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Actualizado: 11 jun 2018 / 07:13 h.
  • Parihuela del paso de palio de la Hermandad de San Esteban. / El Correo
    Parihuela del paso de palio de la Hermandad de San Esteban. / El Correo

Los cortejos de nuestra Semana Santa son tan numerosos y muchos de ellos tan largos que las hermandades deben tener previstas todas las contingencias que puedan ocurrir durante la procesión. Por ello, cada una de ellas tiene numerosos puestos específicos de hermanos, o asalariados con una función específica que desarrollar durante la estación de penitencia.

Una de estas figuras que llevan algunas de las hermandades es la del carpintero, que como su nombre indica es alguien que se dedica a las labores de carpintería. Digamos que esta denominación es algo genérica ya que no tiene que ser alguien que se dedique únicamente a trabajar con la madera sino más bien de algún experto en bricolaje que pueda solucionar cualquier problema que pueda ocurrir durante la procesión, aunque buena parte de ellos tienen relación con la madera.

La figura del carpintero de una cofradía está directamente relacionada con el equipo de priostía, aunque no necesariamente son los priostes quienes desarrollan esta labor sino alguna persona de su confianza. Entre algunas de las tareas que puede realizar durante la estación de penitencia, casi todas imprevistas, pueden encontrarse el arreglo de una bambalina que se haya caído, algún problema con la parihuela o uno de sus zancos móviles, o ajustar el farol o los candelabros de alguno de los pasos que por la razón que sea estén mal sujetos y puedan caerse.