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Actualizado: 19 ene 2021 / 06:42 h.
  • El consumo de pescado ayuda a preservar la memoria

“Entre las muchas propiedades beneficiosas para la salud de la Dieta Mediterránea, se puede destacar el tipo de grasa que lo caracteriza (aceite de oliva, pescado y frutos secos), las proporciones en los nutrientes principales que guardan sus recetas (cereales y vegetales como base de los platos y carnes o similares como “guarnición”) y la riqueza en micronutrientes que contiene, fruto de la utilización de verduras de temporada, hierbas aromáticas y condimentos”, así lo afirma la Fundación Dieta Mediterránea.

Sin embargo, los beneficios de la Dieta Mediterránea no dejan de aumentar. En este caso, un reciente análisis nutricional realizado por investigadores del National Eye Institute (NEI) a raíz de la Investigación de Enfermedades de los Ojos Relacionados con la Edad: AREDS y AREDS2, señala que la Dieta Mediterránea estaría relacionada con una mayor función cognitiva.

Este análisis, titulado “Fish-Rich Mediterranean Diet Associated With Higher Cognition” y publicado en la revista científica Jama Network, ha recogido unos resultados muy prometedores relacionados con la preservación de la memoria: la adherencia a la dieta mediterránea, rica en verduras, granos integrales, pescado y aceite de oliva, se correlaciona con una mayor función cognitiva, por lo que los factores dietéticos también parecen desempeñar un papel en la disminución del deterioro cognitivo.

Los investigadores examinaron los efectos en la cognición de 9 componentes de la Dieta Mediterránea, caracterizada por el consumo de frutas enteras, vegetales, granos enteros, nueces, legumbres, pescado y aceite de oliva, así como también el consumo reducido de carnes rojas y alcohol.

Concretamente, los expertos evaluaron a los participantes de AREDS y AREDS2 para la dieta al comienzo de los estudios con un cuestionario que preguntaba a los participantes su consumo promedio de los 9 componentes de la dieta mediterránea durante el año anterior. Igualmente, del estudio AREDS también se evaluó la función cognitiva de los participantes a los cinco años, mientras que en AREDS2 se evaluó la función cognitiva al inicio del estudio y de nuevo a los dos, cuatro y diez años después.

Los resultados son claros: los participantes con mayor adherencia a la Dieta Mediterránea tuvieron el menor riesgo de deterioro cognitivo, siendo el alto consumo de pescado y verduras lo que parece tener el mayor efecto de protección, ya que, a los 10 años, los participantes de AREDS2 con el mayor consumo de pescado tuvieron la tasa más lenta de deterioro cognitivo.