La ansiedad, el estrés y la depresión son los principales síntomas que la red de 42 psicólogos de la Fundación Galatea trata en las consultas, la mayoría de ellas requeridas por mujeres (86%).
Ante este dato, Antoni Calvo añade: «Recibimos más consultas por parte de mujeres porque el colectivo de los profesionales de la salud y servicios sociales está formado mayoritariamente por mujeres. Pero también es cierto que ya antes de la pandemia habíamos observado que las mujeres tienen menos dificultades para pedir ayuda. Para los profesionales de la salud cuidarse es prioritario para poder cuidar. De hecho, cuidarse es un imperativo ético y deontológico”.
El 38% de profesionales que recurren al TAP son médicos, el 33% enfermeros/as y el 10% auxiliares de enfermería. Prácticamente la mitad, (47%) trabajan en hospitales, y el 23% pertenecen a centros de atención primaria. También utilizan este recurso trabajadores/as y educadores/as sociales, farmacéuticos/as, odontólogos/as y psicólogos/as, entre otros/as.
Afrontar la reincorporación laboral, miedo al contagio propio o de familiares proceso de duelo, dificultades en el ámbito personal/familiar, angustia por aislamiento, confinamiento o cuarentena; dificultades en el ámbito laboral; COVID-19 persistente, dificultades de conciliación, reaparición de la sintomatología, etc. son problemáticas actualmente habituales entre los sanitarios o trabajadores sociales, que los terapeutas del TAP abordan día a día.