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Actualizado: 29 jun 2021 / 09:49 h.
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  • Carmen Calvo. / EFE
    Carmen Calvo. / EFE

La realidad biológica tiene poco o nada que ver con la identidad sexual. Eso es lo que defiende la «teoría queer» que establece una diferencia clara y absoluta entre las necesidades sociales y las construcciones que se realizan en ese ámbito con lo que la biología establece desde hace siglos. Es esta una postura radical que se ha implantado en sectores de la izquierda política más arrimados al extremo.

Negar el hecho biológico del sexo significa como factor determinante de ese sexo es lo que aleja por completo a los movimientos feministas más tradicionales de estas nuevas posturas ante la petición casi alocada de una autodeterminación de sexo con la única condición que puede suponer la voluntad de la persona. El movimiento feminista, así, se convierte en una especie de batalla contra la estructura heteropatriarcal que tanto suena en los discursos políticos de mujeres que dicen luchar por los derechos de las minorías menos estructuradas socialmente.

Esto se traduce en que las minorías pueden llegar a imponer sus modelos sociales y que los movimientos más tradicionales pueden perder fuelle y espacio. De hecho, la ministra socialista Carmen Calvo, tras claudicar ante Irene Montero y su ‘Ley Trans’–obligada a ceder es más exacto- es posible que quede fuera del Gobierno en breve. Y de hecho, se impone una forma radical e incomprensible para muchos miles de personas de lo que suponen las libertades sociales que pueden verse trastocadas por las que imponen las minorías gracias a los radicales.

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