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Actualizado: 01 sep 2020 / 22:06 h.
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  • Manuel Castells. / EFE
    Manuel Castells. / EFE

Podría parecer que el Ministerio de Universidades; una cartera independiente producto de separar algunas competencias de Educación y Ciencia; es prescindible, inservible y una idea peregrina de algún iluminado Y no es así. La Universidad es el motor del conocimiento de una sociedad y es necesario que se cuide, que se le dote del suficiente presupuesto para que pueda funcionar sin problemas y que se legisle en busca de una excelencia académica necesaria. Otra cosa bien distinta es que el ministro Manuel Castells haya dado muestras de dejadez, de incapacidad y de total invisibilidad.

Desde el comienzo de la legislatura, Castells ha dado una rueda de prensa. Solo una. Eso indica el nivel de gestión de un Ministerio que ha resultado un fiasco gracias a la ausencia del máximo responsable.

Toda la comunidad educativa, desde los rectores a los alumnos, están de acuerdo en lo prescindible que es Castells e incluso en Unidas Podemos ya se acepta que, en caso de reestructuración del Gobierno, la de Universidades sea una de las carteras perdidas al bajar el número de ministerios. Y no solo por las ausencias del ministro y su poca solvencia al frente de la cartera sino por las propuestas radicalmente liberales que ha realizado Castells. Han sido escasas, pero de un corte en el que empresa y educación se dan la mano. Tampoco esa apuesta la ha podido ganar Pablo Iglesias.