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Actualizado: 03 feb 2023 / 13:29 h.
  • La Tintorería Clandestina, armonías en Triana

No sé a ustedes, pero el nombre de este rincón de Triana me lleva hasta los Estados Unidos de las películas en blanco y negro donde la Ley Seca era el negocio más rentable de la mafia de los años veinte. En la trastienda de cualquier negocio, como una tintorería, por ejemplo, tras la palabra clave al dependiente de turno se abría la puerta que daba acceso a una sala de espectáculo con orquesta, baile y un ruido atronador que, junto al whisky, hacía las delicias de quienes decidían infringir la ley y entrar en uno de estos garitos. Ese puntito ilegal, en aquellos tiempos de cambio constante, hacía que, por tomar una copa, ya fueras un malote.

La Tintorería Clandestina, armonías en Triana
La Tintorería Clandestina, armonías en Triana
La Tintorería Clandestina, armonías en Triana
La Tintorería Clandestina, armonías en Triana

El caso es que los tiempos cambian, afortunadamente. Y también en los años veinte, pero de un siglo más tarde, Víctor Gamero y Javier Compás deciden embarcarse en una aventura “clandestina” abriendo una “tintorería”. Les explico. No es que el chef de El Mercader de Triana y el escritor hayan decidido diversificar en otros sectores profesionales. Simplemente han entendido que era hora de darle a Sevilla un producto nuevo que, créanme, tiene un importante potencial. Muy cerca del restaurante que regenta en la actualidad Víctor, en la calle Antillano Campos, está la calle Covandonga. A mediación de esta calle, en el número nueve más concretamente, se encuentra el antiguo Corral de los Artesanos. Un espacio que, a pesar del paso del tiempo, el proceso de rehabilitación ha respetado el espíritu de quienes, antaño, allí desempeñaban sus profesiones: los artesanos. Pues justo aquí, en un rinconcito de la Triana más oculta y misteriosa, con los artesanos como corresponde, rodeado de historia con ladrillos vistos como testigos, encontramos un local con una cocina como la que tiene usted en su casa. Junto a ella, una pequeña barra sirve de nexo con un salón cuya capacidad no supera los quince comensales. Volviendo otra vez a Estados Unidos, para que me entiendan, sería lo que conocemos como una cocina americana. Este espacio da directamente a uno de los hornos de cerámica de la antigua fábrica de Montalván y es precisamente en este espacio, tenuemente iluminado y con un encanto inenarrable, donde se recibe a los comensales antes de sentarse a la mesa y se les pone en situación. Un poco de historia del lugar y se empieza con la temática de la cata de turno.

La Tintorería Clandestina, armonías en Triana
La Tintorería Clandestina, armonías en Triana
La Tintorería Clandestina, armonías en Triana

Además del espacio, de indudable encanto, este producto cuenta con dos importantes activos: Víctor Gamero, que como les comentaba anteriormente regenta El Mercader de Triana y se encarga de la parte gastronómica poniendo sobre la mesa sus creaciones, que realiza allí mismo a la vista de los asistentes, y Javier Compás, que gestiona la parte líquida de la experiencia, además de llevar el peso de la dirección de las catas. Catas públicas, que salen a la venta de forma periódica y que pronto podrán encontrar en su página web, o catas privadas donde usted elige tema, cocina, vinos... con la supervisión lógicamente de estos dos amigos que han encontrado en La Tintorería Clandestina una elegante forma de hacernos vivir una deliciosa experiencia con un sutil toque de exclusividad, que se agradece enormemente.