Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 30 may 2020 / 07:00 h.
  • Lo último en timos: El ‘alquiler’ de empresa

En el centro histórico, edificios de oficinas, polígonos del extrarradio y provincia sevillana proliferaron los últimos años demasiados conflictos por impagos de rentas, créditos y avales que conciertan personas bien vestidas que dicen representar empresas reales para contratar. Y se evaporan para pagar. Los juzgados de toda la provincia registran miles de demandas y ejecuciones que se eternizan; entraña un sobrecoste para las víctimas, además de no cobrar una deuda, deben pagar abogado, procurador, peritos.

La operativa de los personajes que causan éstas deudas podrían, sin embargo, encajar en ilícitos de estafa, falsedad, usurpación de identidad o insolvencia punible. Las víctimas que causan estos ‘jetas’ se multiplicarán los difíciles días de pandemia por Covid-19. Muchas empresas desaparecieron, sufren ERTEs y/o EREs o van derechas al concurso de acreedores.

Sin entrar en tecnicismos farragosos que encantan a los estudiaron derecho, reclamar judicialmente lo concertado entre persona física y jurídica, es decir entre un individuo y un colectivo de cualquier formato (cooperativa, sociedad, comunidad de bienes...) es la lucha del solvente contra quien no lo es. Salvo excepciones que superan la honra supuesta del ‘caradura’.

Describimos en pocas palabras cómo se las suelen gastar los actores, nunca mejor dicho, que centran hoy este timo. También, cómo evitarlos y combatirlos cuando se descubre el ‘pastel’ –si se admite tal coloquialismo-. Igualmente, se regalan claves para vacunarse ante un proceder que causa estragos en economías familiares, ahorradores o modestos inversores que decidieron sacar renta a algún bien inmobiliario o rústico.

BUSCANDO PRESA, FIRMANDO CONTRATO: Quienes protagonizan el ‘timo del alquiler’ aprenden su papel. Ensayan sus recursos dramáticos para esta modalidad, la de lograr un alquiler, o para pedir crédito ganando la confianza del interlocutor/a. O bien para sacar mercancía con más palabras que dinero. Además de la vestimenta, la labia es una herramienta esencial. En el caso de disfrazarse de ‘directivos’ suelen tener alguna secretaria que lo precede telefónicamente. O ella misma hace el papel de interpuesta alegando que su jefe está ‘de viaje’. Lo presencial se viste de traje impecable, se añaden datos glamurosos para ganar confianza: el jefe usa coche de alta gama, viaja al extranjero, etc.... [lo último no cuela últimamente, en días de Covid-19]

La oferta de alquiler, crédito o lo que sea se plasmará según sugiere el timador en un contrato que será firmado por un directivo o apoderado de empresa. La misma se suele ‘avalar’ con delegaciones por toda España, manejo de millones, plantilla y flota importante. El cuento, si no se le hace ‘stop’ prosigue. Invierten en bolsas extranjeras, tienen obras o contratos con multinacionales, estados o viven en la cúpula social por vía corta.

Las víctimas de estos ‘espabilados’ suelen anestesiar su guardia porque la codicia de recibir algún dinero les nubla el raciocinio. Alguna repregunta para confirmar alguna grandeza’ de la empresa suele cortocircuitar el rollo del timador. Este expone su historia de corrido, sin interrupciones.

La buena fe de la víctima inunda de pleitos los juzgados. Y firma el contrato sin mucha comprobación. Así se consuma el fraude, el engaño.

MEDIDAS CAUTELARES Y VACUNAS: Obviamente, y máxime durante los tiempos que corren, el timo que diseccionamos cojea desde que se sufre una recesión. Cada vez hay menos empresas, aunque sus estertores hacen milagros en la agonía que rememoran tiempos mejores. Para contratar o tomarse en serio a la propuesta de alquiler o crédito, evitar problemas es básico:

1. Confirmar la identidad del contratante, sus poderes societarios, y si dispone de un mínimo de solvencia personal.

2. El 95% de las empresas españolas, algo difícil de entender, tiene capital social mínimo: 3000€. Y sus cuentas anuales que presentan imperativamente, al Registro Mercantil dan fe que paradójicamente mueven cientos de miles de euros. El capital social es de lo que responde cualquier empresa ante terceros.

3. Es aconsejable que el apoderado y quien será usuario del local o piso avalen personalmente el bien alquilado o producto/servicio dado a crédito. Los poderes societarios pueden revocarse, la empresa desaparecer junto a su capital social, pero las personas siguen palpitando.

4. No es mala idea consultar bases de datos de morosos, de solvencia. Contratar algún detective o gestor que acceda sería una alternativa.

5. Tampoco debe obviarse pedir un seguro de impago, de caución aval bancario o personal para rentas o pagos si los ingresos de la empresa o contratante no triplican la suma por pagar al mes.

Post scriptum: Hay un ‘coach’ madrileño que lleva años viviendo casi ‘gratis total’ en apartamentos sevillanos de alto nivel. Su modus operandi encarna a un tipo bien plantado, con verbo seductor y mirada al ojo interno de sus interlocutores. Repite que es ‘coach’, si no se le entiende el palabro alega ser ‘formador’ para élites profesionales o empresariales. Añade que le interesa y gusta mucho la presa (piso de lujo normalmente). Que la alquilará con urgencia y halaga el ego del arrendador: repasa el apartamento y repite que está genial. Su relato añade que paga hoteles de 4* y 5* varios días al mes para dar talleres, ciclos y clases pues vive en Madrid en una casa unifamiliar. Si se le pregunta cuál es su docencia indica algo inconcreto para confundir entendederas ajenas y erigir mini-leyenda personal. Entremete acrónimos y anglicismos para insinuar vanguardias: mindfulness, potenciar autofelicidad, el liderazgo, marketing proactivo, PNL, manipulación emocional, técnicas antiestrés, crecimiento personal... Dice, entrando en sinceridades, que además está en proceso de divorcio. Trata de consolidar la confianza mostrando carnet de suboficial jubilado de la Benemérita. El lío de la separación lo financia la nómina de la Guardia Civil. Si se le pide un aval, o la última pensión se viene arriba el personaje. Quien lucía tricornio alarga los relatos, aunque ya lo de ‘coach’ no cuadra mucho, se lo lleva el viento. Se queda ‘pillado’ si se le pide aval pues se considera solvente con su palabrería y pasado policial. La única verdad del ‘coach’ sin tricornio es su jeta para timar también a amantes que engaña vía chats, webs de citas, etc... La identidad del ‘coach’ está en numerosas demandas pero pocas ejecuciones ya que la ex esposa del benemérito le embargó la nómina antes que sus acreedores y mujeres timadas. Este ‘coach’ cada vez tiene más enemigos y menos alumnado. Los honorables ‘coach’ se encarnan en otros individuos.