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Actualizado: 12 oct 2015 / 20:03 h.
  • Andrés M. Joison posa en su consulta de la calle Alhóndiga delante de la ingente cantidad de objetos que utiliza en sus terapias. / José Luis Montero
    Andrés M. Joison posa en su consulta de la calle Alhóndiga delante de la ingente cantidad de objetos que utiliza en sus terapias. / José Luis Montero

Una obra la de Joison que aporta un nuevo enfoque en el abordaje de la adicción que pone el acento en el individuo, al que le otorga la capacidad de recuperar su identidad perdida. Tras presentar su libro en Sevilla, hará lo propio el 20 de noviembre en Madrid y el 11 de diciembre en Barcelona, donde le acompañará Joseph Knobel Freud, nieto del célebre padre del psicoanálisis. Lo recaudado por los primeros 100 ejemplares se destinará a la Fundación Duchenne.

—Usted afirma que históricamente se ha abordado la cuestión de las adicciones de forma errada, ¿por qué?

—Lo importante en una adiccion no es el poder otorgado a una sustancia, vínculo u objeto adictivo. Lo esencial es el modo de relación del sujeto con el objeto adictivo en cuestión. Considerar a la droga como un amo todopoderoso resta fuerza al individuo y a su capacidad de crear una vida libre de tóxicos. Poner el foco en el individuo es otorgarle la posibilidad de recuperar su identidad y construirse de manera genuina.

—¿En qué consiste el «dispositivo en travesía para el abordaje de las adicciones» que desarrolla en su libro?

—La palabra adicto proviene del latín addictus, que significa esclavo. En este tipo de relación adictivo-patológica, la travesía terapéutica consiste en que el dependiente, acompañado por su familia, atraviese la dependencia mientras construye su propia identidad pasando por diferentes fases: 1) toma de conciencia y construcción del vínculo terapéutico; 2) momento de negación e idealización; 3) la caída libre; 4) descubrimiento de sentimientos y de emociones; y 5) construcción y reconstrucción de la identidad.

¿Cuál es el papel de la familia en esa travesía?

—La presencia de la familia proporciona al paciente una segunda oportunidad para corregir sin la presencia de la droga y desde el afecto. Atravesar la dependencia requiere un trabajo con la familia y en la familia. Se plantea como un viaje en el cual tanto el terapeuta como la familia acompañan al paciente en su travesía de curación mediante una serie de acuerdos y una hoja de ruta con coordenadas específicas sujetas a un plan abierto y flexible.

—¿Cuál es la importancia de los sueños y las producciones creativas del paciente en el pasaje de la adicción a la autonomía?

—En la travesía los sueños y las producciones ayudan a darnos información más precisa sobre el momento que el paciente atraviesa. Podemos conocer los riesgos de recaída de un paciente y así anticiparnos a ella. Por ejemplo si un paciente sueña que todo es placer y placer y no hay ninguna trama más que puro hedonismo esto nos da la pauta de que hay mayor riesgo de consumo.

—Usted habla de diversos tipos de adicciones (tabaco, alcohol, drogas, trabajo, dispositivos móviles, sexo...). Pero ¿se puede aplicar el mismo método en el tratamiento de todos los casos?

—Se puede aplicar el mismo método pero con los matices correspondientes a cada caso. Más que la sustancia, el vínculo o el objeto adictivo-adoctógeno, lo que indica el camino terapéutico a seguir es el modo de relación tóxico dependiente. Para ello se realiza un diagnóstico diferencial para establecer: 1) tiempo de consumo; 2) frecuencia; 3) modo: solo o acompañado; 4) tipo de adicción; 5) conciencia del problema de adicción; y 6) recursos familiares.

—¿Cuáles son a su juicio las adicciones más graves y las más difíciles de curar?

—Salvo sustancias como la morfina o la heroína, no debemos catalogar como más grave una adicción solamente por el tipo de sustancia adictiva. El tabaco, al tener una aceptación social (aunque cada vez menos), el trabajo o los dispositivos móviles son a menudo más difíciles de tratar porque son menos visibles como problemas.

—¿Qué papel juegan las tecnologías en las adicciones?

—Las nuevas tecnologías facilitan un efecto hipnótico e ilusorio que anestesia al sujeto. La utilización de dispositivos móviles de manera abusiva potencia el no sentir, el no pensar o imaginar. A muchos de mis pacientes con dificultad para recordar sus sueños les indico que no utilicen dispositivos móviles ni internet al menos dos horas antes de acostarse. El resultado es sorprendente.

—¿Son los sevillanos especialmente proclives a algún tipo de adicción?

—Observo por factores climatológicos que se bebe mucho alcohol habiendo un alto índice de alcohol-dependencia. Y en el mundo en general un preocupante aumento de la adicción a las nuevas tecnologías y en concreto a los dispositivos móviles.