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Actualizado: 02 feb 2023 / 11:31 h.
  • El 2 de febrero: entre la Candelaria y la Marmota

Hoy, exactamente 40 días después de la Navidad, el mundo asoma la punta de su nariz al pleno invierno para adivinar si Primavera tarda o tiene planes de adelantarse. La impaciencia vitalista e histórica por la resurrección panteísta se manifiesta en todo el mundo de modos distintos: en el Viejo Mundo, con la celebración de la Candelaria, el día en que la Luz del Mundo, es decir, el Niño Jesús, fue presentado con solo 40 días ante las autoridades religiosas del templo de Jerusalén. En la América profunda, con el Día de la Marmota, la jornada en la que una ardilla sale de su madriguera y pronostica cuántas semanas más durará todavía el invierno, en función de si hace sol (el invierno se extenderá seis semanas más) o está nublado (la primavera, en la práctica, está al caer). En cualquiera de los casos, el rito da para fiestas y jolgorios adaptados a cada cultura, aunque, en el fondo, la celebración tenga la misma raíz, a saber, que estamos vivos y que lo vamos a seguir estando después de lo más duro del invierno, con toda la metáfora de oscuridad, tiempo airado y muerte que encierra la estación del frío. Curiosamente, la madrugada del 2 de febrero de 1954 fue la última vez que nevó por estos parajes de la campiña y la marisma sevillanas...

El 2 de febrero: entre la Candelaria y la Marmota


A la fiesta de las Candelas o de la Candelaria también se la conoce, más literalmente, como la Presentación del Señor (en el templo). Desde un sentido mucho más pagano, en muchos lugares de nuestro país ha sido el fuego el protagonista de esta pasada madrugada, como alumbrando un rito en memoria de los difuntos. Pero si hay un lugar en el que la Virgen de la Candelaria tenga importancia en el contexto católico es Tenerife, concretamente desde que en 1392 se le apareciera una Virgen de madera con una vela en la mano izquierda a dos aborígenes guanches que pastoreaban su rebaño. Esta Virgen negra es, de hecho, la patrona de las Islas Canarias, y su devoción se extendió a países de América Latina como Bolivia, Colombia, Venezuela, Cuba o México. No en vano, con la excepción de la Virgen de Guadalupe, la Candelaria es la advocación más extendida y popular de todo el continente americano desde que el conquistador Hernán Cortés llevara una medallita de esta Virgen cuando llegó a las tierras del Nuevo Mundo. Muchos siglos antes, la fiesta de la Virgen de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en Oriente con el nombre de “Encuentro”, y luego se extendió por Occidente con la consolidación del Cristianismo. En Jerusalén se celebraba con una procesión de velas encendidas hasta la Basílica de la Resurrección, construida sobre el Santo Sepulcro por orden del emperador Constantino. La fiesta, evidentemente, llega hasta una tierra tan mariana como la de las Rocinas, en Huelva, en cuya aldea de El Rocío se reúnen este fin de semana tantos devotos de la Madre que presentó en el templo a la Luz (o Candela) del Mundo... Esa candela sigue protegiendo a la población de frío invierno...

Al otro lado del mundo, en Pensilvania (EEUU), se celebra el Día de la Marmota, una especie de ardilla gigante que sale de su hibernación como metáfora de ese asomo del mundo para ver si el invierno va a durar todavía más o menos. Aunque es una celebración antiquísima también allí, concretamente en Punxsutawney (Pensilvania) se lleva a cabo desde 1887, y la marmota en cuestión, llamada siempre Phil, predijo más veces la prolongación del invierno que la inminente llegada de la primavera. De hecho, en esta última década ha pronosticado 7 veces que el invierno duraría seis semanas más frente a las 4 veces que ha predicho el adelanto de la primavera. La predicción de hoy se conocerá en cuestión de horas.

El evento, que comienza ahora con una prometedora fiesta, se realiza ante cientos de personas reunidas en la colina de Gobbler`s Knob, donde los miembros del Círculo Interior del Groundhog Club se encargan de sacar a la marmota de su madriguera y de comunicar el pronóstico del roedor. El nombre de Phil se le atribuyó a la primera marmota que hizo la predicción en Punxsutawney, y desde entonces se ha venido usando ese nombre para todas las marmotas protagonistas del rito. Como todas las marmotas se llaman igual, es imposible saber cuántas marmotas Phil han sido realmente las protagonistas del evento a lo largo de la historia, si bien la esperanza de vida de esta especies de unos seis años. Una predicción de la tardanza de la primavera se hacía en el interior de Europa desde hacía siglos. Concretamente, los agricultores alemanes llevaban a cabo el rito con erizos, pero cuando los primeros colonos alemanes e irlandeses llegaron a EEUU y Canadá sustituyeron el erizo por una marmota, y empezaron a guiarse de este modo para cultivar el campo tan tempranamente o, en cambio, esperar unas cuantas semanas hasta que el tiempo mejorase.