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Actualizado: 02 feb 2023 / 07:51 h.
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  • El miedo y el fracaso

Siendo niño, cayó en mis manos un libro que hablaba sobre el holocausto judío durante la segunda guerra mundial. Me lo tragué de un tirón y me impactaron mucho las fotografías que mostraban aquellos horrores. De hecho, hoy sigo mirándolas atónito. Recuerdo que la pregunta que me hice desde las primeras páginas tenía que ver con la docilidad de aquellas personas. ¿Cómo podían dejarse llevar a base de golpes, cómo permitían que les tratasen de ese modo? ¿No hubiera sido mejor arremeter contra aquellos bestias y morir intentando cambiar las cosas? Con los años he aprendido que el miedo lo arranca todo de su sitio, que una persona aterrada no es capaz de nada. Sobre todo, deja de pensar, reduce a la mínima expresión su condición humana y deja al descubierto la animal. El miedo. Nada puede hacerse si el miedo se acomoda en la inteligencia humana. Y el pueblo judío estaba atenazado por él. No había ni una sola posibilidad de salvación frente a los que ejercían su poder.

Desde hace años, son muchos los que se preguntan si nunca se va a movilizar el personal ante tanta injusticia en el mundo. ¿Qué tienen que hacer, qué tiene que pasar para que nos pongamos en marcha y en serio? La gente se pregunta y no encuentra solución. Claro, es que tenemos miedo. Mucho miedo. Mucho más del que estamos dispuestos a reconocer. Miedo a perder lo que tenemos, miedo a no poder ir de vacaciones, miedo a que nuestros hijos no puedan estudiar una carrera universitaria, miedo a que nos pongan de patitas en la calle en nuestros trabajos; en definitiva, miedo al fracaso. La siguiente pregunta, lógicamente, es en qué consiste fracasar. Aquí las respuestas son menos. Fracasar es no tener dinero para pagar la hipoteca, no tener dinero para mantener un nivel de vida razonable, no tener dinero a secas. Esa es la respuesta estrella. Claro que lo es. Porque tenemos miedo. Pero la respuesta es otra: fracasar es no pensar, no hacer lo que tenemos que hacer como seres humanos que somos. Ya sé que esto parece anacrónico, sentimental en exceso, romántico y cosa de locos. Pero es lo que debería ser. Nos han enseñado que la cosa iba de tener y nos lo hemos creído. De hecho las sociedades que tienen dinero y no les falta de nada creen que son lo más de lo más aunque los individuos que las formas sean más tontos que pichote. Sin pensar, sin defender nuestra condición, sin luchar por el conjunto de las sociedades, sin tener unos ideales que defender, nos reducimos a un rebaño fácil de controlar y que se puede dejar llevar al matadero sin decir ni pío. Ya sé que esto puede parecer palabrería. Pero no lo es. No lo es al menos para el que escribe.

Esto no puede seguir así. ¿No vamos a ser capaces de pensar, de tener ideas, de querer cambiar las cosas? ¿No vamos a ser capaces de decir lo que pensamos sin miedo a que alguien tome represalias? ¿Queremos vivir así? El verdadero fracaso de una persona es acostarse cada día sabiendo que ha comulgado con ruedas de molino, que deja el valor en casa cada día, que no tiene nada que ofrecer a sus hijos salvo algo de dinero para que estudie, que confunde la felicidad con comprar objetos inservibles.

Esto no puede seguir así.