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Actualizado: 09 abr 2020 / 14:15 h.
  • Una red solidaria ha repartido mascarillas para la mitad de la población de Bollullos

Una marea ciudadana de solidaridad ha inundado el pueblo de Bollullos de la Mitación desde que empezaron a sufrirse las primeras consecuencias del COVID-19. La escasez de mascarillas para una localidad mediana -apenas algo más de 10.000 habitantes- pero que cuenta con un consultorio de salud muy concurrido, una residencia de ancianos con 67 personas mayores internadas asistidas por 47 trabajadores y un elevado número de ciudadanos por encima de los 65 años, despertó la solidaridad de personas particulares que, coordinadas con el Ayuntamiento de la localidad, empezó a organizarse en una red de voluntariado local para proteger a sus vecinos y vecinas.

A la fabricación artesanal de mascarillas que empezaron a producirse de manera altruista por vecinas y vecinos de Bollullos, con materiales comprados por el Consistorio, se sumaron muy pronto instituciones señeras en la localidad como la Hermandad de Cuatrovitas. El Ayuntamiento dejó de comprar material para hacer mascarillas cuando la marea de solidaridad llegó a las empresas y comercios de Bollullos que empezaron a donar la materia prima necesaria para la confección.

Una producción solidaria que tiene ya a 60 personas trabajando de manera altruista a diario con el objetivo de que cada bollullero y bollullera tenga una mascarilla de protección contra la propagación del coronavirus. El primer objetivo ya se ha cumplido, explicaba a esta redacción el alcalde de Bollullos de la Mitación, Fernando Soriano (Adelante Bollullos) que era dotar de estas mascarillas protectoras a las personas más vulnerables y de mayor exposición a la enfermedad, como los usuarios y trabajadores de la residencia Montetabor ubicada en el pueblo, el personal de los servicios sanitarios, la policía local, protección civil, servicios domiciliarios... Así que ahora los esfuerzos se centran en llevarle mascarillas al resto de la población.

Precisamente la red solidaria de Bollullos no sólo se ha quedado en la fabricación de mascarillas, sino que una empresa del pueblo, Microal, se encarga de su esterilización una vez que salen de las manos artesanas de las personas voluntarias. El personal sanitario del centro de salud de la localidad también ha asesorado sobre las mascarillas, ya que al no estar homologadas había dudas sobre su eficacia. “Nos han dicho que evidentemente lo ideal son las mascarillas homologadas, pero que estas suponen más protección frente a la propagación del coronavirus que no ponerse nada”, explica el alcalde de Bollullos.

El ciclo solidario se completa con la distribución de las mascarillas, una tarea que cada día hacen puerta a puerta las personas voluntarias, entre las que están el propio alcalde de la localidad y la delegada de Políticas Sociales, Clara Monrobé.

Ya se han repartido más de 5.000 mascarillas, que suponen casi la mitad de la población de Bollullos de la Mitación, una localidad que desde que empezó la crisis sanitaria sólo ha registrado 5 casos positivos de coronavirus. Para organizar el reparto de mascarillas, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de la ciudadanía un formulario que pueden rellenar por internet con sus datos básicos para recibirlas.