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Actualizado: 06 dic 2020 / 10:58 h.
  • José Antonio Rodríguez Portal.
    José Antonio Rodríguez Portal.

José Antonio Rodríguez Portal es especialista del Servicio de Neumología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y es, también, excoordinador del Área de Enfermedades Pulmonares Intersticiales de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Al hablar con él, la sensación es que escuchas a una persona que nació para hacer lo que hace, que se siente convencido de estar cumpliendo con una misión que alguien o algo le encargó. Rebosa vocación por los cuatro costados. Y mucho conocimiento.

¿Por qué neumólogo y no otra especialidad?

Escogí neumología casi por casualidad. Al terminar el MIR tenía varias opciones para elegir. Y he de decir que me gustaban todas. Siempre tuve la sensación de que si hubiera elegido cualquier otra especialidad me hubiera acabado gustando. Si te gusta la medicina, te puede gustar cualquier especialidad. La elección de neumología tiene mucho que ver con mis amigos. Algunos eran algo más mayores y me hablaron muy bien del servicio de la especialidad en el Hospital Virgen del Rocío. Pero fíjate que lo de ser médico es una cosa ya bastante más antigua. Lo tuve muy claro desde los trece o catorce años. Me gustaba la biología, la forma de funcionar del cuerpo humano y cómo deja de hacerlo, por qué tenemos enfermedades y cómo las podemos arreglar. Leía cosas de forma anárquica sobre estos temas y la vocación fue apareciendo.

¿Volvería a ser médico una y otra vez?

Sí, sin duda. No me veo haciendo otra cosa y me gusta. Como cualquier otra profesión tiene sus luces y sus sombras, pero el rédito positivo prevalece sin duda alguna.

¿La vida del individuo, tras llegar al mundo, comienza en los pulmones y termina en ellos?

Es muy difícil saber cuándo comienza la vida de un individuo. Pero si hay unas células creciendo y conformando un ser humano a partir de un código genético que va desplegándose para formar unos ojos, unos riñones, un cerebro o unos pulmones; un cuerpo que tenga, además la capacidad de pensar y de sentir; podemos afirmar que la vida empieza con ese proceso. Lo que sí es cierto es que una vez que salimos del vientre materno (dentro se respira de otra manera porque al fin y al cabo la respiración no es más que llevar oxígeno a los tejidos y en ese momento se hace a través de la sangre) al salir a un medio ambiente tan diferente, para llevar el oxígeno que está en el aire, se necesitan esos órganos tan maravillosos que son los pulmones. Son los que hacen que el oxígeno que está en el aire llegue a la sangre. Pero la vida ya viene de antes. El pulmón facilita que continúe.

Almudena Grandes escribió lo siguiente: «Cuando pasa algo malo, pero malo de verdad, por mucho que llores, lo peor no es llorar, que eso a veces está bien, porque te quedas nuevo, lo peor empieza cuando no puedes llorar más, y entonces te das cuenta de que la tristeza es algo sucio, como un grumo gris, espeso, una pelota de barro dentro de los pulmones, que pesa, y la notas al respirar, todo el tiempo». ¿Los pulmones sirven para algo más que respirar? ¿Los órganos del cuerpo funcionan de forma coordinada pero independiente o, por ejemplo, todo entristece al mismo tiempo?

Seguro. Los pulmones sirven para muchas más cosas o, al menos, reflejan más cosas. Los pulmones sirven para suspirar, para exclamar si tenemos una sorpresa, los pulmones sirven para hablar y comunicarse y transmitir sensaciones y sentimientos. Y sí, de forma coordinada. Si hacemos ejercicio, el corazón va más rápido y los pulmones funcionan más deprisa para meter más oxígeno, cuando reímos todo se acelera. El pulmón facilita la risa, también. Todo lo que hace el ser humano tiene que ver con el pulmón.

¿Existe alguna razón médica por la que respiremos hondo si queremos tranquilizarnos o esto es cosa de la cultura popular y solo eso?

Cuando queremos tranquilizarnos tenemos que dejar que el cerebro se centré en que el diafragma funcione de una forma determinada y de forma consciente. Tomamos el control. Dejamos de centrar la atención en otras cosas y focalizamos los esfuerzos en respirar. Ten en cuenta que todos respiramos sin darnos cuenta. Si fuéramos conscientes estaríamos sufriendo lo que se conoce como ‘la maldición de Ondina’ (en nuestro cerebro disponemos de unos sensores que se activan cuando el nivel de oxígeno en nuestra sangre es bajo. Si este mecanismo fisiológico no funcionase no podríamos dormir porque dejaríamos de respirar). Si centramos nuestra atención en la respiración, en que sea la correcta, acabamos relajándonos.

¿Fumar significa jugar a la ruleta rusa contra la propia muerte? ¿El tabaco mata y punto?

No hay excusa para fumar. Ni una sola. Y es jugar a la ruleta rusa con la muerte, pero no con una bala en el tambor del revolver sino con cinco. Me atrevería a decir que es jugar con el tambor lleno de balas. Es algo que deberíamos erradicar de nuestra cultura. Es nocivo para la salud, nocivo para el medio ambiente y genera muchísimo sufrimiento quitando años de vida a las personas.

El consumo de tabaco entre los jóvenes no cede terreno. ¿Qué se les puede decir a esos chicos y chicas que tantas veces están a punto de coger el primer cigarro y encenderlo?

Que no se dejen arrastrar por el entorno, por la falsa publicidad, por una promesa de falsas sensaciones. El periodo que va de los trece a los dieciocho años es en el que se va conformando la mente, la forma de ser de una persona, y suele haber una tendencia muy acusada a la rebeldía, a hacer cosas que no se deberían hacer. Y eso, unido a cierta publicidad y el deseo de ser mayor, se convierte en un peligro definitivo porque se llega a creer que fumando se consiguen esas metas. Yo les digo que, a veces, ser mayor, ser adulto o adulta, es saber decir no, tener personalidad y decir no. Porque crear una adicción es tener una enfermedad.

¿El que deja de fumar tiene opciones de recuperar buena parte de la salud que ha dejado atrás a causa del tabaco?

Lo importante es que no va a estar peor. El cuerpo humano y, por tanto, los pulmones, es una máquina de enorme perfección. Y hay que machacarlo mucho para que sucumba. El problema es que una vez hecho el daño este es irreversible. Y en muchas ocasiones es irreversible y progresivo. Entonces lo importante es dejarlo y, sobre todo, no iniciar la adicción. Una vez que el pulmón está dañado no hay vuelta atrás.

¿Y la contaminación de las ciudades mata y punto? Porque los ciudadanos confiamos en los políticos y en que todo irá bien...

Sin duda. Hay ya mucha evidencia científica sobre ello. Y se generan problemas respiratorios y cardiacos. La Sociedad Española de Neumología ha elegido el año 2021 como el año de la contaminación y el pulmón. Sabemos ya muchas cosas. Por ejemplo, los niños que nacen en zonas contaminadas tienen menor peso al nacer; hay mayor incidencia de enfermedades crónicas o de asma e inclusos eventos cardiacos. La contaminación es decisiva.

La Covid-19 está causando estragos. Supongo que dada su especialidad estará muy en contacto con los enfermos que sufren al SARS-CoV-2 ¿Por qué es tan letal este virus y por qué se ceba con los más mayores o los hipertensos?

Lo que más nos está complicando las cosas es que es una enfermedad nueva y vamos un poco por detrás de su evolución. Así no sabemos con exactitud lo que está pasando. Generalmente, las infecciones y los virus respiratorios han afectado más a las personas mayores y a las que presentan patologías previas. El SARS-CoV-2 es un coronavirus de muy fácil transmisión. Y, además, su mecanismo de introducción en la célula es parecido al que utilizan los fármacos que se usan para controlar la tensión arterial. Por eso, las personas obesas, las hipertensas y las mayores de setenta o setenta y cinco años, tienen mayores problemas al enfermar. Aunque no debemos olvidar que afecta a personas jóvenes. Infecta a todas las personas por igual independientemente de la edad. Hay que tener mucho sentido común y seguir cumpliendo las normas básicas de lavado de manos, distancia de seguridad y uso de mascarilla. Porque a pesar de las vacunas, la Covid-19 seguirá estando donde está.

¿Cómo podemos cuidar nuestros pulmones en nuestro día a día?

Lo que les interesa a nuestros pulmones es que entre oxígeno lo más limpio que sea posible. Respiramos una cantidad inmensa de litros de aire diariamente. Y nuestro pulmón, si lo extendiéramos, tiene una superficie igual a una pista de tenis. Por tanto, en él entra continuamente todo lo que hay en el exterior. Está en nuestras manos que ese aire que entre esté en mejores condiciones. Por ejemplo, no hay que fumar; podemos ir paseando a trabajar, en bicicleta o en transporte público. Todo lo que podamos hacer en el ámbito personal o colectivo es importante. Es muy fácil: si el aire está muy limpio es mucho mejor para los pulmones.