Image
Actualizado: 01 abr 2021 / 16:03 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
  • Lo único que estará justificado será la dimisión de Grande-Marlaska

Todo parece indicar que, si se impone la coherencia que se le supone a un político cualquiera, el ministro de Interior Grande-Marlaska debe dimitir de inmediato. Aunque la gran tragedia española es, en la actualidad, que esas dimisiones ya no se producen casi nunca y será difícil que eso ocurra. Lo excepcional es que un político dimita si hace algo reprobable. En este caso, si el ministro de Interior no dimite, estaremos ante un escándalo más, protagonizado por alguien que, incomprensiblemente, parece no recordar que fue juez antes que ministro. El acercamiento de presos etarras o la justificación de la «patada en la puerta» que va contra lo que dice la Constitución, son ejemplos de eso que no permite entender bien cómo un juez no es sensible a problemas que le han tocado de cerca.

En cualquier caso, a pesar de no faltar motivos de dimisión, el más notable llega con la anulación del cese del Coronel Diego Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid (Tres Cantos-Madrid) por parte del Juzgado Central de lo Contencioso-administrativo número 8 de la Audiencia Nacional. La anulación se completa con la condena al reingreso en su puesto del Guardia Civil que no informó ciñéndose a su labor sobre la causa del 8M a Grande-Marlaska.

De los Cobos fue cesado tras la entrega de un informe a la jueza encargada del caso de la manifestación del 8M en la que se trataba de descubrir cómo esa manifestación había sido esencial para que el SARS-CoV-2 se propagase de forma descontrolada generando una de las mayores crisis sanitarias de los últimos 200 años.

El ministro de Interior trató de desvincular el cese de esa negativa de De los Cobos a entregar el informe a alguien que no fuera la jueza encargada o a un superior en la investigación. Más tarde, trató de señalar la filtración de ese informe a los medios como causa del cese y hablaba de respeto por la carrera profesional del Guardia Civil. Al cese de De los Cobos le siguió la dimisión del máximo mando operativo de la Guardia Civil, Laurentino Ceña. Nada fue sensato y nada fue lógico en toda esta opereta que ha protagonizado Grande-Marlaska sin mostrar respeto alguno por las instituciones, por la separación de poderes o por los profesionales que realizan su trabajo sin descanso velando por la seguridad de todos los españoles.

Grande-Marlaska no puede encontrar motivo alguno para continuar al frente del Ministerio del Interior tras este nuevo tropiezo que resulta injustificable. Debe dimitir inmediatamente para que la salud democrática, que tanto está poniendo en riesgo este Gobierno actual, salga ilesa de una de las épocas con más recortes a las libertades individuales y colectivas de los españoles que se recuerdan en democracia.

ETIQUETAS ►