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Actualizado: 13 ago 2022 / 13:37 h.
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  • Donde esta mi Betis y Roures

Perdonen que hoy me refiera a La Liga y a eso que llaman “palancas”, las que no permiten que mi Betis empiece la temporada con todos los avíos, que parecemos un puchero “maricón”, como dicen en mi pueblo...

Érase una vez un conjunto de clubes de Futbol que decidieron crear una Asociación que administrara sus intereses en detrimento de la Federación deportiva de rigor.

Mientras esto ocurría, un cabecilla de Fuerza Nueva, llamado Javier Tebas, parece minutaba por veintidós suspensiones de pagos de Clubes deportivos a trescientos mil euros la pieza. No me dirán que no es un hombre hacendoso.

En su camino, se encontró como presidente del Consejo Superior de Deportes, al yerno de Alzaga, ese que creó el PDP donde militara Javier Arenas. En Sevilla, ese prohombre dejó su impronta, cuando fue el “conseguidor” de la sorprendente abstención de Alianza Popular en la recalificación de las Torres de la Buhaira, un esperpento urbanístico que esparce su gigantesca sombra sobre ese Palacio Almohade al que llamaban (debió de ser un presagio), “Bocado del Faraón”. Yo tendría apenas veinte años y aún recuerdo el asombro del alcalde Manolo del Valle y eso que él nació del revés. Alzaga acabaría después donando sus plusvalías (no todas, faltaría más) al Museo del Prado. “Soy anacrónico; pero a fuerza de no querer serlo he venido a simular todo lo contrario”, debió decir. Vamos que después del ficticio prostíbulo de Macondo (con perdón), los rezos a María.

Mariano Rajoy no tuvo otra ocurrencia que situar al orondo hijo del ex fiscal general del Estado, Jesus Cardenal, al frente del deporte español. En Badajoz y en su Universidad, me consta que quedaron aliviados. No tardaría en “donar” los derechos de televisión del balompié a su futuro patrón.

Y así nació la palanca, que a mí me gusta más la “palangana”, eso sí, sin las violetas de Silvio y Sacramento. Si no fuera porque el Papa ha prohibido las prelaturas personales, estaríamos ante otra incipiente. No en vano, a quien se desmanda, se les aparecen Moix o los hombres de negro de Tebas. Pregunten, si no, en Córdoba o al pobre Jesús Samper.

Con todos estos antecedentes, ni el Barca, ni el Betis, pueden inscribir sus jugadores. Necesitan una “palanca” Pero hete aquí que aparece Roures, adalid del independentismo y la Tercera República. Naturalmente no la misma que la de Anguita, ni la de Martínez Barrio. La del magnate –pregunten al periodista Josep María Cortes y el Fifagate-, se basa en presuntas dádivas. Por si acaso, Roures ya ha almorzado con Villarejo. A la luz del día. El poder es conquista amorosa. Si no se exhibe, no puntúa.

Ya han promocionado a Jueces, como Arnaldo o Berdugo, el inventor deslavazado de la malversación telepática; jubilado a Ollero. Y auguran un prometedor futuro a jueces como Luis Ugarte (sí, el padre de la alicaída actriz Adriana) o el juez San Pedro. Encarcelaron a Angel Villar e hijo; y arruinaron la vida de Filo Carballo. Solo queda ser lobo estepario.

Los hindúes invocan a Babaji o a Osho, pues creen que te acabarán colmando de bendiciones. Ahora el mantra es que Lewandowski jugará, si pignoras a favor de Roures.

Así que el Barca es la presa y el Betis el rehén. A qué aguardan Haro y Catalán. Una oración a Roures, el celo del cagalón, y todo solucionado. Como decía Silvio, acodado en aquel bar del chino de Virgen de Luján, junto al pinball en que dos chiquillos jugaban, “verde quiero ver a toda España”. Si no hay suficiente dinero para sumar voluntades, ya saben, más dinero...

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