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Actualizado: 24 jun 2018 / 11:15 h.
  • La cesta suele ser utilizada por algunos miembros de una cofradía. / El Correo
    La cesta suele ser utilizada por algunos miembros de una cofradía. / El Correo

Dice el diccionario de la Real Academia Española que una cesta es un «recipiente tejido con mimbres, juncos, cañas, varillas de sauce u otra madera flexible, que sirve para recoger o llevar ropas, frutas y otros objetos». En el ámbito cofrade este término está muy presente. Fundamentalmente, en las estaciones de penitencia. Y es que, muchos no concebirían realizar la salida procesional sin un objeto de esta tipología.

En Semana Santa, la cesta siempre cumple la misma función. Sirve de recipiente a los miembros de la cofradía para llevar algún tipo de objeto en el transcurso de la misma. Objetos de los más variopintos. Así, los nazarenos más pequeños y monaguillos suelen usarlas para llevar sus caramelos y estampitas. Hay momentos en los que, entre caramelo y caramelo, algún niño también la utiliza para hacer alguna travesura y estamparla contra la cabeza del que va justo delante de él. Cosas de niños.

Pero no solo utilizan las cestas los infantes durante la Semana Santa. También lo hacen los mayores. Y es que, estas sirven para transportar desde pabilos a mecheros, pasando por horarios de paso o el orden impreso de la cofradía. En definitiva, cualquier objeto que se tenga que tener a mano por ser útil para la organización de la salida procesional.

En muchas ocasiones, las cestas cofrades suelen estar teñidas o pintadas con el color propio de la hermandad, incluso están las que llevan un aplique con la heráldica de la corporación. Eso ya depende de la cofradía en cuestión. Lo que no es propio es llevar una cesta dentro de un cortejo procesional de color estridente o demasiado llamativo. Y es que, la decorosidad, en este asunto, es término indiscutible. En Sevilla, las cestas también suelen ser conocidas como canastos.