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Actualizado: 04 mar 2023 / 04:00 h.
  • ‘Arny’ resucita: Verdad y Chapuza conviven

La productora CUARZO y los codirectores del documental ‘Arny, historia de una infamia, Juan Moya y Andrea Olivas, no le hicieron caso al rockero Silvio. El inolvidable músico, en su himno bético, proclamó ‘....no busques más donde no hay...’. Encontraron, dichos cineastas, el boomerang de la verdad, la que regresa siempre, la que abre la puerta si se la busca, o a la que llama.

El constatado éxito de la teleserie es, paradójicamente, su oportunidad. Tras poco más de 25 años de la génesis del ‘Caso Arny’ televisivo se destapan más desvaríos, se forjan leyendas, se corroboran ausencias y silencios de mudos/as que hablaron y escribieron demasiadas mentiras.

¿Dónde están?

Paco Lobatón compartió, años y años, en la pequeña pantalla la búsqueda de desaparecidos. CUARZO hizo lo propio. Su diplomacia mesuró el empeño con un ‘declinaron participar’ en la teleserie. Precisamente, quienes más explicaciones debían darnos por aquello de creernos el estado de derecho, tener fe en la Justicia, confianza en la policía y seguridad jurídica.

Vayamos al grano. El que fuera responsable del hoy desaparecido ‘Grume’ (Grupo de Menores) policial no quiso explicar sus tácticas investigadoras. Se lograron condenas por explotación sexual de menores, pero esta mudez es llamativa. Varias ‘Señorías’ no dieron la cara en la pantalla, excepto el ponente de la Audiencia que condenó a 16 de los 49 encartados en el sumario.

La jueza instructora (prejubilada), el Fiscal-Jefe (abogado de trasgresores tras jubilarse) y la acusadora del caso nos preguntamos por qué declinaron explicar su cuestionada praxis. Igual sucedió a los ex ‘cracks’-líderes televisivos Pepe Navarro (Esta noche cruzamos el Missisipi) y Javier Sardá (La sonrisa del pelícano), o la experta-sabia de la TV Mariola Cubells.

Tales informadores y determinadas productoras hasta pagaron, con dinero y sustancias, a menores mentirosos para que la matraca del caso difamara más, exagerara el morbo calumnioso. Cubells al menos tuvo la dignidad de pedir perdón a Jesús Vázquez. Pero se ve que el termómetro de las audiencias era lo que más importaba. País!.

‘Arny’ resucita: Verdad y Chapuza conviven
Fachada del club Arny.

En tema de medios, el peor Canal Sur (CS) imaginable despidió de su cadena de radio a quien suscribe. Lo fue por compartir noticia de EL PAÍS, de octubre de 1995, sobre la detención de dos policías corruptos en un programa del Carlos Herrera recién llegado de la COPE. ¿Hubo mano negra?. No se sabe.

El Tribunal Supremo condenó a un directivo de CS, Manuel M. W. por el caso Arny: ¿Esa fue la razón en CS de dicho despido y de otros posteriores?. Nos preguntamos si en la cúpula de la radiotelevisión pública a finales de los 90s, además de facturar millonadas productoras ‘pata negra’, arrasaban algunas conductas previstas en el Código Penal.

Valentía ante la cámara

Jesús Vázquez sigue siendo un líder en la pequeña pantalla. De los ‘famosos’ inicialmente encartados en sumario es el único que recordó, con obvia amargura, sus terribles días árnycos tras alcanzarle el caso. Javier Gurruchaga o Jorge Cadaval declinaron explicar sus experiencias de imputación, algo más que comprensible por la evidente re-victimización.

Ventura Rico, prestigioso músico (Director de Orquesta Barroca de Sevilla) e hijo del inolvidable Juez de Menores Manuel Rico Lara no sólo encarna el mandato bíblico de honrar a los progenitores. Señaló, firme, en la teleserie a juzgadores y fiscales. Estos persistieron en el suspenso de empleo y sueldo a su fallecido padre por una ‘alarma social’ teórica tras retractarse el ‘testigo nº 1’. Sus vómitos verbales calumniaron a dicho Magistrado qepd. Los reflejos de Mª Auxiliadora Echavarri, instructora del sumario, no buscarían reponer la verdad entre tanta mentira, entre tanta manipulación.

La macro calumnia sobre Rico Lara inspiró al periodista-escritor y Medalla de Oro de Sevilla Paco Correal un libro (El Juez justo, memorias de un juez indefenso, RD 2006). Retrata las ironías de un caso que situó noches y noches en el Arny al fantasma del Juez. ¿Hubo un sosias pederasta que serviría para una venganza policial contra un juez demócrata e ilustrado?. Sólo la vileza sustentó la infamia contra Rico. Otra pregunta: ¿Alguien pidió perdón a Rico Lara o sus deudos?.

Las hipótesis que explicarían el ‘Caso Arny’ tienen enciclopedia. En la teleserie de HBO Max aparecen versiones para cualquier mente, hasta las más calenturientas. Una es la del dueño del antro, Carlos Saldaña. Ubica una mafia de tragaperras y el juego ilegal. Otra, una guerra intra-policial. Emerge también el desvío del foco sobre corrupción en el tardo-felipismo (admitan, por favor, licencia de Paco Umbral) y el PSOE más corrupto.

Quien suscribe no descartó a cámara que la más desalmada especulación inmobiliaria hizo de las suyas en el centro de Sevilla. La antigua estación Plaza de Armas retrasaba la apertura de un centro comercial. Ojo al dato.

Entonces, mientras más basura y escándalos por la zona, más barato compraban los ‘inversores’. Un dato hasta hoy inédito: en el bloque del ‘Arny’ tras su clausura ‘aparecieron’ okupas argelinos traídos en taxi desde Alicante. Más preguntas: ¿Qué ‘mano negra’ pagó aquel viaje?. ¿Valdría menos un bloque con ‘bichos’?. ¿Quién compró gangas y revendió a precio de platino cerca del Valentino y el 27 [tugurios cercanos al Arny]?.

La didáctica del caso

A finales de 2018 inició su andadura #Infraganti. Entonces, en Sevilla Black nos preguntábamos por la impunidad de ciertos asuntos criminales hispalenses. Uno de ellos, el caso Torreblanca aunque prescrito lleva casi 40 años esperando que alguien se siente en el banquillo de la verdad tras el asesinato y violación de Paquito Reyes. Sólo detuvieron a tres jesuitas, liberados tan pronto como pudo la Sevilla eterna.

Otro asunto que chirría aún más es el de la asesinada Marta de Castillo. Su familia no sabe dónde llevarle flores. Su sensato abuelo insiste que hay una ‘mano negra’ (otra más) tras las mentiras, operativos e interrogatorios policiales vanos y sentencias del caso.

El balance del ‘caso Arny’ lo que sugiere es un nunca más con negrita. También, que aprendamos de los errores cometidos. No es comprensible que la jueza instructora, lejos de ser siquiera expedientada por su cuestionado proceder, la ascendieran a la Audiencia. O al que mandara en el GRUME, Arturo C. le condecoraran -sumando la medalla a la pensión- y nombraran secretario General de la Jefatura policial. La jueza y el policía se prejubilarían [¡Qué casualidad!] pocos días antes de ser llamados por CUARZO. Sólo les invitaban a dar su versión en el documental.

Un antecedente de impunidad, Caso Los Galindos, asesinó a 5 personas y jamás hubo banquillo. Hasta se lavaron los cadáveres para eliminar pruebas. ¿Merodeaban ahí y bajo una sutil manu militari las vergüenzas del agónico franquismo?. Ese asunto criminal sólo generó libros, films y artículos de expertos ‘infinitos’. Nunca tuvo sentencia, pero sí ríos de tinta, versiones mil e indicios.