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Actualizado: 20 ago 2021 / 09:03 h.
  • Foto: Andalucía Viva
    Foto: Andalucía Viva

José Manuel Villarejo es el policía, jubilado, más ubicuo en la Audiencia Nacional. Tras pasar una temporada en la cárcel sus archivos requisados han generado decenas de piezas sumariales. Hacen temblar cimientos patrios: hay millonarios imputados, empresas del IBEX35, policías, abogados, ejecutivos o políticos. Entre lo que se desencripta y publica su círculo para ventilar la cloaca Villarejo es un pozo sin fondo que deja sin dormir a muchos.

El expolicía cordobés se muestra airado por creerse impune. Sucesivos gobiernos del bipartidismo PP-PSOE miraron de reojo tejemanejes incompatibles, negocios groseros y fijaciones obsesivas (CESID-CNI, Rey Juan Carlos I, Detectives privados, prensa ‘no’ amiga...). Desde los 80s del pasado siglo montó chiringuitos (RV Consultores, entre otros) mientras tiraba de placa para aprovecharse del cargo y del prestigio de la Policía Nacional, cuya mayoría de miembros es vocacional y carente de una codicia infinita que caracterizaría al Ex Comisario multi-investigado.

Viéndose cercado, cerca de las rejas, por espiar ‘a la carta’ y grabarlo todo acudió en 2017 a Jordi Évole (Programa Salvados, La Sexta) para laminar el golpe. Pero millones en paraísos fiscales delataron una telaraña societaria fruto del atraco a clientes ingenuos que pagaron millones por palabrería, chulería faltona de mercadillo y humildad de prepotente resentido. Muy preocupante fueron banca, operadores de telefonía y policía cómplices. Villarejo nos recuerda, como el productor J.L. Moreno dónde vivimos.

El falso conseguidor

Lo más llamativo del ‘caso Villarejo’ son operativa y pautas del Ex Comisario, sus fuentes, metodología del cobro y facturación más los cómplices multinivel que generaron las piezas en la Audiencia Nacional. Ya analizamos en #Infraganti https://elcorreoweb.es/in-fraganti cómo dos reconocidos empresarios sevillanos, el recientemente fallecido y laureado José Moya (Persán) y el ingeniero-promotor, marido de la televisiva-líder y escritora Ana Rosa, Juan Muñoz contrataron a Villarejo

En ambos casos, los hispalenses querían hacer líquidas deudas incobrables alquilando contactos en altas esferas de un Comisario de Policía cuyas andanzas escribe miles de artículos, libros y depararán teleseries. En ambos casos el ‘conseguidor’ de El Carpio –Villarejo- sólo retornó palabrería e informes que merodean el Código Penal a cambio de minutas de infarto. La Sevilla más beata del dinero fácil está callada con estos casos. Desconocemos si la historia del ‘cazador cazado’ revive.

El volumen de ‘casos sevillanos’ de Villarejo dicen que ubicó hasta un despacho que regentaba un hoy Comisario jubilado entonces en activo. El hombre parece que pasa malas noches desde que saltó el caso e inicialmente se encarceló al expolicía millonario. El ‘equipo’ de Villarejo en Sevilla fue el mismo que buscó, de uniforme con medallas y despacho con metopas, en vano a Marta del Castillo. El ‘conseguidor’ Villarejo tuvo embajada y colegas hispalenses, pero carecía de licencia de detective o de alta en ‘seguridad privada’.

Los infórmenes de Villarejo

Gracias a filtraciones más o menos interesadas hemos conocido el fruto investigador del Ex Comisario que os ocupa. Un trabajo que merece aplauso por su nihilismo fue el que centraba el empresario Luis Portillo, el que fuera Presidente de la cotizada y arruinada Colonial. Del nazareno escribía Villarejo que era testaferro del PSOE andaluz e íntimo de Toscano (Alcalde perpetuo de Dos Hermanas) e Isidoro Beneroso (Ex Presidente ELMONTE, hoy Caixabank, por cierto investigada gracias a Villarejo). La primicia no localizó los millones de Portillo en el extranjero que creyó el BBVA tendría el hoy personado en la causa de su espionaje y reconvertido empresario tras estallarle la burbuja crediticia e inmobiliaria.

Otro informe ‘sevillano’ de Villarejo, que al parecer copió en parte de una agencia norteamericana –Kroll- refería detalles sobre la heterodoxa concesión de un Casino en Tomares que ha dado mucho trabajo a la Justicia. Los refritos de Kroll los copia Villarejo sumando cotilleos de patio vecinal que alcanzan a políticos, empresarios, periodistas y esa gauche divine sevillana que se creyó intocable y eterna.

El expolicía cordobés en su palabrería tabernaria tacha a los detectives privados de ‘piojosos’. Pero -a la postre- usa su trabajo e informes para enriquecer sus cuentas bancarias, el que parece ser su único objetivo. Algo parecido ocurre con las adversidades que centró una central energética en Arcos (Cádiz) que patrocinaba IBERDROLA, también investigada por la Audiencia Nacional gracias al oficio de Villarejo.

El denominado ‘Informe Arrow’, pues los anglicismos suben la factura, incluía inventos sobre verdades conocidas para rellenar contenidos. Indagaba la intimidad de un juez que se oponía a la instalación de una central eléctrica que IBERDROLA compró a la quebrada ENRON norteamericana. Detalló las cloacas sabidas del ecologismo ‘militante’ y espió a los adversos del proyecto de la cotizada. La intimidación quedó impune en su día. Mención aparte es lo que Villarejo dedica a la prensa por informar del caso.

El matrimonio de Villarejo y Sevilla está pendiente de conocerse en toda su dimensión. No se descarta que haya algún ‘arrepentido’ camino de la Audiencia Nacional o que alguien citado pierda la memoria, esté malito o le eche la culpa al muerto. Hay compás de espera para muchos insomnes cuyas aventuras oníricas le sitúan entre rejas tras entregar su currículum profesional al ‘servicio de España’ pero con pago en billetes en mano. #Infraganti estará atento al caso.