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Actualizado: 20 sep 2022 / 05:15 h.
  • Comunicación con el más allá en el Pabellón de la Muerte

Acudimos al lugar para investigar las supuestas manifestaciones que se producen en este punto de Sevilla. Un nutrido equipo técnico, con todo tipo de aparatos y que ponían de manifiesto el interés en tratar de lograr esos hechos descritos por los testigos de sentir presencias o ver sombras en un lugar en el que se registró un incidente mortal hace décadas.

Así, al llegar, dispusimos una serie de detectores de presencia y equipos de medición de EMF, así como grabadoras de audio, tratando de captar esos hechos y mientras todo era grabado en vídeo. La experiencia comenzó con una sesión de psicofonías que se trató de captar con esa presencia y donde, en el registro en pantalla, se pudieron ver diferentes picos de audios, cuando reinaba el silencio, que indicaba que algo había sido captado.

Se comenzó a experimentar con otro aparato y fue entonces cuando se pidió una prueba: «Si estás aquí... ¿Nos puedes hacer una señal?» y en ese momento tocó un detector, tipo rem-pod, que sólo emite una señal acústica cuando se toca físicamente o se está a 1 centímetro de él. En vista de esta señal sonora se dijo: «Si has sido tú... ¿Puedes volver a tocarlo?» y de nuevo tocó el aparato emitiendo una señal sonora. Ahí iba a comenzar momentos de gran tensión, perplejidad y comunicación:

«¿Eres Luis?» y la respuesta fue un pitido que se correspondía a un «Si» -un toque sonoro era un «si» y dos eran un «no»-. «¿Puedes vernos?», nuevamente surgió un «si». Las siguientes 23 respuestas fueron todas coherentes, hasta que llegó uno de los asistentes y dijo: «Si estás aquí, ¿puedes tocar tres veces el aparato?» y nuestra rem-pod sonó en tres ocasiones. La demostración fue brutal, como antes nunca la habíamos vivido y dejaba a las claras que aquel fenómeno era inteligente, que algo nos acompañaba.

Además pudimos vivir un fenómenos de termogénesis, calor-frío, allá donde los detectores de EMF (campo electromagnético) registraron alteraciones apreciables en algunos instantes o como las pruebas de psicofonías resultaban respuestas como «Vete», «estoy», «bombero», «muerte» y que se correspondía a la luctuosa historia del sitio.

¿Casualidad? Las leyes de la casualidad se quedan muy atrás para poder explicar todo esto, hay más que casualidad en lo vivido allá donde un fenómeno inteligente nos respondió con un código -está todo grabado en vídeo- y que resulta una demostración fascinante. ¿Hay un más allá? Quizás esta sea una prueba irrefutable, ¿quién sabe?