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Actualizado: 27 jun 2020 / 23:05 h.
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  • Fotografía: EFE
    Fotografía: EFE

La nueva realidad que vivimos en estos momentos se parece bastante a la pre pandémica. Aunque existen diferencias sustanciales, por ejemplo, en la actitud de los ciudadanos antes la Covid-19 (uso de mascarilla, higiene personal y distancias sociales); algunas cosas no han cambiado nada en absoluto.

El plan que ha trazado el Gobierno de España para poder afrontar una segunda oleada de la pandemia, sencillamente, no existe. Pedro Sánchez ha sido incapaz de construir una estrategia seria y rotunda.

¿Cómo es posible que la gestión de las residencias de mayores se limite a señalar a las autoridades competentes para hacer frente a una segunda oleada «con los recursos sanitarios del sistema de salud de la comunidad autónoma en que se ubiquen»? ¿El plan puede reducirse a un ‘hagan ustedes su trabajo’ y desear suerte a todos?

¿Cómo es posible que todo se reduzca, en asuntos fundamentales, a una declaración de intenciones? Está claro que los planes que se diseñen serán los que «garanticen la capacidad de respuesta y la coordinación entre los servicios de Salud Pública, atención primaria y atención hospitalaria», pero el Gobierno debería estar trabajando ya para dibujar un plan que sirviera a todos.

Algunas cosas nos han caído encima como losas y hemos sentido un enorme bochorno como españoles. Lo que ha sucedido en las residencias de ancianos es imperdonable. Descubrir que nuestro sistema sanitario no era de los mejores del mundo ha sido decepcionante. Que nuestros sanitarios sí sean grandes profesionales no garantiza que un sistema debilitado por los recortes presupuestarios aguante problemas de la dimensión de esta pandemia.

El Gobierno está obligado a ponerse a los mandos hasta el final de la crisis. El coronavirus sigue al acecho, los rebrotes son muy preocupantes y no se puede bajar la guardia de ninguna de las maneras.

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