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Actualizado: 21 jul 2021 / 11:34 h.
  • Tribunales.-El TSJA estima parcialmente los recursos de los condenados por el crimen del joyero de Carmona. / Eduardo Briones - Europa Press
    Tribunales.-El TSJA estima parcialmente los recursos de los condenados por el crimen del joyero de Carmona. / Eduardo Briones - Europa Press

Después de que el pasado mes de diciembre la Audiencia de Sevilla condenase a 33 años de cárcel al varón declarado principal culpable del asesinato en agosto de 2018 del joyero de Carmona Francisco Cintado, imponiendo 20 años de prisión al otro acusado, las autoridades de Rumanía han comunicado a la Guardia Civil el arresto en dicho país del tercer hombre supuestamente involucrado en el crimen, según ha avanzado ABC y han confirmado a Europa Press fuentes del Instituto Armado.

Este ciudadano rumano identificado como Ionut A., según la Guardia Civil, se encuentra ya detenido en su país natal, a la espera de su traslado a España para su entrega a la Justicia, que el pasado mes de noviembre de 2020 celebró el juicio con jurado popular contra los dos detenidos iniciales por este crimen; el ciudadano rumano G.S., de 46 años; y su compatriota I.I., de 26 años, pues todos ellos son originarios de dicho país.

Tras el juicio, el jurado popular emitió un veredicto de culpabilidad respecto a ambos acusados, G.S. e I.I.; y ya en diciembre, la Audiencia condenó a G.S. por un delito de asesinato a 25 años de cárcel y a ocho años más de prisión por el delito de detención ilegal como medio para cometer un delito de robo con violencia.

Asimismo, la Audiencia condenó al segundo investigado, I.I., de 26 años y también de nacionalidad rumana, a 12 años de prisión por un delito de lesiones graves y a ocho años más de cárcel por un delito de detención ilegal.

La Audiencia condenó además a los dos encausados a indemnizar conjunta y solidariamente a la familia del fallecido con 390.000 euros por los daños morales y las secuelas sufridas; con 295.372 euros por los objetos sustraídos no recuperados y con 5.850 euros por la cantidad de dinero en metálico sustraída y no recuperada.

ACTUARON TRES PERSONAS

El jurado popular consideró probado, y así lo recoge la sentencia condenatoria, que "con la intención de enriquecerse de manera ilícita" y "puestos de común acuerdo tanto en la finalidad como en los medios", los citados dos acusados, en compañía de otro individuo no enjuiciado en la vista oral y ahora ya detenido, "pusieron en marcha un plan para la sustracción de efectos" en la joyería propiedad de la víctima.

"En la ejecución de su designio criminal", los condenados "idearon un plan que dividieron en dos partes", la primera de las cuales se llevó a cabo entre las 9,30 y las 12,30 horas del día 3 de agosto de 2018, cuando el principal acusado acudió a la joyería en compañía del individuo no juzgado "con el pretexto de realizar la reparación de un reloj y así ganarse la confianza" del fallecido, "quedando con éste en verse otro día para recoger el encargo y poder entrar así en el establecimiento sin levantar sospechas".

Los acusados, según la sentencia, aprovecharon ese mismo día para solicitar a la víctima que les exhibiera un muestrario de joyas sacadas del interior de la trastienda, "con lo que pudieron conocer el lugar donde se guardaban éstas, así como el propio establecimiento y sus medidas de seguridad".

La Audiencia recoge como hechos probados que, "para concluir su designio criminal" y aceptando el principal acusado "incluso dar muerte" al finado "si ello así surgiera para obtener su ilícito propósito de enriquecerse", los investigados acudieron a la joyería en un vehículo sobre las 18,00 horas del día 6 de agosto de 2018 en compañía del varón no enjuiciado (y ahora ya detenido), quedándose uno de los encausados fuera del establecimiento realizando labores de vigilancia, "asegurándose en un primer momento que no se encontrara ninguna persona en la joyería ni presencia policial en los alrededores".

"EMPLEANDO GRAVE VIOLENCIA"

Este acusado "era plenamente consciente, porque así lo habían acordado previamente, de que al menos el robo se iba a cometer empleando grave violencia contra el joyero", ya que "conocía que sus compinches iban provistos de bridas y cinta americana para reducir a la víctima y que estaban dispuestos a golpearle salvajemente para conseguir su objetivo, hechos que indudablemente aceptó el acusado dado el tiempo" que los otros dos implicados permanecieron en el interior de la joyería.

Seguidamente, y mientras este acusado "continuaba realizando labores de vigilancia para garantizar la comisión del delito y evitar ser descubiertos", el principal condenado y el individuo no enjuiciado llegaron a la joyería y llamaron al timbre, abriéndoles la puerta el propietario "al haberlos reconocido por el monitor de la cámara de vigilancia debido al encargo que habían realizado días antes".

Una vez dentro del local y "después de provocar" que la víctima, tras sacar el reloj que había reparado, entrara de nuevo en la trastienda, el principal condenado entró tras el joyero y, "sin darle tiempo a salir de la trastienda ni posibilidad alguna de defensa, se abalanzó" sobre él. A continuación, y "con ánimo de menoscabar su integridad física, hasta el punto que fuera preciso para alcanzar su objetivo, inclusive darle muerte", ambos implicados "comenzaron a golpearlo sin cesar de forma brutalmente expeditiva, propinándole durante minutos múltiples golpes y patadas por toda la cara, cuerpo y extremidades", una "brutal paliza" con la que "aumentaron deliberada e innecesariamente su sufrimiento".

"SIN POSIBILIDAD DE MOVIMIENTO"

Tras ello, le colocaron las manos a la espalda, atadas con bridas y cinta americana, atándole también los pies por el mismo medio y colocándole finalmente cinta americana desde el cuello hasta la boca, señala la sentencia, que añade que, encontrándose el fallecido "reducido en el suelo, tendido boca arriba y sin posibilidad de movimiento", el principal condenado comenzó a registrar la cámara acorazada y sacó varias joyas de su interior.

En un momento dado, y cuando la víctima trataba de levantarse, el principal acusado, "atentando contra su vida, le propinó un fuerte rodillazo en la cabeza que provocó que cayera inconsciente boca abajo", de modo que, mientras el joyero se encontraba inconsciente, los implicados "continuaron impasibles, registrando la trastienda y apoderándose de joyas y otros objetos", así como de 5.850 euros de dinero en efectivo y de unos de los monitores de televigilancia "con la finalidad de evitar ser identificados".

"Perpetuados en el ánimo de atentar contra la vida" del dueño del establecimiento, y "a pesar de la posición en la que seguía postrado, inconsciente y con signos de poder quedarse inerte", los implicados salieron de la joyería con los efectos sustraídos y abandonaron allí al finado, quien "no presentaba ningún signo o posibilidad de recuperación debido a los golpes y posición en la que le habían postrado", huyendo del lugar en el coche en el que les esperaba el otro condenado.

El dueño de la joyería fue encontrado sin vida dos horas después por su esposa y una de sus hijas en la misma posición en la que fue abandonado por los acusados, quienes estuvieron huidos hasta que fueron detenidos el 31 de enero de 2019 y el 19 de abril de ese mismo año, respectivamente, estando hasta ahora en paradero desconocido el tercer implicado en el crimen.