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Actualizado: 08 feb 2023 / 09:16 h.
  • Rescatada una familia en el noroeste de Siria, un «milagro» entre las ruinas

El grupo de rescatistas Cascos Blancos ha logrado rescatar a una familia al completo de debajo de los escombros en el noroeste de Siria, la zona más golpeada en el país por estar cerca del epicentro del seísmo principal en el sur de Turquía y que ha dejado en ella más de 1.200 muertos.

"Un verdadero milagro, resuenan las voces de alegría alcanzando el cielo, una familia completa es rescatada de debajo de los escombros de su casa en el pueblo de Besanya, en el oeste de Idlib", indicaron los Cascos Blancos, en un vídeo difundido anoche en su cuenta oficial de Twitter.

En el clip de más de 2 minutos, se aprecia cómo dos rescatistas sacan en primer lugar al padre, mientras que los otros dos niños son salvados sucesivamente de debajo de los escombros entre una marabunta de gente que acudió al lugar para ver el "milagro" y gritaba "Dios es grande".

El rescate se llevó a cabo más de un día y medio después del primer seísmo de una magnitud de 7,7, con epicentro en el sur de Turquía y que ha dejado hasta el momento un balance total de más de 8.300 muertos en territorio turco y sirio.

Los rescatistas están trabajando a contrarreloj para salvar a las "cientos de familias" que continúan aún atrapadas.

Al sufrimiento del terremoto se añade que la única vía directa de entrada de suministros a las áreas del noroeste de Siria, el paso fronterizo de Bab al Hawa, ha quedado dañada.

Bab al Hawa es el único punto por el que entran suministros a las áreas de Idlib y la vecina región de Alepo en manos de la oposición, a excepción de algunos envíos puntuales de ayuda humanitaria realizados por las Naciones Unidas desde las zonas controladas por el Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad.

Fuentes humanitarias aseguraron a EFE que, además, las carreteras que van hacia el paso fronterizo están en muy malas condiciones, tanto del lado turco como del sirio.

Además de Bab al Hawa, otras infraestructuras públicas han sufrido daños en la zona, dificultando el desarrollo de las labores humanitarias, también lastradas por la escasez generalizada de combustible en Siria y la falta de maquinaria especializada para las operaciones de rescate.