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Actualizado: 23 dic 2022 / 04:00 h.
  • El secreto de las Atarazanas de Sevilla

Las Atarazanas de Sevilla se encuentran en el barrio del Arenal en Sevilla y estaban siempre en una zona adyacente a puerto, allá donde debían descargar buena parte de las mercancías que llegaban al muelle. Era propiedad de la Corona de Castilla y funcionaron desde el siglo XIII hasta el XV.

La especialidad de estas atarazanas era la construcción de galeras, vitales en las luchar con otras naciones así como en la Guerra de los Cien Años. Desde el 13 de marzo de 1969 son Monumento Histórico Artístico en España, el 18 de marzo de 1985 se declaró a la Maestranza de Artillería como Bien de Interés Cultural (BIC).

Sobre los astilleros de la ciudad hay constancia histórica desde el siglo I a.C. cuando Julio César escribía sobre ellas: «[Terencio Varrón] practicó un reclutamiento por toda la Provincia [de Hispania Ulterior] y a sus dos legiones completas añadió treinta cohortes auxiliares. Almacenó una gran cantidad de trigo que parte debía enviar a los de Marsella y parte igualmente, a Afranio y Petreyo. Ordenó a los gaditanos construir diez navíos de línea y, además, procuró que se construyeran bastantes en Híspalis».

Igualmente, en época musulmana, con motivo de la invasión vikinga de nuestra tierra, el califa Abd al-Rahman II, reforzó la muralla romana de la ciudad y hace referencia a las atarazanas: «[...] que se construyese una atarazana en Sevilla, y que se fabricasen barcos; se preparó la fábrica reclutando a hombres de mar de las Costas de España, a quienes dio buenos suelos y proveyó de instrumentos o máquinas para arrojar betún ardiendo».

Fue en el siglo XII, en 1184, cuando el califa Abu Yacub Yusuf I ordenó la creación de unos astilleros para construir una gran flota y combatir a los cristianos, aunque se aquellas atarazanas no se sabe bien donde ubicarlas, si en el mismo emplazamiento de las actuales o si tenía algún otro punto anterior.

Bajo el reinado de Fernando III se cree conveniente, una vez conquistada la ciudad en 128, construir varias galeras y bajeles, a su muerte su hijo Alfonso X «el Sabio» prosigue esa labor y ordena la construcción de lo que serían las atarazanas en un terreno cercano al Guadalquivir, entre las torres del Oro y de la Plata, la puerta del Carbón y el postigos del Aceite, junto a la capital de la Pura y Limpia. Sería en el Arenal donde se construyeron 17 naves con 15.000 metro cuadrados incluyendo la Resolana del Río siendo una de las más grandes «fábricas» de la Baja Edad Media en Europa dedicadas a esta labor y sólo teniendo parangón con el Arsenal de Venecia.

Las atarazanas están construidas en ladrillo, en estilo gótico-mudéjar, de influjo almohade, con bóvedas de arista que encajaban con la construcción de barcos de gran tamaño así como arcos apuntados desde el suelo que provocan un gran impacto visual.

De las 17 naves originales solo quedan 7 pues ha habido intervenciones arquitectónicas desde 1641, con la construcción del Hospital de la Caridad y la iglesia, que han ido mermando a la misma. Otras intervenciones que restaron naves fueron la de cinco naves que utilizó el Gobierno, en 1719, para almacenar material de artillería y entre 1762 y 1782 con otras reformas importantes.

Las Atarazanas han tenido también un uso cinematográfico como, por ejemplo, en «Juego de Tronos» para simular las criptas de la llamada «Fortaleza Roja» o la serie española «La Peste».