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Actualizado: 23 mar 2023 / 08:10 h.
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  • Carlos Luján - Europa Press
    Carlos Luján - Europa Press

En el Partido Socialista saben que si Feijóo se entiende con Abascal, o sea, el PP con Vox, dejarán de gobernar a finales de año. Es la razón por la que hablan tanto de que son la misma cosa, cuando no es así, como tampoco Unidas Podemos y el Partido Socialista son la misma cosa, aunque lo parezca desde hace algún tiempo. Evidentemente, Feijóo se apoyará en Vox para gobernar y echar a Sánchez, como éste se apoyó en el partido de Iglesias, además de en IU, EH Bildu y ERC. Nunca hubiera sido presidente sin ese apoyo y sin gobernar con Unidas Podemos. Entonces, ¿a qué viene tanta crítica a Feijóo por la posibilidad de que se entienda con Vox? ¿Se puede gobernar con la extrema izquierda y no con la extrema derecha? ¿Lo prohíbe acaso la Constitución?

Parece que hay ganas de un nuevo cambio político en nuestro país y que el líder de le derecha puede ser el próximo inquilino de la Moncloa. Ayer Patxi López, portavoz del Partido Socialista, enloquecía en el Congreso contra Feijóo, sacando incluso lo de su viaje en barco con un narcotraficante, algo que ocurrió hace muchos años. Hasta un genial Tamames le tuvo que advertir de un posible infarto si continuaba en esa línea de histerismo parlamentario. Están hasta las trancas, sobre todo porque parece que vuelve la corrupción al partido del puño y la rosa con el caso del Tito Berni y ahora, ayer mismo, les ha dimitido la directora de la Guardia Civil, María Gómez, porque su marido ha sido imputado por corrupción en Andalucía. Vuelven a las andadas, y parece que se acerca el final de la mamela.

Anoche entrevistaron en El Cascabel a Cuca Gamarra, del Partido Popular, e Iván Espinosa de los Monteros, de Vox, pero no coincidieron en el plató. Juntos, pero no revueltos, parece que es el acuerdo. Pero está claro que gobernarán juntos a nivel nacional, como ya hacen en Castilla y León. Lo que cuesta entender es que en un país democrático, con una democracia ya consolidada, según Sánchez y Feijóo, esto sea visto como un desastre para el país y un peligro para la propia democracia. Sobre todo que las derechas se entiendan, que es lo más chocante. Si se entienden las izquierdas, ¿dónde está el problema? No seremos una buena democracia hasta que no se vea normal que la extrema izquierda y la extrema derecha tengan el mismo derecho a gobernar el país.

Lo deseable sería que no hubiera partidos populistas o radicales con fuerza social para poder entrar en el Gobierno, pero los tenemos. Llegaron cuando los dos grandes partidos del país, que se alternaban en el poder, se llenaron de mierda con la corrupción. Y ahora no paran de quejarse y de decir lo malo que son el comunismo y el franquismo, el populismo y el radicalismo. Que se jodan.

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