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Actualizado: 20 sep 2021 / 07:39 h.
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  • Fotografía: EFE
    Fotografía: EFE

Todo indica que, con la remisión de la quinta ola de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, todo puede comenzar a parecerse a lo era allá por los primeros meses de 2020. Es evidente que, después de todo lo que ha pasado, nada será exactamente igual aunque se ha logrado que la sensación no sea de desastre total. Si bien es cierto que los muertos ya no volverán, que los enfermos de larga duración y los que padecen secuelas que nadie se atreve a predecir hasta dónde llegarán, o que los daños colaterales han sido brutales (por ejemplo, muchos fueron los que enfermaron de cáncer o cualquier otra cosa, sin poder ser atendidos por la presión que ejercía la Covid-19 sobre el sistema hospitalario); si todo eso es verdad, también lo es que las cosas vuelven a estar en un lugar muy parecido al de antes.

Los ciudadanos españoles han dado una lección de civismo. A pesar de lo que ha sucedido en algunas ciudades con, por ejemplo, las que las concentraciones de jóvenes han provocado sonrojo y crítica social, el comportamiento de toda la sociedad al enfrentar el problema durante los primeros momentos fue ejemplar. La sociedad española supo unirse alrededor de los más vulnerables para cuidar de grupos golpeados sin piedad desde el primer día. Si las instituciones y la propia ciudadanía no hubieran adoptado esa postura los ancianos hubieran sufrido las consecuencias de la pandemia de forma más brutal todavía. Es posible que sea la gran lección de esta pandemia: sin unidad es imposible superar un problema de estas dimensiones.

Asaltan dudas sobre qué hubiera sucedido en otras circunstancias. ¿Qué hubiera pasado en España sin que hubiera existido una herramienta como ha sido la aplicación de ERTES? ¿Qué hubiera sido de los alumnos españoles sin una capacidad de reacción formidable de la comunidad escolar que cambió el modelo de aula presencial por el de aula virtual en 24 horas? ¿En qué circunstancias se encontraría el mundo entero sin vacunas eficaces? Son muchas las preguntas por contestar.

Se ha logrado el objetivo de superar una pandemia letal. Sin duda, son muchas las cosas que no han funcionado de forma adecuada, sobre todo en los primeros momentos; sin duda existe un enorme margen para la mejora, pero con el final de la quinta ola parece que podría llegar el principio del fin de la pandemia y eso es motivo de alegría.