Actualizado: 13 may 2022 / 05:03
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En pleno barrio de Santa Cruz se encuentra la que, posiblemente, sea la iglesia más desconocida -y secreta-. Hay que callejear por tan incomparable marco para llegar al sitio donde se ubica la llamada «Escuela de Cristo» y que, interiormente, uno exclama: «¡Anda! ¿Qué hace esta iglesia aquí?».
Hay que llegar a la siempre angosta calle de Ximénez de Enciso para llegar a una plaza, pequeña, donde vamos a encontrar este punto tan singular.
Allí el aroma a azahar lo ha tomado todo pero sobre una pilastra una cruz forjada nos advierte de la presencia de la «Escuela de Cristo».
Su nombre real es «Escuela de Cristo de la Natividad» y fue fundada en el año 1793, aun hoy operativa y con un pequeño número de hermanos. Fue Juan Bautista Ferruzzo, de Sicilia, su fundador en Madrid -de la institución- en el siglo XVII y sólo pretendía fomentar el recogimiento, la reflexión, lo que unía al hombre con la espiritualidad.
Este tipo de escuelas estaban dirigidas por un sacerdote que se le denominaba como «Padre Obediencia».
Sólo podían tener 72 hermanos, se decía que era el mismo número de discípulos que seguían a Cristo y que eran llamados los «Setenta Apóstoles» siendo los primero enviados con el mensaje de Jesús de Nazaret según el Evangelio de San Lucas.
Se trata de un refinado oratorio que cuenta con la presencia de un Crucificado y una Virgen representada a sus pies.
Antaño se realizaba un «rito» curioso cuando los ejercicios espirituales se hacían con dos cráneos y dos tibias en forma de cruz que se ponían a los pies del altar y que debía ser particularmente impactante.
El patrimonio artístico es destacable y deja embriagar al visitante que descubre este sitio con sus secretos ubicada en la calle don Carlos Alonso Chaparro... ¿La conocía?
