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Actualizado: 20 may 2022 / 06:43 h.
  • Valeriano Ruiz Hernández.
    Valeriano Ruiz Hernández.

Mucho antes de que se pusieran de moda la sostenibilidad y las energías renovables, antes incluso de aquella ola de modernidad que supuso en Sevilla la Exposición Universal de 1992, Mairena del Aljarafe -la localidad que estaba destinada a acoger Ciudad Expo- tuvo un alcalde tan atípico que nunca pensó en hacer carrera política, entre otras razones porque ya andaba en la cumbre de su propia carrera universitaria. Se llamaba Valeriano Ruiz Hernández, había nacido en 1943 en el municipio extremeño de Higuera la Real y llevó siempre a gala ser de pueblo aunque fuera célebre en Sevilla por ser profesor de Física de su Universidad y catedrático de Termodinámica. Ahora, un año después de su muerte, el Ayuntamiento de Mairena del Aljarafe, que presidió entre 1987 y 1991 y que ya lo nombró Hijo Adoptivo en 2013, acaba de aprobar por unanimidad sumarse a la iniciativa de Higuera la Real para que su exalcalde reciba a título póstumo la Medalla de Oro de Extremadura 2022.

Gracias a su posición como catedrático de la US, junto a un talento y energía sin descanso, fue pionero en el impulso a las energías renovables, en particular las derivadas de la energía del sol. Durante su mandato, y desde la visión innovadora que aportó, Mairena del Aljarafe experimentó un primer proceso modernizador tras la Democracia marcado por la creación del Parque Industrial y de Servicios del Aljarafe (PISA) y por el desarrollo que supo aprovechar de la Expo 92, y Ciudad Expo, modelo de ciudad que también se copió después en otras áreas. Estos y otros hitos marcaron el progreso del municipio, que desde entonces comenzó a protagonizar el escenario metropolitano.

Un adelantado a su tiempo

Valeriano Ruiz Hernández murió hace un año, cuando las compañías eléctricas han vuelto a aprovechar la hiperdependencia de una inmensa mayoría de la sociedad. Harto de oír aquel mantra del “impuesto al sol”, luchó toda su vida porque los andaluces se animaran a invertir en autogeneración eléctrica y combatió los bulos sobre la energía. No en vano, fue el primer presidente de Protermosolar, desde su creación en 2004 hasta 2012. Fue Ruiz Hernández quien transmitió los valores de la tecnología solar de concentración, tanto eléctrica como térmica, y su entusiasmo por la misma a un enorme número de ingenieros que fueron sus alumnos en la Escuela de Ingenieros de Sevilla, en el campus de Reina Mercedes. Sin la cantera que supusieron estos profesionales, no se entendería hoy el liderazgo de España en este campo. Algunos de ellos, por ejemplo, habrían de ser con el tiempo directores de la Plataforma Solar de Almería, a la que Ruiz Hernández se sentía tan ligado y que constituyó una pieza clave en la I+D de apoyo al desarrollo del sector en España. De todo ello trató su libro La electricidad termosolar. Historia de éxito de la investigación, que rescataba en 2013 la historia que hizo posible precisamente que hoy estén en funcionamiento las centrales solares termoeléctricas que generan electricidad a partir de la radiación solar directa.

En efecto, Ruiz Hernández impulsó hace casi 20 años la creación de Protermosolar junto con media docena de grandes empresas y jugó un papel esencial en remover trabas anteriores para la elaboración del marca normativo que permitió el despliegue de todas las centrales termosolares en España. Fue él quien animó y asesoró desde el principio para la construcción de la primera central termosolar comercial, la de Sanlúcar la Mayor, que supuso en 2007 el renacimiento del sector termosolar a nivel internacional, que llevaba parado desde 1990. El presidente que lo sucedió en el cargo, Luis Crespo, fue categórico el año pasado tras su muerte: “Sin su determinación y su compromiso no podría entenderse el que se llegaran a construir las 50 centrales termosolares en España”.