Estamos obligados a aprender de lo que está sucediendo desde que apareció el SARS-CoV-2 en el mundo. Y todo lo que aprendamos será lo que nos haga afrontar nuevas pandemias en el futuro. Según los mejores expertos del mundo en epidemiología y virología, las pandemias se van a repetir con una frecuencia cada vez mayor. Las enormes explotaciones ganaderas y agrícolas que invaden territorios en los que el hombre no debería estar intentando cambiar la realidad, una deforestación que arrasa el planeta entero y el propio cambio climático, acelerarán, sin duda, la aparición de nuevos patógenos con capacidad para producir contagios entre los seres humanos.
Por tanto, estamos obligados a crear antecedentes sobre cómo plantear una vacunación global y solidaria que no deje olvidados a lo pueblos más destrotegidos. De nada serviría vacunar a los europeos y a los australianos sin ser capaces de vacunar a la población de los países más pobres y con menos recursos sanitarios. La pandemia no tendría fin. Es necesario que se vacune, al menos, el 60 por ciento de la población para poder tener esperanzas de éxito contra la Covid-19.
Los 187 países que forman la iniciativa Covax tiene previsto adquirir 2.000 millones dosis de vacunas contra la Covid-19. Para ello, será necesario recaudar (bajo el amparo de la Organización Mundial de la Salud) un cantidad que rondará los 4.200 millones de euros (ya disponen de 1.700 millones). Sería muy importante dejar apuntalada la idea solidaria en la gestión de la salud pública del mundo entero.
Por su parte, la UE ha reservado la impresionante cantidad de 1.800 millones de dosis para que sean distribuidas de forma equitativa entre los países miembros. Estaba claro que convertir esta pandemia en una carrera de cada país en solitario contra la pandemia sería un desastre. Y esta compra masiva junto a una estrategia de distribución adecuada y una política en la que el último objetivo sea que todos los hombres y mujeres se puedan vacunar, es el camino.
Las vacunas van apareciendo con sus características y con su carga de dudas científicas que habrá que resolver. De momento, Oxford-Astra Zeneca anuncia que su vacuna es útil en el colectivo de personas mayores. Y lo que vamos conociendo de unas y otras, hace pensar que algunas serán eficaces y serán la herramienta que permita a la Humanidad seguir adelante.