Tal y como ocurrió con la cebolla en cuanto empezó la pandemia, ahora le toca a la zanahoria: no hay mercado en toda Europa para este producto andaluz, sembrado principalmente en los campos de Sevilla, Cádiz y Córdoba. Según denunció el pasado viernes la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Andalucía (COAG), unas 2.000 hectáreas de zanahorias para industria se están quedando plantadas en el campo por falta de compradores. La cifra ha ascendido hoy lunes a 2.300 hectáreas. Aunque la única salida es ararlas, muchos productores se están planteando abrir la veda en los campos para que quienes quieran puedan cosecharlas.
En cualquier caso, el problema, según denuncia la COAG, es que “los agricultores han invertido tiempo, dinero y esfuerzo para sacar adelante una excelente cosecha, a pesar de los altísimos costes de producción”, que se han incrementado en el último año en casi un 50%, y ahora “no dan crédito a lo que les está pasando, que nadie quiere comprar zanahorias en Andalucía”.
Llueve sobre mojado
Desde hace una década, ha recordado el responsable de Productos Transformados de COAG, Diego Bellido, viene ocurriendo lo mismo: “Los mercados fundamentales de compra de zanahoria, que son principalmente el holandés y el alemán, se están autoabasteciendo”. Aunque en principio parecería lógico, lo que ya no lo parece tanto es el juego al que se están acostumbrando: primero firman contratos y más tarde empiezan a retrasar las presuntas compras, hasta que por culpa de los descuentos ya no les salen las cuentas a los agricultores andaluces. Entonces es cuando ellos empiezan a suministrarse de su propia producción, conservada en cámaras. “Están llevando a cabo una política de recolección y meten en cámara”, señala Bellido. “Las zanahorias de España y otros países ya no les valen. Francia e Inglaterra tienen ya la misma política, por lo que nos vemos abocados a arar las zanahorias”. El género que se sembró a finales de septiembre “ya lleva unas semanas de retraso en la recolección y eso hace perder dinero a cada agricultor”.