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Actualizado: 15 oct 2022 / 04:00 h.
  • Padres de Éamon de Valera.
    Padres de Éamon de Valera.

Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963), laureado escritor, poeta y anglo-filólogo en su obra En Busca de la Isla Esmeralda (Diccionario Sentimental de la cultura irlandesa, Fórcola 2017) ilumina bastante sobre el padre y abuelos paternos de Éamon de Valera. Asumen sus hallazgos investigadores hasta los editores de Wikipedia.

Según Rivero en su citada obra el propio De Valera estaba preocupado por sus orígenes tras una terrible infancia, pubertad y juventud en la que no conoció a sus padres. Tal realidad evidenció carencias y secuelas emocionales. Por ello pidió ayuda al embajador irlandés en Madrid Leopold H. Kerney.

Las indagaciones de Kerney llegaron hasta Enrique Valera y Ramírez de Saavedra, Marqués de Auñón. Este le indicó que un antecesor de Éamon, Juan Valera, acompañó -en el siglo XIV- al Rey Alfonso XI de Castilla. Añadió que, en la Hispania romana, un Patricio llamado Valerius luchó por el Imperio.

El Embajador español en Dublín, informado de las pesquisas de su colega irlandés en Madrid, se adelantó a las conclusiones de Kerney. Entregó, en persona, a De Valera un blasón de armas sobre la genealogía de los Valera. Éamon lo adoptó orgullosamente: lo colgó en su despacho. El escudo incluía, cuarteados, leones rampantes y lunas crecientes estilizadas más un borde de cruces en forma de ‘X’. La atribuida aristocracia del hombre de estado encantó, además, en la corte republicana dublinesa. El ‘ego español’ del líder irlandés se excitó; además, estaría ligado a la nobleza.

Rivero acredita que el abuelo de Éamon, [Antonio] Juan de Valera, se contrarió bastante tras ser informado que su nieto fue enviado a Irlanda por su madre tras ser abandonada por el padre de Éamon y enviudar.

Igualmente, Rivero indagó en el Archivo Provincial de Córdoba sobre documentos de una rama familiar egrabense (de Cabra). Eran mayoritariamente terratenientes en Cuba durante la época colonial española, hasta 1898.

Uno de los parientes de Éamon, Pedro Valera de Viaña, fue Coronel en Cuba durante el dominio español. Sería uno de sus tíos-abuelos. Tuvo haciendas, negocios agro ganaderos y zafras azucareras en Viamones (Santa Clara) y Matanzas (Finca San Antonio). Uno de sus hermanos, Antonio Valera de Viaña, nació en Sevilla en 1791 y murió en Matanzas (Cuba)

Según Rivero, el abuelo de Éamon nació en Sevilla. Se casó con Mercedes Armenteros Garcia-Barrera y tuvieron a un hijo [padre de Éamon], nacido en Sevilla, llamado Antonio [de Valera Armenteros] y casado con Amelia Acosta Linares. En otros textos, éste vástago aparece citado como Juan y Vivión, que serían un segundo y tercer nombre del padre de Éamon.

Según convienen varios expertos consultados, antaño era costumbre inscribir varios nombres de pila al nacimiento. Sobre todo, entre progenitores adinerados en los Registros Civiles (por voluntad de los mismos), parroquiales (por el día de la onomástica en el santoral) o juzgados de paz (por inscripciones de oficio).

Orígenes sevillanos del padre de Éamon de Valera, primer presidente irlandés (II)
Funeral de Éamon de Valera.

Según Gregorio Sánchez Mohedano, autor de Genealogía de Los Valera (1974), el padre de Éamon se formó como pintor inicialmente en Sevilla. Posteriormente, como escultor en la Academia de Bellas Artes San Fernando de Madrid. Posteriormente, amplió estudios artísticos en París.

Los negocios familiares le llevaron a Cuba y, a posteriori, hasta Nueva York. En la Gran Manzana, a finales del siglo XIX, malvive en la bohemia y conoce a la que fuera su única esposa y madre de Éamon. Juan Vivión tendría parentesco, pues serían primos segundos, con el afamado escritor y diplomático egrabense Juan Valera y Alcalá-Galiano (Cabra 1824-Madrid 1905) según Sánchez Mohedano. Este Valera fue Senador, escritor y embajador español en Lisboa, Estados Unidos (1883-1886) y ante el Imperio Austro-Húngaro (1893-1895).

La profesión de escultor se repite del padre de Éamon en numerosos textos que avalan su corta trayectoria, cargada de vaivenes y datos dispares. Coincide, dicho oficio, con el de otros dos famosos escultores, y también primos segundos suyos. Nos referimos a Federico y Lorenzo Coullaut-Valera, estos ligados a Marchena (Sevilla).

Uno de los hijos de Éamon, Terence [Terry] de Valera (1922-2007), también indagó el pasado familiar de su ilustre progenitor. Confirmó que su atribuido bisabuelo tuvo dos hermanos que murieron jóvenes y adoptarían nombres anglos en función de los negocios que tenían con los USA estos hacendados cubanos de origen español. Terry aclaró que el segundo nombre de su abuelo (Vivión) no es común, entre los españoles

Las raíces caribeñas de estos Valera que hicieron fortuna explican también nexos de Cuba con Irlanda. Terry averiguó que sus abuelos se casaron en Nueva York, no en Greenville (Nueva Jersey) ante el Padre Patrick Hennessy, oriundo de Limerick. El padrino de boda fue Patrick Hamilton.

Éamon y España

Está documentado, por Gregorio Sánchez Mohedano, que siendo Premier De Valera accedió a una entrevista con un periodista español en 1969. Ante Antonio Castro, del diario Córdoba, corroboró que su padre era español, nacido en Sevilla, aunque de origen egabrense. Añadió más sobre los nexos cubanos de sus ancestros familiares. Al que fuera Alcalde de Cabra, Jaime Garrido Moreno, De Valera contestó una carta en la que ratificaba sus nexos sevillano-cordobeses paternales, según Rivero.

Cierto es que Éamon de Valera tuvo claros orígenes paternales españoles y andaluces. Siempre mantuvo estrechos lazos de estado, en parte por su acendrado catolicismo, con la España del siglo XX. Tropas irlandesas combatieron en pro (Columna Colonny) y contra (Brigada O’Duffy) la II República (1931-39).

De Valera fue exquisito con su dilema español en la guerra fratricida (1936-39). Algunos historiadores, no obstante, le sitúan más cerca de Franco que de la II República.

Los logros del hijo de un sevillano son innegables. Es considerado uno de los padres de la patria irlandesa. También fue el más longevo Canciller de la Universidad Nacional de Irlanda (1922-1975). Pero no logró que el irlandés (gaélico) se impusiera como idioma nacional e identitario, ni que el norte de la isla integrara una República que aún, en el siglo XXI, tiene esa asignatura pendiente.

Los británicos, sabedores que tanta hambruna, humillaciones y agravios a su isla hermana alentaron en el norte irlandés que la minoría protestante (anglicana) y unionista con el Reino Unido dominara a la mayoría católica de un territorio físicamente irlandés.

En 1998 un referéndum convalidó los Acuerdos de Belfast-Viernes Santo (Good Friday Agreement) por el que unionistas británicos y nacionalistas irlandeses cesaron de hostilizarse en el Ulster (Irlanda del Norte). Aquel año dos de sus artífices, David Trimble y John Hume, lograron el Premio Nóbel de la Paz.

Orígenes sevillanos del padre de Éamon de Valera, primer presidente irlandés (II)
Escudo heráldico de Valera.

Irlanda hoy

El siglo XXI amplió los avances del insigne De Valera para una Irlanda floreciente. Si bien fue rescatada por la Unión Europea (2010), Éire-Irlanda no se rinde ante nada, ni ante nadie.

El catolicismo más oscuro desveló vergüenzas pederastas. Votos populares legalizaron el matrimonio entre personas del mismo sexo (en 2015) , el derecho al aborto (en 2018) y el divorcio por amplia mayoría en distintos referéndums (en 2019).

Además, el machismo-patriarcal social que tuvo influencia se relativizó empoderándose las mujeres.

Durante la dilatada etapa De Valera en el poder, tales avances sociales serían impensables por el influyente poderío del catolicismo y dirigentes más vaticanos. El Papa Juan XXIII, en 1962, recibió gozoso -en gaélico- en Roma a De Valera: ‘Céad míle fáilte romhat, a Uachtaráin uasail’ (¡Cien mil veces bienvenido, Señor Presidente!). 60 años después, en 2022, Irlanda es la economía número 27 del mundo por su PIB y se desprendió del catolicismo más conservador que reinaba en la isla.

En las últimas elecciones, durante el pasado mayo, en Irlanda del Norte arrasó, con mayoría de votos, el Sinn Féin. Es el partido republicano en el que militó de los primeros el hijo de un sevillano que hizo patria en Irlanda.

Éamon de Valera fue un incombustible, aplaudido y replicado líder político. Su espíritu nacionalista sobrevive. Su tumba fue profanada, en 2017, por un perturbado. Este dato acredita que –aún- pululan fantasmas o maldades sobre su falso antisemitismo.

También, los de sus irreales orígenes judíos. Valera es un común apellido sefardí. Quienes aún descalifican al líder irlandés, en parte por su conservadurismo católico, no paran desde que falleció hace 47 años.

En Sevilla, mientras tanto, y ante evidencias históricas en parte transcritas en este trabajo no hay calle, ni biblioteca o recuerdo institucional que honre al prócer irlandés Éamon de Valera, ni a su padre, hijo de la capital de la Giralda, ni a su abuelo, también un sevillano ilustre.

Dicha injusticia no es huérfana. Ninguna biblioteca honra al único Premio Nóbel de Literatura hispalense, Vicente Aleixandre, o a Chaves Nogales o los Machado. La biblioteca más importante de la capital se rotula en favor de la Infanta Elena, cuyo nexo con los libros, la cultura o la escritura es literalmente ‘0’.

Ahí queda eso.