez estaba arriba, y bajaba... Di novedades al cabo primero y se comenzó a reír de mí, y yo dije, bueno, pues serán imaginaciones mías. Pero aquello quedó registrado en el libro de novedades.”

En el mismo medio indicaba: “Cuando acabé la guardia de dos horas me fui a dormir, y después me tocó una patrulla de dos horas también con otro chaval, y teníamos que dar vueltas al refugio”. Intranquilos por lo vivido recuerda que “empezamos a dar vueltas. Mirando los camiones y todo eso, ya ‘cagados’..., yo con lo que había visto, ‘cagados’... Y comenzamos a inspeccionar la fachada, todas las ventanas estaban cerradas, pues bien ¿no? Seguimos andando, lo que cuesta dar una vuelta al refugio, siete minutos u ocho, y cuando miramos otra vez todas las ventanas estaban abiertas.”

Un soldado dijo a otro compañero “¿Tú lo has visto?” y decidieron dar otra vuelta: “Dimos otra vuelta, y entonces... ¡Estaban otra vez cerradas! Estábamos ya jiñados”.

Ángel Civera hizo el servicio militar en el refugio-cuartel de Cerler en 1994, él narra su experiencia: “Yo oí pisadas. Serían las doce y pico de la noche. Aquel día yo fui el último en acostarme y cerré las dos puertas, por lo que sabía que no había nadie levantado. Por lo que es el pasillo donde está la centralita oí pasos. Y no se abrió ninguna puerta ni nada. Allí no había nadie. No había nadie seguro, ya que si no habría oído abrirse la puerta”.

Además “en el refugio conservaban un ejemplar del periódico en el que se hablaba de los fenómenos paranormales que sucedían allí. Cuando lo vi fue la primera vez que tuve conocimiento de lo que allí pasaba. El cabo furriel, que era quien llevaba las llaves de todo, en ocasiones subía al botiquín y se encontraba las luces encendidas, cuando sólo él podía entrar allí.”

Todo era especialmente virulento en los lugares relacionados con alguno de los fallecidos aquella aciaga noche.

Un par de años después la actividad disminuyó significativamente sin que nadie pudiera explicar convincentemente que ocurrió en el cuartel en aquellas aterradoras jornadas.

El Ejército silenció todo lo ocurrido pero la opinión pública y los investigadores sabían de la realidad paranormal de aquel cuartel en Cerler.

El “Padre Benito”, el fantasma de la Diputación de Granada

Uno de los casos más emblemáticos que tiene la ciudad de Granada es el del denominado “fantasma de la Diputación Provincial”, un caso que sorprendió a los investigadores y curiosos de este tipo de temas allá por las navidades del año 1987, sin bien ya llevaba algún tiempo sujeto a investigación. No fue hasta esa fecha cuando los investigadores de la Asociación Parapsicológica Omega comenzaron a sufrir los rigores de aquel espectro que se manifestaba en su interior.

El lugar donde se construyó la Diputación Provincial de Granada nos puede dar las pistas de lo que ocurrió en aquellas intensas jornadas. Se pudo saber que fue un palacete árabe y después fue el convento parroquial de la Magdalena. Posteriormente un cementerio privado donde ya ocurrieron hechos más propios de la crónica negra que del misterio y que obligó al traslado del convento. Así el presidente de la Asociación Parapsicológica Omega narraba como aquel cementerio, que trasladaban a los difuntos a la parroquia antes de llevarlo al mismo, vía en la calle Mesones, sufrió un aparatoso incidente al desbocarse un carruaje que terminó matando a varios transeúntes, el gobernador Mendizábal decidió trasladar el convento a otro lugar y allí permaneció el edificio que tuvo otro destino: un gran centro comercial. Los almacenes Woolworth, dedicados a telas y otros tejidos. La desgracia también se cebó con él y su dueño -en la década de los años 70 del siglo pasado- se suicidó.

Cuando el muro maestro fue derribado para comenzar a construir los almacenes, se descubrió en sus cimientos una gran cantidad de restos humanos, algunos de ellos pertenecientes a niños recién nacidos hecho que causó una gran impresión en aquellos obreros que realizaban aquellas reformas.

El edificio se convierte en la actual Diputación y es cuando los fenómenos cobran fuerza pues se escuchaban sonidos extraños, las herramientas desaparecían, los ascensores funcionaban solos sin que nadie los activara al igual que las luces o incluso se escuchaba teclear la máquina de escribir.

Los miembros de la Asociación Parapsicológica Omega son autorizados a pasar una noche en el inmueble con un gran número de equipo electrónico, todo ello para analizar lo que allí ocurriera. La investigación comenzó el 21 de diciembre de 1986 y se prolongó hasta el 23 de diciembre del mismo año y en ella destacaban Juan Burgos y Rafael Casares.

En la Diputación de Granada se grabó una de esas psicofonías que ha quedado para la historia de este tipo de fenómenos. Una voz quejumbrosa, difícil de oír, decía “necesito ayuda... Enviadla..., en la primera..., os arrepentiréis”.

Los aparatos dispuesto en el salón de acto pudieron grabar un gran número de hechos extraños, inquietantes ruidos a la vez también que pudieron ser testigo de una visión aterradora como el propio Juan Burgos relataba: ”cuando algo aún más increíble sucedió, quedamos estupefactos al ver claramente como una especie de monolito luminoso, una figura no definida como un humo concentrado y compacto, surgió del muro desplazándose pegado a la pared para después entrar en una pequeña habitación que servía de archivo. La escena sólo duró unos segundos pero los suficientes como para que pudiera ser contemplada por todos los que allí se encontraban”.

Se realizaron una serie de mediciones con grabadoras, con película infrarroja, con detectores magnéticos, también hicieron una especial incidencia en el retrato robot de aquel ente que se les había manifestado y pudieron descubrir que se trataba del padre Benito, un personaje al que se le había prohibido donar una herencia a los niños pobres de Granada y que hoy parece estar reclamando justicia desde el más allá por aquella acción benéfica que no le dejaron concluir.

Lo imposible en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla

En la C/Laraña se encuentra hoy la sede la Facultad de Bellas Artes perteneciente a la Universidad de Sevilla, enclavada junto a la Iglesia de El Valle y compartiendo el espacio que antaño ocupó la Compañía de Jesús en Sevilla. Lugar de sumo interés tanto histórico como artístico plagado de rincones nostálgicos para los habitantes de esta ciudad. Lugares como el famoso Panteón de Sevillanos Ilustres donde descansan los restos de Ponce de León , Gustavo Adolfo Bécquer, “Fernán Caballero” y otros sevillanos que se ganaron su descanso en tan ilustre lugar.

Sus nombres quedarán unidos por siempre a la historia de la ciudad de Sevilla; nacieron en la calle Conde de Barajas y son un claro exponente del romanticismo, sus nombres: Gustavo Adolfo Bécquer y Valeriano Bécquer.

El escritor y poeta, considerado el padre del género de “misterio y terror”, era Gustavo Adolfo Bécquer, pero también lo fue del plano sentimental. Nació el 17 de Febrero de 1836.

Destacaba Gustavo por ser el poeta del romanticismo; aún resuenan, en la actualidad, sus “Rimas” siendo grande su legado cultural. Valeriano era pintor y dibujante e igualmente su figura es importante dentro de la ciudad y para el mundo cultural en general.

Ambos hermanos marcharon a Madrid donde serían asiduos colaboradores de revistas y periódicos; sin embargo Gustavo se puso enfermo y para sanar marchó al monasterio de Veruela, allí escribiría sus Leyendas. La muerte le toca en plena juventud y Valeriano moriría de pena –al quedarse sin su hermano- muy poco después.

Ambos descansan hoy en el Panteón de Sevillanos Ilustres bajo la Iglesia de La anunciación en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.

En su interior se producen hechos que llenan de pavor a los empleados. Siempre se habló de fenómenos extraños en la Facultad pero en los inicios del siglo XXI los hechos se recrudecen y comienzan a aparecer y desaparecer objetos del personal, a sentirse seguidos y acosados e incluso a ser llamados por una voz de la nada, susurrante, por sus nombres, reclamando su atención... pero sin que nadie articulara palabra... ¿Qué o quién los llama?

Jefe de Seguridad y conserje revisaron concienzudamente las instalaciones y visitaron la carpintería por si alguna máquina no funcionaba bien y comenzaba a provocar los sonidos pero ninguna explicación fue satisfactoria y pudieron sentir en más de una ocasión los misteriosos sonidos de procedencia desconocida.

Macarena A. atesora una experiencia ya que limpiando en la planta baja y en la primera planta ha podido sentir el “andar” invisible de unos zapatos “como de mujer” paseando por el claustro columnado de la Facultad y las salas de estudiantes, pisadas femeninas que parecen ascender de una de las zonas de mayor respeto y terror de todo el conjunto académico: el Panteón de Sevillanos Ilustres. No es la única experiencia de Macarena que en otras plantas ha podido ver, en la soledad de la noche, unas extrañas sombras que entran y salen de las aulas y que provienen de la nada... Reclamados los vigilantes de seguridad han podido comprobar la soledad de las mismas y la desconocida procedencia de las sombras.

Luis F. P. siempre se tomaba los relatos de sus compañeros a broma, una broma extendida que creía tener la finalidad de tomarle el pelo, de asustarlo , hasta que una noche lo vieron en su catre descansar inquieto, se movía, gruñía...era un comportamiento anormal, cuando pudo incorporarse estaba pálido, todos sus compañeros acudieron a él para auxiliarlo y relató su experiencia instantes después de ocurrirle: “ estaba tratando de conciliar el sueño ,os estaba escuchando y no podía dormir, de repente una sombra se acercó a mí y me dijo “¿ahora no te ríes? ¿Ahora no te ríes?”. No sabía de donde venía esa voz, la provocaba aquella sombra surgida de la nada, entonces traté de incorporarme, de alertaos, pero la sombra extendió algo que me presionó la garganta y me dijo: “ríete ahora anda, ríete ahora”...y en cuanto que me ha soltado me he reincorporado...” Desde entonces Luis no ha vuelto a bromear al respecto y toma muy en serio las vivencias de sus compañeros que dan fe que este estaba despierto y que algo extraño le estaba sucediendo.

Manolo P. D. cierta noche bromeaba sobre las cenizas de uno de los famosos moradores del Panteón de Sevillanos Ilustres, todas las noches gastaba bromas y se reía de sus compañeros hasta que cierta madrugada vio algo por el claustro...no lo tomó en cuenta pero a continuación sintió pisadas de mujer y una mano sombría y translúcida lo tomó del hombro :” la estaba viendo perfectamente...me dejó helado pero al volverme allí no había nadie... fue tremendo, no volví a reírme más de la escritora”.

Mª. José R. trabajada en la Facultad, en limpieza y también tuvo unas extrañas experiencias, cuando visitaba las estancias inferiores –los sótanos- narraba a sus compañeras como había zonas por las que se sentía acompañada y le sorprendían tremendos descensos de temperaturas...lo más sorprendente le sucedió una noche en la que vio surgir de la nada una pelota o esfera rodar por el pasillo y volver atrás... “era como la pelota de un niño”, Mª. del Carmen A. fue testigo directo de aquel suceso impactante. Pero ¿de dónde surgió?

Manuel M. R. estaba terminando de limpiar la pileta cuando sintió un ruido...una extraña presencia...siguió su trabajo pero de repente observó como la ventana se cerraba sola y el pomo giraba asegurando la ventana... “eso me dejo boquiabierto, desde entonces no voy solo a determinados lugares, aquella noche regresé pálido y con la tensión dando saltos”.

Ana A. también ha sido testigo del abrir y cerrar de puertas de las aulas, al unísono... “me puse muy nerviosa y comencé a gritar...entonces acudieron todos mis compañeros y el personal de seguridad pero al revisar las puertas todas estaban cerradas bajo llave... absolutamente cerradas”. Otra noche “al acabar la jornada fui al servicio que tenemos las limpiadoras y sentí en el interior como un lamento, un lloro...era muy claro y evidente, se escuchaba de dónde provenía el sonido, al entrar con una compañero vimos que no había nadie... fue algo impresionante”. No menos impresionante fue la experiencia vivida la semana pasada de Octubre cuando estando con Carmen en la primera planta y limpiando un ordenador sintió una voz de la nada que le decía: “¿te ayudo a levantarlo?” . Carmen creyó que eran imaginaciones suyas pero Ana le replicó:” ¿con quién hablas Carmen? ¿Quién te ha dicho “te ayudo a levantarlo”? “Y mientras veían una extraña luminosidad en la estancia...

En el recinto estuvo trabajando un guardia de seguridad que venía el no menos encantado lugar del Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, hoy sede del Parlamento Andaluz, gaditano él había vivido otras experiencias duras en el citado edificio con el espectro de la famosa aparición de Sor Úrsula, se creía curado de espantos hasta que una noche vio algo salir del Panteón de Sevillanos Ilustres, algo que caminaba hacia él y que al llegar a su altura le sopló...la impresión fue tal que salió en busca de la compañía y protección de sus compañeros en las plantas sótanos.

Antonio, el conserje, es quizás la persona más escéptica de estos hechos pero reconoce la veracidad de los relatos de sus compañeros e incluso comenta abiertamente haber escuchado los extraños sonidos que han aterrado sus compañeros en las instalaciones.

En cierta ocasión dos vigilantes de seguridad se vieron asaltados por una luz que se les cruzó y les cegó: “sintieron unos pasos y seguidamente la luz les deslumbró. Ambos se quedaron petrificados y todos los creímos, doy fe de que su relato es verdadero por qué uno de ellos es mi marido” relataba Carmen.

Nati G. nos comentaba como una noche reciente mientras cenaba sintió tras de sí una presencia... Estaba sentada en las escaleras del pasillo de aulas y “comenzaron a oírse como si por las taquillas alguien invisible pasara unas llaves o algo metálico invisible...lo más espeluznante fue cuando sentí las que estaban frente a mi sin que nadie hubiera allí excepto yo...”

El Sr. Millán, Decano de la Facultad de Bellas Artes perteneciente a la Universidad de Sevilla, refrendaba todos los testimonios de estos empleados a la vez que avalaba la solvencia y trabajo de todos ellos. Él también fue partícipe de estas vivencias y experiencias de estos humildes trabajadores, que acudieron a él a contarle lo que día tras día les acontece en un lugar en el que sólo pretenden trabajar con tranquilidad y en paz.

Actualmente nadie se queda por la noche en la Facultad...nadie quiere trabajar de noche solo aunque se argumenten todo tipo de razones para enmascarar esta silenciada verdad.

Como declaración conjunta del personal de la Facultad de Bellas Artes valdría una frase que resumiría el espíritu que impera entre ellos: “Creemos que igual que hay un Dios arriba aquí en la Universidad hay “algo” entre nosotros...”

¿Qué sucede en la Facultad?

No son los únicos sucesos extraños que ocurren en la Facultad, así existe una pintada en el primer sótano que en perfecto grafiti rojo reza: “Nuestros sueños de hoy son vuestras pesadillas de mañana”. Esta curiosa y siniestra pintada es borrada pero inevitablemente surge con nuevos bríos a la mañana siguiente aunque no haya clases o no haya alumnos en la Facultad que puedan gastar esta broma... ¿Pintada paranormal, mensaje de otro mundo o fechoría estudiantil? Para el personal es un hecho que les inquieta.

Otra circunstancia, cuando menos, curiosa, son las pisadas existentes en el techo del sótano de conserjería, sótano en el que se han oído extraño ruidos y en el que un día aparecieron una extrañas pisadas en el techo, pisadas que lejos de penetrar en el techo como si alguien hubiera andado invisible e invertidamente por él..., salen del mismo, como si se aproximaran al ojeador... ¿Cómo? ¿De qué forma? Más extraño aún es que aparezcan nuevas y desaparezcan como si realmente alguien las provocara...

La Facultad se asienta hoy en día en lo que antiguamente, en épocas pretéritas, fue el Palacio y sede de la Compañía de Jesús en Sevilla, incluso la misma calle se llamaba como “De la Compañía”. En él hubo enterramientos de hermanos fallecidos cuyas tumbas nadie acierta a ubicar en un edificio hoy remozado y desconocido de aquel de antaño que acogiera a los hermanos jesuitas. ¿Dónde están esos restos? Nadie los sabe ubicar con exactitud pero aún siguen allí esperando, tal vez, ser reubicados por alguien.

Parte de los acontecimientos de la Facultad de Bellas Artes parecen estar provocados por restos emocionales o sentimentales, hechos sin decir o sin hacer que le han hecho morar por el edificio ayudando o incordiando a sus amigos desde el otro lado...

Sin embargo aún queda por desvelar de quién es el fantasma que determinadas noches al mes decide salir de su lujosa tumba de mármol en el Panteón de Sevillanos Ilustres para pasear su lóbrega y translúcida figura por el claustro de la Facultad... Curiosamente los empleados de seguridad y limpieza le llaman “La Cesi” y no se refieren a otro que a “Fernán Caballero”, ilustre escritor que realmente enmascaraba tras su masculino nombre a Cecilia Böhl de Faber (1796-1877), autora costumbrista enterrada en suelo sevillano cuyo fantasma gusta , a decir de la leyenda y los testigos, salir a pasear por su tierra.

El “Duende de Esparto”

Sucedió en la plaza del Esparto, en Valencia, en los primeros años del siglo XX; fue tildado como uno de los primeros casos paranormales de España y se le conocería como el “Duende del Esparto”.

En la casa afectada por los sucesos inexplicables vivía la familia Colomero, afirmaban escuchar ruidos extraños en su vivienda, ruidos que se daban a cualquier hora del día y que les tenía muy inquietos.

La noticia comenzó a circular por toda Valencia y hasta aquella casa comenzaron a llegar curiosos para vivir lo que allí sucedía. Fue el 6 de Julio de 1915 cuando el gobernador civil Sr. Motilla envío a un grupo de guardias civiles junto con el inspector provincial Rodríguez, el jefe de policía, Oliveras, y el capitán Alicart. Lo primero que hicieron fue un detallado registro de la casa y, posteriormente, investigar lo que allí decían que sucedía.

En el informe policía se dice: “A las diez de la noche comenzaron los ruidos. Estos eran más perceptibles en los tabiques ligeros que en las paredes llamadas vulgarmente maestras”.

Al no encontrar el origen de aquellos extraños ruidos dieron una explicación al caso: “He aquí la causa: Dos camas, un armario que antes no lo era, una pared mediera que divide dos casas, un tabique vibrante, o que debe vibrar. Todo esto produce los ruidos seguramente”. Pero los ruidos continuaron produciéndose para temor de todos...

Los inquietantes ruidos tuvieron eco en la prensa de la época, así los diarios decían:

Las Provincias: “La Casa de los Ruidos. Nueva estrategia de la fuerza pública. Un reto a los espíritus y una contestación inmediata. Las autoridades en ridículo”.


Levante: “La casa Misteriosa: la cosa se pone cada vez más seria. Los ruidos siguen en distintos sitios. Una inspección y dos registros sin resultados”.


Pueblo: “La Casa de Tócame Roque: Brujas y almas en pena. Los ruidos del nº 7. El descubrimiento de un juez. Las autoridades en ridículo. Carga brutal de la policía”.

La casa del “Duende del Esparto” comenzaba a ser un foco de atracción (y de turismo) en Valencia. En las iglesias se hacían misas por el alma atormentada de la casa. El Ayuntamiento, más práctico, envió al arquitecto jefe municipal, el Sr. Aymami, a investigar a fondo el entorno donde se ubicaba la casa para tratar de encontrar alguna explicación.

El arquitecto jefe hizo una investigación con toscos micrófonos en cámaras de aislamiento, tabiques, alcantarillado... El resultado fue infructuoso y no se pudo resolver el origen de aquellos extraños sonidos.

Los sucesos desaparecieron el 13 de Julio de 1915 de la casa nº 7 de la Plaza del Esparto, en Valencia.

Son sólo algunos de los casos más inquietantes que podemos encontrar sabiendo que hay otros, como el Hospital del Tórax, el fantasma del Corona de Aragón, el mítico restaurante “Viandas”, el Cortijo Jurado, el eterno Palacio de Linares y muchos más que merecerían todos un apartado especial. Muchas preguntas y pocas respuestas para explicar que sucede en cada uno de estos lugares allá donde los investigadores tratar de arrojar luz a un imposible.