La Hermandad del Cachorro, gracias finalmente a la subvención de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, va a acometer durante buena parte de este 2023, concretamente desde este entrante mes de febrero y hasta bien mediado el próximo otoño, la restauración integral del retablo de la antigua Capilla del Patrocinio, actual sacramental en la Basílica Menor del Santísimo Cristo de la Expiración, donde recibe culto la pequeña imagen letífica de Nuestra Madre y Señora del Patrocinio. Será el conservador Pedro Manzano Beltrán quien dirija esta ardua intervención en la que participará un equipo multidisciplinar. Además, el recinto sacro se cerrará de manera parcial, ya que el Sagrario permanecerá en el mismo pero reubicándose a las plantas de la imagen del Cristo del Camino.
Este retablo llega a Triana en 1814 procedente de la Iglesia de San Alberto, templo que se alza por detrás del de San Isidoro, que en aquella fecha pertenecía a la orden del Carmen Calzado, a la cual se le adquiere, de hecho, los dos santos que aparecen en el primer cuerpo, San Pedro Tomás y San Andrés Corsini, son carmelitas. En el Cachorro no hay constancia de ninguna intervención de relevancia sobre el retablo, salvo una limpieza superficial acometida a inicios de los años noventa del pasado siglo. Actualmente, se considera que el estado general de conservación del soporte es inestable, puesto que existen varias desuniones entre los diversos ensambles de las piezas que constituyen este retablo, además de observarse una importante cantidad de orificios como consecuencia de la colocación de distintas puntillas para el sistema de cableado, apreciándose también levantamientos y pérdidas en la policromía y marmoleado de las tallas y los relieves.
Las líneas de actuación, por tanto, serán dos, una de tipo conservativa, para subsanar daños a nivel estructural y funcional, y otra consistente en aplicar tratamientos de restauración para contribuir a la restitución material y a la presentación estética de la imagen. De hecho, entre otros aspectos, se repondrán las piezas mutiladas, se actuará en la limpieza y restauración del dorado e, incluso, se reubicarán a los dos santos carmelitas anteriormente citados, puesto que se hallan cambiados de sitio, ubicándose cada uno en el lugar del otro. Todas estas labores serán llevadas a cabo por un equipo constituido por profesionales del sector de la conservación y restauración de obras de arte, que encabezados por el ya referido Pedro Manzano, estará integrado concretamente por los restauradores Ana Álvarez Moguer, José Luis García González y María Dolores Cardo Pacheco, por el doctor en Ciencias Químicas Enrique Parra Crego, por la doctora en Historia del Arte María Teresa Ruiz Barrer, y por el analista técnico informático Juan Rivas García.