El cantante cacereño Juan Carlos Berrocal ha hecho parada en Sevilla para hablar de su nuevo proyecto musical. En un mundo en el que la gente de su edad (no llega a los 25 años) parece seducida por otro tipo de estilo, este joven tiene claro que la balada que dominó las listas de éxito en los años 80 sigue más que vigente, y para él es una traslación casi de su vida: es un romántico que canta canciones románticas.
Y la ha defendido romántica “como un género que en estos tiempos tiene sitio más que nunca”, al tiempo que ha señalado que es “un género intemporal, que refleja muy bien los sentimientos de las personas”.
En Sevilla ha presentado su último tema, ‘Morir de ganas’, donde Berrocal ha dicho que, con la producción de David Santisteban, ha querido reflejar “mi alma de soñador, porque la música es para lo que he nacido, y me gusta expresarme a través de ella, con un estilo que nunca va a pasar de moda”.
“En estos momentos, más que nunca, en la sociedad actual hay sitio para los románticos”, ha enfatizado, para concretar que su última creación es “un tema que compuse hace dos años, en el que cuento mi propio anhelo, porque tengo el sueño de compartir mi vida con una persona, que yo sea su sueño y ella el mío”.
“Tenemos que aprovechar la vida”
Además, lanza el mensaje de que “podemos perdernos en buscar tesoros toda la vida mientras el tiempo se pasa, pero no sabemos el tiempo que estamos aquí”.
También, refleja “diferentes etapas del amor, cuando dos personas se quieren y el dolor de cuando se separan”, resumiendo que recoge “un canto al romanticismo”, planteado así porque “me gusta que la mente de las personas vuele y la transporte a sus vivencias”.
La canción la compuso hace dos años, y ahora, con la producción de Santisteban, ha decidido sacarla al mercado, dando, además, un giro total a su trayectoria profesional, ya que Berrocal es novillero, pero, a sus 24 años, hace tres que decidió dejar los ruedos, y encauzar su vida al mundo de la música.
Un artista versátil
Nacido en Valencia de Alcántara (Cáceres), su relación con la música se basa también en que toca la guitarra y el piano, compone sus canciones y escribe poesía, entre sus principales aficiones.
El videoclip de la canción está rodado en una estética en blanco y negro, salvo unos planos en los que se ve una sala de revelado de fotografía, en los que se ha usado el típico color de bombilla roja de este tipo de salas.