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Actualizado: 03 sep 2022 / 13:21 h.
  • Terror y fenómenos paranormales en las Facultades universitarias

Quizás una de las más reconocidas y donde tuve la oportunidad de estudiar –y saber de primera mano lo que sucedió- es la facultad de Relaciones Laborales, en la calle Madre de Dios, en la que los vigilantes de seguridad, en el año1998 narraban una serie de experiencias que habían tenido en el interior del edificio.

Un edificio del que destaca, nada más entrar, su frescor y también el patio central en el que indefectiblemente desembocan todas y cada una de las aulas del edificio. Allí por las noches y al cerrar sus puertas, al abrigo de la oscuridad y la noche, se desataba una tormenta de ruidos extraños y alaridos pavorosos, inquietaba a los esforzados trabajadores de la noche, acabadas las clases, porque aquellos ruidos –en boca de sus protagonistas- “no podían ser de este mundo”. Se trataron de buscar explicaciones, se fumigó el edificio para evitar plagas y respuestas, y sin embargo aquellos ruidos se mantenían... ¿Qué eran? ¿A qué se debían?

No lo sabremos pero una noche, víctima de la sugestión o el miedo, uno de nuestros testigos nos narró como desde la planta baja observó el paso de una dama resplandeciente por la planta primera del edificio, una dama que caminó serena hasta el otro extremo del pasillos para desaparecer como desaparece un sueño.

No es la única facultad en Sevilla con extraños e inquietantes visitantes a los que gusta pasear de noche y no ser molestados por los mortales que observan atónito su tranquilo transitar. La antigua facultad de “Periodismo” (Ciencias de la Comunicación), hoy segundo módulo de la facultad de Bellas Artes (curiosa coincidencia...si es que las coincidencias existen) también guarda en su interior secretos y visiones quiméricas que han hecho realizar con inquietud su trabajo al personal de limpieza que allí trabaja, una inquietante presencia que gusta de llamar por su nombre a los trabajadores, dejar sentir su fría y helada mano sobre el cuerpo de cualquiera de ellos o, ¿por qué no? , dejar sentir su lastimero llanto ante una existencia que no comprende...

También volvemos a narrar experiencias extraordinarias en la antigua Fábrica de Tabacos, hoy universidad en calle San Fernando, aquí nos vamos a detener en la facultad de Filología, y es Rocío C. quién nos relata su vivencia en tan histórico edificio:

“El primer hecho me ocurrió hace 7 años, en 2002, en la facultad de Filología de la calle San Fernando; en unas de sus clases pequeñas que tenía dos entradas, hoy en día ya no es así porque han hecho obras, entonces yo entré y tenía dos filas de sillas con un pasillo en medio, entré por una de las dos entradas barrí un lado y el montoncito de basura lo dejé por un momento, justo en medio de una de las puertas por la que había entrado para no olvidar de recogerlo luego medí la vuelta y en esa milésima de segundo pensé: “lo recojo ahora”, volví a darme la vuelta y cuál fue mi sorpresa que encima del montoncito de basura había una silla, es imposible que cualquier persona le diera tiempo de hacerlo e irse, simplemente en un giro que hice”.

Nuestra valiente testigo prosigue su relato:”La segunda vez me sucedió en este mismo sitio, la siguiente noche además, todos mis compañeros de turno noche estaban en la planta de arriba yo era la única que estaba en la planta de abajo y además por la misma zona de la primera vez. Aquella vez lo que me ocurrió es que escuché como me llamaban por mi nombre, me volví loca buscando a mis compañeros para ver si había sido alguno de ellos, y digo me volví loca por que la voz que dijo mi nombre era más que rara, más extraña..., por decirlo de alguna manera. Pregunté a mis compañeros y nadie había llamado, estos dos hechos me ocurrieron en horario de noche. El último fue en Noviembre del año pasado, de 2008, en el turno de mañana y a primera hora, sobre las 6:30, subimos mi compañera y yo a la planta de arriba a la parte de la facultad de Derecho, mientras mi compañera abría la clase yo fui a llenar los cubos de agua a los servicios que está en el pasillo de allí al lado de arqueología. Después de decirle a mi compañera que viniera conmigo, porque ya de por si aquella parte no me gusta nada, ella me dijo que no pasaba nada y que fuera, que no me asustara que no había motivo... Entonces fui y llegue al servicio, mientras se llenaba los cubos decidí entrar a uno de los dos servicios a orinar, en el primero que entré ahí y arriba hay una ventana pequeña la cual no tiene puerta y decidí entrar en el otro por la cosa que de fuera a entrar cualquier bicho por ahí, entré en el otro y cuando me iba a disponer hacerlo en el otro servicio se escuchó perfectamente como echaban el pestillo, en ese momento pensé que mi compañera había decido venir y acompañarme, pero cuando salí allí no había nadie. Me quedé bloqueada por un momento, pero eché valor y cuando me disponía a abrir la puerta que tanto chirriaba de esos servicios antes de tocar el pomo chirrió como si alguien antes que yo la hubiera abierto... Y aún han ocurrido más cosas ahí dentro, en la universidad de San Fernando”.

Como ya relatábamos en nuestra ruta por las casas encantadas de Sevilla, el recinto de la universidad en este céntrico lugar es uno de los punto neurálgicos de misteriosas apariciones y hechos sobrenaturales, para algunos se trata de un viejo espíritu del denominado como “El profesor” y para otros no es más que la consecuencia de estar tan cerca, del Prado de San Sebastián, de lo que antaño fue el quemadero de la Inquisición donde tantos inocentes perecieron o el viejo cementerio de San Sebastián.

La siguiente facultad donde nos detendremos será en la moderna facultad de Odontología, en calle Avicena, R. Ramírez, consultada sobre los fenómenos extraños en el interior del edificio nos comentaba: “Yo tenía el horario de mañana, entraba a las 6:00 y como de costumbre hablaba con mis compañeras, pero este día en cuestión las encontré un poco raras...,entonces me dispuse a entrar, abrí la puerta con mi tarjeta y me fui directa a firmar a la conserjería; entonces justo cuando me disponía a firmar escuché como alguien corría por la primera planta, salí despavorida de allí, creyendo que allí dentro se había colado alguien, lo pasé fatal lo juro. Salí y mis compañeras aún estaban allí y me preguntaron que me había pasado..., como si algo ya supieran. Entonces me comentaron que a ellas, a las 4:30 de la madrugada, les había pasado algo parecido, pero esta vez ellas escucharon como alguien bajaba corriendo por las escaleras e incluso notaron como la barandilla se cimbreaba, en ese momento corrieron a decírselo al de seguridad, este guardia recorrió toda la facultad y allí no había nadie, y en mi caso fue exactamente igual.

En la facultad de Magisterio, en avenida Ciudad Jardín, Entraba de mañana, a las 6.00, hacia el gimnasio el cual cada vez que entraba allí me daba repelo, deseaba siempre terminar rápido para salir de allí lo antes posible. Un día hice unos videos para que mi marido viera ese sitio que me hacía sentir mal, cuando mi marido vio los videos le pareció escuchar algo raro, pero no le di importancia. Al día siguiente en el desayuno con mis compañeras se lo comenté y me contaron que habían escuchado rumores de allí, de ese lugar en especial, entonces decidimos ir las tres allí al gimnasio; era época de vacaciones y no había nadie, entramos y cada una con su móvil y a la misma vez comenzamos a grabar. La primera de mis compañeras grabó una voz, la segunda un sonido parecido a un grito y yo la ultima no grabé nada, y repito grabamos a la misma vez...”.

En estos dos casos relatados no podemos por el momento encontrar ese hilo explicativo a las mismas, las investigaciones se suceden y el misterio continúa aunque les puedo dar fe, por haberlo vivido directamente, que es como lo narran los testigos. A parte queda la Facultad de Bellas Artes en calle Laraña que eso es ya otra historia...