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Actualizado: 29 jun 2018 / 12:51 h.
  • Clarines de la banda de Nuestra Señora del Sol interpretan estos toques desde lo alto de la Giralda. / Javier Díaz
    Clarines de la banda de Nuestra Señora del Sol interpretan estos toques desde lo alto de la Giralda. / Javier Díaz

La Iglesia Católica celebra hoy, 29 de junio, la festividad de San Pedro y San Pablo. Las Sagradas Escrituras cuentan que el apóstol San Pedro, luego primer Papa de la Iglesia, lloró en el atrio de la Casa de Caifás, en Jerusalén, cuando negó hasta tres veces haber conocido a Jesús (Juan 18,15-27). De ahí que coincidiendo con su onomástica se rememoren también las llamadas Lágrimas de San Pedro. Esos lamentos, convertidos en toques de cornetas, se remontan al siglo XV en Sevilla. Entonces, al volver el infante Don Fernando de la conquista de Antequera, se hicieron grandes regocijos y repiques y luminarias como la noche de San Pedro. En 1551, el canónigo Rivera destina sus bienes para financiar esta tradición. En Memorias de fuego del abedor de la Iglesia Mayor Don Juan de Eguirola se hace referencia al pago de fuegos que, por encargo del mayordomo del Cabildo Catedral, realizan Pedro de Villalobos y Francisco Alemán. En 1629, el Cabildo dispone que sólo se permitan fuegos en la noche de San Pedro. Entre 1647 y 1648 es Diego Alemán el responsable de esta celebración, que se interrumpe de 1839 a 1865, reanudándose después hasta 1961, para volver a interpretarse de nuevo desde 1986. Los toques catedralicios se realizan el día 28 de junio a las doce de la noche y el día 29 a las nueve y media de la mañana y a las doce del mediodía. La melodía se repite tres veces en cada cara de la Giralda, comenzando en dirección hacia el Real Alcázar hasta llegar a la de la Virgen de los Reyes. De ello se encarga el cuerpo de clarines de la banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora del Sol de Sevilla. Mientras sucede esto en lo alto de la Giralda, abajo el cuerpo de alabarderos de la formación monta guardia en la Puerta de los Palos. Una vez finalizados los toques, acuden todos a la Capilla Real y se postran ante la Virgen de los Reyes.