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Actualizado: 28 jul 2022 / 04:00 h.
  • ¿Existió la misteriosa «La Mano Negra»?

Su ámbito de influencia fue en toda Andalucía en las décadas finales del siglo XIX (hacia 1880) y a «La Mano Negra» se le imputaron diferentes asesinatos e incendios así como una fuerte antipatía por el rey Alfonso XII como cabe esperar en toda organización con esta ideología.

Surgió en Andalucía por un movimiento que se oponía a los terratenientes de esta zona de España donde había una intensa desigualdad y lucha de clases, en una especie de anarcocomumismo.

La primera zona en comenzar esta sublevación -debido a la subida de precios en productos de consumo de primera necesidad- fue Jerez de la Frontera, el 3 de noviembre de 1883, el Ejército y la Guardia Civil intervienen y detienen a más de sesenta personas. Avilés Farré indica al respecto: «Aunque hubo muy pocos casos de agresiones personales y los alborotadores rara vez se enfrentaban directamente a los guardas [de los cortijos] y mucho menos a la Guardia Civil, que reforzó su presencia en los campos, los propietarios se vieron dominados por el miedo». Esta acción hizo que la prensa nacional se hiciera eco de la situación en Andalucía donde muchas personas pasaban hambre y fue en torno al hambre donde se hizo especial hincapié.

Pero fue la Federación de Trabajadores de le Región Española, en 1882, la que daría el siguiente paso con el llamamiento a la «Gran Huelga» para mejoras los salarios de los jornaleros en el campo. Así se tiene constancia en la Guardia Civil de la creación de una suerte de sociedad secreta llamada «La Mano Negra», de la cual tenían el «reglamento» y que era gobernada por «los socialistas» de la zona. A «La Mano Negra», en virtud de esta información, se le atribuían todos los incendios y asesinatos que habían asolado la comarca. Posteriormente se descubrió que el supuesto reglamento eran dos documentos, el primero «La Mano Negra. Reglamento de la Sociedad de Pobres, contra sus ladrones y verdugos. Andalucía», el segundo se denominaba solo «Estatutos».

La información, por lo delicada que se había presentado, motivó que el gobierno extremara la seguridad en Cádiz. El 21 de noviembre llegaron a Jerez 90 guardias civiles que eran mandados por el capitán Oliver y Vidal. En su tarea por preservar la seguridad fue ayudado por Pérez Monforte, jefe de la Guardia Municipal de Jerez, entre ambas fuerzas detuvieron a un gran número de afiliados y jornaleros que, bajo su criterio, eran parte de «La Mano Negra». Un periódico de Jerez publicó al respecto: «el 2 de diciembre dio el primer golpe a los internacionalistas de la Mano Negra, capturando a unos cientos y ocupándose armas, reglamentos, circulares, claves y otros documentos de la terrorífica organización» pero lo cierto es que de los casi 3.000 detenidos pocos eran los que formaban esa «Mano Negra» y si muchos afiliados a la Federación de Trabajadores.

Lo cierto es que los documentos encontrados por las autoridades se ponen en duda, se cree que fue todo una situación forzada en la que hubo falsificación y que no eran una prueba válida a nivel jurídico.

Así pudo existir una evidente manipulación que legitimizara la acción policial y detener al mayor número de elementos subversivos en un país donde el trabajador tenía poco peso y era tenido poco en cuenta en comparación con los grandes terratenientes. Avilés Farré además explicaba: Respecto al documento que lleva por título «La Mano Negra», que no incluye referencia alguna a la Asociación Internacional de los Trabajadores, cabe suponer que había caído en manos de las autoridades, en concreto de la guardia municipal de Jerez, varios años antes de que la Guardia Civil lo remitiera al ministro de la Guerra... y habría permanecido olvidado en un sumario [de 1878] hasta que alguien pensó que podía proporcionar una clave acerca de los delitos que se estaban produciendo en los campos jerezanos en 1882». Asimismo «el segundo documento se sitúa en el periodo de clandestinidad de la Federación Regional Española de la Internacional, que se prolongó desde finales de 1873 hasta comienzos de 1881».

Por su parte se creó una atmósfera de miedo en torno a «La Mano Negra» donde se les imputaba todo tipo de tropelías y donde la propia prensa se la época aireó rumores que desde luego no eran el más claro ejemplo de periodismo. No obstante los crímenes que se les imputaba a «La Mano Negra» eran:

-4 de diciembre: doble asesinato de un matrimonio de venteros en las cercanías de Jerez camino a Trebujena.

-4 de febrero: Bartolomé Gago, campesino, apodado «El Blanco de Benacoaz». Conocido como «Crimen de la Parrilla».

-Mes de agosto de 1882: Fernando Oliveira, guarda finca, es asesinado a golpes.

El gobierno de la época se esforzó en relacionar a «La Mano Negra» con la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) y debido a ello fue el Comité Federal de esta el que hizo público un comunicado negando cualquier relación con la presunta sociedad secreta anarquista que perseguían las autoridades.

De los arrestos realizados se juzgó a 15 personas por la muerte del crimen de la Parrilla. Por los hechos se condenó a 17 años y 4 meses de prisión los acusados, dos de ellos fueron absueltos pero a recurso de la fiscalía la condena se elevó al Tribunal Supremo, en 1884, siendo 16 de ellos condenados a muerte. Nueve, posteriormente, se les conmutó la misma pero siete murieron en el garrote vil en la Plaza del Mercado de Jerez el 14 de junio de 1884.

Por el crimen de los venteros se juzgaron a cinco personas. Cuatro de los condenados a muerte no fueron ejecutados y uno de ellos apareció muerto.

Del último crimen fueron juzgadas dos personas, una de ellas fue condenada a prisión.

Lo cierto es que las «pruebas» que hay en torno a si existió o no «La Mano Negra» como organización aunque sí pudo existir una sociedad secreta con dicho nombre y con una ideología anarco-comunista.

Lo cierto es que el incipiente movimiento obrero fue neutralizado, y se provocó con todo esto serias fracturas que acabaron en su desaparición, gracias a todo el “affaire” de “La Mano Negra”, donde las autoridades aprovecharon esos documentos dudosos de una asociación o sociedad para imputarle otros delitos en plena lucha de clases en Andalucía.

No había un movimiento oculto para provocar todo tipo de altercados en Andalucía Occidental pero si fue muy oportuno en ese momento de la Historia en el sur de España para cortar de raíz las aspiraciones de los jornaleros.