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Actualizado: 24 abr 2020 / 04:18 h.
  • Panorama post pandemia sevillano: ¿qué nos espera?

Los efectos del coronavirus en Sevilla, sin meternos en números más o menos creíbles, no fueron tan impactantes como en Madrid, Cataluña, País Vasco y las dos Castillas. Sanitarios, policías, personal de emergencias, militares minimizaron lo peor de la plaga con la impagable cooperación de una ciudadanía confinada que les aplaudía cada tarde.

En 1649 Sevilla redujo a la mitad su población por la peste medieval. Otras tragedias (terremotos, incendios, accidentes, atentados, guerras...) quitaron muchos vecinos del censo siglos después. La hambruna, ruinas, desigualdad social y las consecuencias de los desastres indicados repiten recesiones. Las sufren en más medida las clases más desfavorecidas y vulnerables ante los ataques al bolsillo y al empleo.

Tras la autocracia del General Franco (1930-1975) fueron los Pactos de la Moncloa (1977) los que salvaron la economía patria tras un consenso que parecía imposible entre el gobierno centrista, la derecha heredera del franquismo y una oposición de izquierda, exiliada y encarcelada que no quería repetir una guerra fratricida que nadie ganó.

La Sevilla de las finanzas y el empleo vivió una bonanza relativa antes y después del desmantelamiento y deslocalización industrial de los ochenta. Paliaron los efectos de tal desastre inversiones, infraestructuras y negocios que trajo la Expo del 1992 a una entonces Sevilla provinciana y especulada. Supo actualizarse, situarse en el mapa del turismo global. Ofertó tecnología, ingeniería, excelencias y servicios unidos a la hospitalidad hispalense.

La depresión económica asoló en parte la ciudad tras los fastos del 1992. Dió la razón al que fuera Gerente de CORAL (Central reservas hoteleras de la Expo), Bernard Stengel. Pronosticó que ‘las ratas correrán por los hoteles’ de tan magno evento. La explosión local de esa burbuja dejó paro en la construcción y muchas gangas inmobiliarias. La burbuja del subprime quebró la bolsa, aseguradoras y rescató bancos quince años después. El fiasco de Lehman Brothers destapó las vergüenzas financieras mundiales.

El empleo sevillano se focaliza entre pymes y autónomos del sector servicios, industria y explotaciones agroalimentarias, ganadería, turismo, tecnologías, ingenierías, TICs, administración pública, comercio e industria auxiliar. La pandemia del coronavirus logrará la recesión de un 8% del PIB español según el FMI. Esta crisis, según este organismo transnacional, será peor que el crack bursátil de 1929

La recesión que se adivina tras el confinamiento superará el colapso sanitario, salir de la ‘desescalada’ testar a infectados e inmunizados y recuperar la senda del crecimiento económico. Ese camino se tomará cuando haya vacunación masiva y se sorteen recaídas del coronavirus. Andalucía, felizmente, no ha sido de las autonomías peor parada de esta crisis. Málaga, en vez de Sevilla, capitalizó peores consecuencias.

Los antecedentes que hay sobre otras crisis relatadas en la provincia pronostican consecuencias que veremos tras el confinamiento gubernamental dictado. Lo plasmó RD 463/20 que aplica Ley Orgánica 4/81 sobre ‘estado de alarma’, que fue prorrogado varias veces.

TURISMO: Las normas de alejamiento social, instalar mamparas en mesas y barras previsiblemente harán trizas la hostelería, que basaba últimamente su negocio en añadir veladores a los autorizados, mesas con muchas sillas, poco espacio y barras atestadas de clientela. Sobrevivirán al cierre muchos negocios reduciendo plantilla y clientela. Se refinará la oferta o se innovará. La guerra de precios a la baja será un cotidiano hasta asentarse un mercado con demasiadas incertidumbres hasta 2021. Muchos hoteles de ‘touroperador’ de saldo sobre estancias numéricas se entregarán al cohousing, serán ‘asilos medicalizados’, residencias para VIPs o nuevos condominios. Los ‘apartamentos turísticos’ incrementarán un mercado inmobiliario plagado de oferta; con el tiempo las gangas sobre precios exagerados reinarán y agonías del oportunismo inversor. Guías, taxis, autobuses y tiendas de souvenirs tendrá que concentrarse, reformularse, abandonar monopolios, hacerse más competitivos y añadir valor a su oferta. El turismo sanitario, del idioma español, cultural y gastronómico tendrá a Sevilla en su diana. Deberá añadir emprendimiento y calidad sobre sablazos, humo hidrogenado y falsas sonrisas. Las aerolíneas obviarán como destino temporalmente. Las ‘low cost’ hará una parcial ‘desescalada’ en el aeródromo sevillano en favor del malagueño, con más veteranía, pasajeros y conexiones internacionales rentables. Nuevos atraques de cruceros fluviales y escalas en trayectos internacionales seguirán, pero hay límites: ¿Dragar el Guadalquivir para ampliar los calados será realidad?. Los campings serán alternativa al turismo masivo que tanto gustaba aquí.

SECTOR LEGAL-ASESORÍAS: Abogados, procuradores, peritos, detectives, intérpretes, personal judicial, auditores, economistas, consultoras, ciberexpertos ... serán profesionales para los que se augura mucho trabajo en virtud de los ERTEs ya tramitados, los EREs que se avecinan y la avalancha de demandas, concursos y quiebras que se avizoran. Muchos asuntos y sumarios generarán conflictividad. Se aprovechará, en parte, la crisis para cierres patronales y ‘reaparecerán’ con nombre distintos ahorrando indemnizaciones por despido y pagos a proveedores. Todo por la pasta, cueste lo que cueste. Esta sería la consigna. ¿Crisis y desalmados son familia?

AUTOMOCIÓN: Este sector se prevé será quien pague más caro la crisis post pandemia. La caída de ventas es un aperitivo. Renault, cuya fábrica sevillana se benefició de subvenciones mil, ya anunció que pretende deslocalizarse en Turquía. Concesionarios, compra-ventas, talleres, gasolineras, tiendas y distribuidoras de accesorios conocerán las liquidaciones, despidos y ventas a pérdida porque la economía familiar y empresarial sevillana sufrirá la crisis en los automóviles aunque no se vaticinan número negativos en motocicletas. Siempre quedará el carril-bici.

Panorama post pandemia sevillano: ¿qué nos espera?

AERONÁUTICA-TECNOLOGÍA-INGENIERÍAS: Airbus tendrá en Sevilla una de sus capitales españolas, pero aquí se sufrirán los vaivenes del mercado cuyas claves están alejadas del sur español. ERTEs y un probable ERE limitará la recesión de altos vuelos. La industria auxiliar tendrá que competir más e innovar en precios a la baja evitando la grosera subcontratación que hace ricos a pocos y supervivientes a muchos. Tras los conflictos de Abengoa con su cotización bursátil por los suelos, pleitos pendientes, las ingenierías mantendrán el tipo por nexos internacionales, calidad y rigor. La invención, formación experta, ciberseguridad, desarrollo de patentes y servicios especializados aplicados a la informática serán un reto a considerar en el abanico de desafíos palpitantes.

AGRO-GANADERÍA: El descuidado y sufrido sector primario sufrirá el maridaje de incrementar demanda y vender al costo o a pérdidas por falta de mano de obra, sobreprecios de semillas, abonos, tributos, financiaciones, seguros, etc.... La explotación, gestión, comercialización del aceite, aceituna de mesa, cereales, cítricos, legumbres, frutas de hueso, remolachas o algodón serán rentable tras un período de dificultades en parte impuestas por mayoristas, distribuidores y centrales de compra. Sólo los exportadores sobrevivirán en un mercado más selectivo. La ganadería sufrirá particulares vaivenes entre márgenes de beneficio próximos a la supervivencia. Serán tiempos turbios pero esperanzadores.

TRANSPORTE: La irrupción de la venta por internet elevó la entrega, pero bajó precios subiendo la competencia que lucha el céntimo sin recato ni pudor. Las flotas tendrán que reciclarse por los altos costes financieros y escasa rentabilidad de explotación. El transporte público urbano seguirá monopolizado, mientras el interurbano diseminará el colaborativo su rentabilidad. Viviremos una recesión del viaje acorde al concepto y necesidad previa. Una minimización de todo hará mella en el transporte. El vehículo privado será cada vez más compartido y menos vendido.

NUEVOS NEGOCIOS: ¿MÁS Y MEJORES EMPLEOS?: Es verdad que la cultura china interpreta cualquier crisis con dos perfiles: alerta y oportunidad. Sevilla siempre sobrevivió a lo peor. La conocemos en 2020 gracias a su historia, pasión, barroquismo, identidad colectiva, otras epidemias, guerras, trasgresores, oportunistas, pícaros, regidores e intelectuales.... Esa larga nómina que hacen de esta provincia singular sacarán la mejor versión para reformular negocios, plasmar ilusiones y generar inversiones y empleos. La crisis de las subprime atacó seriamente a la clase media, la que pagaba todas las fiestas. De repente, el mileurismo pasó de palabro a una realidad que ya ni alcanza las cuatro cifras en las nóminas. De pronto, un ingeniero, una abogada o médico, o bien cualquier profesor o técnico cobraba menos que nunca desde hace diez años. Becas infinitas, prácticas casi esclavas, cierres patronales o prejubilaciones de ‘esto es lo que hay’ emplearon lo que acababa en el paro. Los días postpandemia sin embargo deben mirarse con ojos iluminados, esperanzados. Será probable negocio la gestión de los centros de mayores tras el fiasco desvelado con la muerte masiva de jubilados y ancianos vulnerables. También, el turismo tendrá reformulación sobre lo masivo, lo impersonal y el reino de patronales que medían la temperatura financiera mirando sólo sus cajas y estancias estadísticas. Agricultura y ganadería aplaudirán lo bio y orgánico sobre el intensivo y lo rentable sin calidad. La desaparecida industria sevillana por deslocalizaciones, quiebras y gestión mejorable volverá sobre productos nuevos. Se apostará por alejarnos del proveedor chino, europeo o marroquí. El sector inmobiliario tendrá postor en el cohousing, fórmulas colaborativas, nuevos inquilinos con precios más sociales y formatos que muevan al alza al ladrillo (alquiler con opción a compra, leasing inmobiliario, renta vitalicia, hipoteca inversa...). La sanidad privada desconcentrará al empresariado, movilizará a los falsos y explotados autónomos y volverán las consultas de trato más personal que numérico ante aseguradoras esclavistas. La sanidad pública sufrirá un cambio de modelo tras primar el Covid-19 sobre lo que siempre ha enfermado o matado.

El empleo ‘de los veinte’ deberá ser más ortodoxo en cuanto a temporalidad, promoción, incentivos y otros factores que lo hagan competitivo a un empresariado que deberá mirará más el factor humano que el gasto en nóminas o el soslayo para trincar dividendos. El empleo público cubrirá vacantes y generará empleo ‘por razones de urgencia’, confianza, vecindad o ideología. Más de lo mismo. El poder y las autoridades, en diferentes niveles, premian la fidelidad, laminación de la crítica y hacen de la lealtad silente un puntal de estabilidad de la poltrona.