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Actualizado: 23 ene 2021 / 17:10 h.
  • Operarios encargados de la instalación de cajas-refugio para murciélagos en Coria del Río
    Operarios encargados de la instalación de cajas-refugio para murciélagos en Coria del Río

En 1935, el estado de Queensland, al noreste de Australia, era azotado por una plaga con pretensiones bíblicas: Millares de escarabajos se batían sobre los campos de caña de azúcar, ocasionando pérdidas devastadores. Sin un enemigo natural que les hiciese frente, los escarabajos vagaban a su gusto por entre las cañas de azúcar ante la resignación de granjeros y agricultores. Así que el gobierno australiano importó sapos. Sapos grandes y de aspecto poco agraciado, procedentes de América.

Los foráneos anfibios se encontraron, pronto, a sus anchas en el continente austral: Su número se disparó. Se estima que actualmente su población ronda los 200 millones. La de escarabajos no disminuyó un ápice: A los sapos no les gustaba su sabor. La patrulla de sapos acabó convertida en una plaga aún peor que aquella que venía a mitigar. Fue un fiasco.

En Coria del Río, el ayuntamiento se servirá de murciélagos para reducir el impacto del virus del Nilo que, a cada verano que pase, se irá haciendo más presente en las orillas del Guadalquivir. Pero su estrategia, aunque pudiera parecerlo, no tiene nada que ver con la australiana.

Murciélagos versus mosquitos

La empresa Brutal y Living Doñana han colocado 40 cajas-refugio en varios de los árboles que crecen en Coria del Río. A primera vista, pueden confundirse con casas para pájaros. Sólo que sus inquilinos, a pesar de tener alas, también poseen colmillos y pelo. Coria del Río es sobrevolada por varias especies de murciélago, entre ellas, el común y el de Cabrera. Aunque su número (un denominador común, también en la ciudad de Sevilla) disminuye a cada día que pasa. Y esto trae consigo consecuencias tan previsibles como fatídicas para el ecosistema; en el que también, obviamente, nos encontramos nosotros. Una de las más notables es la sobreabundancia de mosquitos. Un solo ejemplar de murciélago puede devorar, cada noche, a miles de estos insectos. Son plaguicidas ecológicos y gratuitos: basta con dejarlos vivir en paz para que funcionen.

Las cajas-refugio están geolocalizadas: Durante el próximo año, se estudiará la salud de las poblaciones de quirópteros en la localidad de Coria para, después, potenciar su conservación. La tragedia de los sapos no puede repetirse con los murciélagos: Los anfibios eran una especie invasora, mientras que los murciélagos son autóctonos. Antes de que el ayuntamiento se fijase en ellos, estas criaturas aladas ya llevaban milenios actuando como controladores de plagas.

El virus del Nilo se cobró siete vidas este verano, y ha afectado a decenas de personas en Sevilla, Cádiz y Extremadura. El aumento de las temperaturas, producto del cambio climático, ha convertido el sur de España en un hábitat predilecto para el mosquito. Y esto trae consigo enfermedades poco usuales en estas latitudes. El remedio que ha adoptado el ayuntamiento de Coria del Río no funcionará a corto plazo, pues necesita de varias temporadas para ser realmente eficaz. En cambio, una apuesta continuada por insecticidas podría ir en detrimento de los arrozales y tierras de cultivo de Coria, además de perjudicar a la fauna del municipio. Los murciélagos son la alternativa menos nociva y más económica. Entre todas las sorpresas que nos ha deparado 2020 y su alumno aventajado, 2021, el que unos murciélagos fueran el mejor aliado del hombre para luchar contra un virus no es una de las más pequeñas.