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Actualizado: 15 jul 2021 / 10:36 h.
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  • Un gran esfuerzo de todos por salvar el planeta

La Unión Europea se ha comprometido claramente con la lucha contra el cambio climático. Y, así, los objetivos a los que se aspiran son especialmente ambiciosos aunque todo indica que los esfuerzos comunitarios permitirán alcanzarlos.

El año 2030, los gases de efecto invernadero tendrán que haberse reducido un 55 por ciento respecto a los que se emitieron el año 1990. Además, en 2050 las emisiones netas tendrán que ser cero; esto es, los combustibles fósiles que se han estado utilizando durante décadas no tendrán cabida en los sistemas productivos, en los transportes o en cualquier otro ámbito. Todo ello, solo puede conseguirse alcanzando un uso de energías renovables que alcance el 40 por ciento de la consumida en 2030, lo que supone duplicar el consumo actual.

Si la UE logra estos objetivos se habrá colocado al frente de la generación de energías renovables. Y, por esta razón, desde Bruselas se han lanzado propuestas que van dirigidas a lograr niveles hasta ahora desconocidos y que serán de obligado cumplimiento; propuestas que trascenderán las fronteras europeas puesto que obligarán a las economías mundiales a reconvertir sus modelos si quieren tener presencia en los países de la UE. Es decir, los fabricantes de vehículos a motor tendrán que pensar en el motor eléctrico, todos los fabricantes del mundo. También, cualquier producto que deje una huella medioambiental será penalizado con tasas climáticas. Del mismo modo que las empresas e industrias que emiten CO2 pagan una cantidad, los productos que lleguen de fuera tendrán que ser gravados como correspondan.

Todo va encaminado a que el medio ambiente sea menos maltratado, pero no puede olvidarse que esto supondrá un esfuerzo para todos los ciudadanos, un esfuerzo que intentarán aprovechar los políticos más populistas para generar una corriente de opinión contraria a los intereses generales y puramente partidistas. Queda mucho camino por recorrer y las negociaciones serán duras aunque del todo necesarias.

El Gobierno de España debe informar y advertir de lo que está pasando con claridad para que los ciudadanos puedan ir construyendo un criterio que les permita tomar decisiones tan importantes como estas que afectan al futuro del problema.