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Actualizado: 16 may 2022 / 15:53 h.
  • Nadie quiere zanahorias andaluzas

Tal y como ocurrió con la cebolla en cuanto empezó la pandemia, ahora le toca a la zanahoria: no hay mercado en toda Europa para este producto andaluz, sembrado principalmente en los campos de Sevilla, Cádiz y Córdoba. Según denunció el pasado viernes la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Andalucía (COAG), unas 2.000 hectáreas de zanahorias para industria se están quedando plantadas en el campo por falta de compradores. La cifra ha ascendido hoy lunes a 2.300 hectáreas. Aunque la única salida es ararlas, muchos productores se están planteando abrir la veda en los campos para que quienes quieran puedan cosecharlas.

En cualquier caso, el problema, según denuncia la COAG, es que “los agricultores han invertido tiempo, dinero y esfuerzo para sacar adelante una excelente cosecha, a pesar de los altísimos costes de producción”, que se han incrementado en el último año en casi un 50%, y ahora “no dan crédito a lo que les está pasando, que nadie quiere comprar zanahorias en Andalucía”.

Llueve sobre mojado

Desde hace una década, ha recordado el responsable de Productos Transformados de COAG, Diego Bellido, viene ocurriendo lo mismo: “Los mercados fundamentales de compra de zanahoria, que son principalmente el holandés y el alemán, se están autoabasteciendo”. Aunque en principio parecería lógico, lo que ya no lo parece tanto es el juego al que se están acostumbrando: primero firman contratos y más tarde empiezan a retrasar las presuntas compras, hasta que por culpa de los descuentos ya no les salen las cuentas a los agricultores andaluces. Entonces es cuando ellos empiezan a suministrarse de su propia producción, conservada en cámaras. “Están llevando a cabo una política de recolección y meten en cámara”, señala Bellido. “Las zanahorias de España y otros países ya no les valen. Francia e Inglaterra tienen ya la misma política, por lo que nos vemos abocados a arar las zanahorias”. El género que se sembró a finales de septiembre “ya lleva unas semanas de retraso en la recolección y eso hace perder dinero a cada agricultor”.

Nadie quiere zanahorias andaluzas

Especulación

COAG le pide al Ministerio de Agricultura que “deje el papel mojado y que de una vez por todas metan mano de verdad para regular el mercado que está fuera de control y en manos de la especulación más severa”. Para ello, ha explicado Bellido, “es imprescindible poner en marcha mecanismos de control eficaces que eviten la competencia desleal, entre otras medidas”. “No se venden las zanahorias, pero quienes sí estamos vendidos y desprotegidos somos los agricultores andaluces”, ha apuntillado.

Según ha detallado el responsable de Transformados de COAG, una hectárea de zanahoria, sin incluir la recolección, estaba normalmente en torno a 3.500/4.000 euros de gastos, mientras que esta campaña ha llegado a 5.000 euros, por culpa de la subida de los costes, sin sumarle ahora el arado por la falta de compra. “Si esa cantidad se multiplica por las cuatro hectárea de media por explotación, las pérdidas medias de un agricultor ascienden a 20.000 euros”. Son los agricultores, en efecto, quienes tienen más que perder, mucho más que los 12 lavaderos de zanahorias que hay en Andalucía.

Bellido se ha llegado a preguntar para qué sirven los contratos. “No valen absolutamente para nada”, ha contestado categórico. “Lo que hacen es retrasar la recolección y empiezan a hacer los descuentos, de un 30 o un 40%, y ya no salen las cuentas, porque quieren comprar a pérdidas en origen”.